Chau maquetas, hola renders

Chau maquetas, hola renders

Desde que se inventaron los renders las maquetas pasaron a mejor vida. Lógico: son más precisos y vistosos, además de caber en un pendrive. Pero cuidado: a veces algún pormenor se escapa. La vieja y querida maqueta de madera y/o cartón se regodeaba en los detalles, pero iba deteriorándose al compás de los traslados. Había que andar con el pegamento a cuestas porque siempre se desprendía alguna pieza. Nada que ver con la comodidad que confieren un power point o una serie de láminas impresas en altísima definición. Eso sí, pudo haber cambiado la tecnología, pero no la atracción que genera descubrir, apreciar y discutir un proyecto. El problema -endémico en Tucumán- es que en la abrumadora mayoría de las oportunidades las ideas no van más allá de una maqueta. O de un render.

El plan para jerarquizar el entorno del Cristo Bendicente en San Javier es atractivo, porque propone sumar servicios esenciales, básicamente pensado en el turismo, sin alterar mayormente el paisaje. LA GACETA reveló el domingo pasado los elementos de la iniciativa, que incluyen la construcción de una confitería, explanadas, nueva caminería, reestructuración de los puestos de artesanos, remodelación del museo, estacionamiento y sanitarios. Es una obra factible y que puede desarrollarse en etapas, como una política de Estado que trascienda la gestión de turno. Cuesta alrededor de 75 millones de pesos, un presupuesto razonable tratándose de un masterplan de esta envergadura. ¿Aparecerá la plata? “Si Manzur quiere, se hace. Pero hay que convencerlo”, apuntan en el entorno del gobernador.

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Por estos tiempos proliferan los renders y en más de una ocasión con el nombre de César Pelli adosado al proyecto, como un certificado de máxima legitimación profesional. El último que se visibilizó corresponde al aeropuerto “Benjamín Matienzo”, cuya potencial remodelación impacta por la belleza de sus formas. Claro que en este caso son fondos del Ministerio de Transporte de la Nación (1.700 millones de pesos contando la reforma de la pista -hoy en ejecución- y la nueva terminal). ¿Se hará esa segunda etapa, bendecida por Pelli, que es la más cara? La obra se vende bajo el paraguas del Plan Belgrano y esa ya es -perdón Soda Stéreo- una zona de promesas en extremo difusas. Habrá que ver.

También del estudio de Pelli surgió el modelo de centro de alto rendimiento deportivo de Tafí del Valle. No hubo más novedades desde que se presentaron los planos. Es un proyecto ambicioso, muy caro, llamativo por el hecho de que implica instalar en los Valles la infraestructura de la que carecen la capital y el resto de la provincia. Y siguiendo con Pelli vale recordar que es el elegido para diseñar el Centro Cívico que albergará el grueso de la administración pública lo más lejos posible del centro, camino a El Cadillal. Mucho trabajo para el arquitecto.

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Hay más planos y renders girando por oficinas y por laptops. Del estadio venimos hablando desde hace décadas; tanto que nos vemos forzados a meternos en la piel de Santo Tomás para afirmar: “si no lo veo, no lo creo”. “Dichosos los que sin ver creyeron”, le dijo el Jesús resucitado a Tomás. No es el caso de Tucumán, tierra de escepticismo a prueba de milagros. Hay un lobby sostenido para que, de materializarse, el estadio tome forma en Banda del Río Salí. Es positivo desde la mirada social, porque realzaría un sector que rara vez es bendecido por las inversiones, pero a la vez implicaría un replanteo de la logística, sobre todo del transporte y de la seguridad. Y eso va de la mano de un nuevo anillo de autopistas en la circunvalación de la ciudad. Es muchísima plata.

El municipio capitalino también maneja renders a rolete. Sin ir más lejos, hace un par de semanas dio a conocer el proyecto del parque cerrado que planea desplegar en los alrededores de El Provincial. Tratándose de una gestión alineada con el macrismo el financiamiento debería fluir, ¿o no?

Puede afirmarse, a fin de cuentas, que no todos los renders quedan condenados a una pantalla. ¿O acaso no se inauguraron los túneles? No es el ejemplo más feliz, tratándose de una obra que debió completarse en meses y llevó años. En la construcción de los túneles hubo mala praxis por todas partes (política, financiera y profesional) y ese fue el motivo de la insólita demora. Ni siquiera está terminada la parquización del entorno, que pudo haberse adelantado. Y sigue sin explicación el hecho de que en los planos originales la ochava de San Juan y Marco Avellaneda aparecía como espacio verde y hoy sigue funcionando el estacionamiento “mutual” sobre la antigua cancha de básquet. Es que no basta con transformar los renders en obras; hay que hacerlo en tiempo y forma.

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