Dirigir al “Decano” era hasta hace poco una cuenta pendiente para Zielinski

Dirigir al “Decano” era hasta hace poco una cuenta pendiente para Zielinski

HÍPER ACTIVO. Zielinski dirigió su primer partido el lunes pasado contra Patronato y se lo notó muy activo. No paró de dar indicaciones. HÍPER ACTIVO. Zielinski dirigió su primer partido el lunes pasado contra Patronato y se lo notó muy activo. No paró de dar indicaciones.

Horas después de haber confirmado su apellido como nuevo técnico de Atlético, Ricardo Zielinski se mueve como si lo hubiese sido de toda la vida. Y no por nada en especial, sino porque el “Ruso” no habla ruso, sí que entiende como nadie el idioma del fútbol. Y en el fútbol no hay atajos ni paz. Todo es mil por hora. Así de auténtico es. Por eso dice no sentirse “un fantasma”. Le huye al entrenador en modo showman. Lo suyo, afirma, es confinarse al encierro de horas y horas frente a un televisor viendo videos de futuros rivales, mientras intenta descubrir sus puntos débiles.

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Para Zielinski no existe un equipo defensivo u ofensivo, simplemente. “El fútbol es un todo, un conjunto. No se puede ganar si no defendés ni tampoco se puede ganar si no marcás”, le dice al cronista de LG Deportiva el DT nacido en Buenos Aires después de estampar la firma de un contrato con el “Decano” que estuvo guardado durante mucho tiempo en una caja fuerte en 25 de Mayo y Chile.

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“Hacía mucho tiempo que tenía ganas de dirigir a Atlético. Estuvimos cerca una vez; estaba todo listo pero al final no se pudo”, lo recuerda hoy con una sonrisa este padre de dos hijos varones (médicos ellos), su eje junto a su esposa dentro de una vida eléctrica en cuanto a lo laboral. “La familia es todo. En parte, por ella me fui de Belgrano también. Fueron cinco años y medio allá y, bueno, necesitaba estar a tiempo completo con los míos. Pero pasó un año y las ganas de encarar nuevos desafíos fueron fuertes también”, reconoce el hombre, cuya estructura facial lo describiría como un tipo serio, parco, de mirada punzante; un hombre quizás de pocos amigos y nada simpático al olfato. Sin embargo, resulta ser todo lo contrario al análisis al voleo. Zielinski, el de la cara poco simpática, es un tipo amigable, cálido que gusta hablar de su pasión sin pelos en la lengua.

Por eso, el propio entrenador sabe cómo poner en clima la entrevista. No tiene filtro. Habla como siente y, si es necesario aclara lo que quizás algunos detractores de su credo ven con otros ojos. Atlético pensó en un técnico resultadista, efectivo. Este es Zielinski. Lo explica.

“En el fútbol, dirigentes y técnicos vivimos del resultado y dependemos mucho del plantel que tenemos a disposición. Por suerte, nosotros hemos logrado buenas cosas, hemos tenido resultados más positivos que negativos. En líneas generales, somos un cuerpo técnico que se adapta al grupo que tiene, que se adapta muy bien a los objetivos que se plantea”.

El prólogo del “Ruso” conduce hacia un primer capítulo de expectativas. “Nos gusta jugar bien al fútbol, a pesar de que algunos digan lo contrario. Para ganar, tenés que jugar bien. Ojalá podamos armar un buen plantel.”

Esa es la clave de todo éxito. Armar un plantel, pero en este caso a partir de los gustos propios. Se viene el ping pong.

- Te preocupa que se “vayan todos”?

- No, no. El fútbol no me asusta, siempre es un desafío. Ojalá que se quede la base porque su participación en Atlético ha sido positiva para el club en estos últimos años. Supongo que tendremos que modificar algunas cosas porque algunos jugadores importantes se van a ir. Todos los años el DT está acostumbrado a armar de nuevo.

- ¿Atlético te buscó en el momento justo?

- Tuve varias propuestas para dirigir, incluso una de México muy firme que esperé hasta último momento. Es más, también me llegaron llamados de Paraguay y otros de México, pero había que esperar. Sentí que ya había descansado bastante así que no dudé en aceptar venir a Tucumán. Atlético era una materia pendiente para mí. Además, por cómo se vive el fútbol acá, es todo un reto. Cuando los desafíos me gustan, generalmente soy así. Me embarco y no pienso mucho.

- ¿Volver a dirigir en el fútbol argentino después de Racing (2016) es una revancha para vos?

- Te lo digo con total sinceridad. Me parece que mucha gente tiene una imagen de algo que no sucedió. Nosotros dirigimos 13 partidos, no armanos el equipo, lo tomamos en la segunda rueda y en 10 partidos estuvimos logrando el 70% de los puntos y en zona de Copa Libertadores. Estuvimos entre los primeros cuatro. Perdimos con Boca y terminamos cayendo al último. Y si nos faltó al final fue porque sufrimos muchas lesiones y porque encaramos todo esto con un plantel al que se le habían ido 15 jugadores y al que tuvimos que proyectarle un montón de juveniles. El tema de Racing ha sido bueno para mí. No alcanzó, pero bueno.

- Te tocó bailar con la más fea.

- Sí, pero la bailamos bien, ¿eh? Nos fue mucho mejor de lo que algunos dicen.

- Es el precio de no disponer de “tiempo” de trabajo.

- No, no hay tiempo. Mirá... Mirá la diferencia. Agarramos a Belgrano último en la primera rueda de la B Nacional (2011), y en apenas una rueda llegamos a una final, a la Promoción. Le ganamos a River y lo hicimos descender, con lo que eso significa. Después estuvimos cuatro años en Primera, de los cuales en tres clasificamos a la Sudamericana, en dos salimos segundos, en uno llegamos a la Pre Libertadores y vendimos por U$S 20 millones. Hay más: revolucionamos el fútbol en divisiones inferiores continuando un proyecto que ya estaba, hasta llegar al punto en que Belgrano prácticamente se abastecía solo. Después, tocó Racing. No armé el equipo, ni tuve participación en ninguna incorporación ni infidencia en la decisión de qué jugadores se iban y cuáles necesitaba. Lo tomé en la segunda fecha, un martes y el jueves teníamos que jugar con San Martín en San Juan. Y en ese contexto, teníamos que sacar resultados y estar entre los cuatro primeros. Lo logramos hasta las últimas dos fechas cuando terminamos jugando con un equipo alternativo.

- ¿Es un desafío hacerle entender al jugador de Atlético que la prioridad es el torneo local y no la Sudamericana?

- No, yo digo que lo importante para un equipo son todos los partidos que vienen. Tenemos la obligación de presentar siempre al mejor Atlético. Eso es lo que te exige un club como este. Para mí son todas finales, no me interesa si es una competencia nacional o internacional. Yo juego para ganar. Seguramente presentaremos un buen equipo en Bolivia.

- ¿Qué puestos son clave en tu esquema?

- Los 11 que están en cancha son fundamentales. Es importante que cada jugador sepa jugar en equipo. Todos tienen responsabilidades en conjunto, pero a su vez libertades. Ojo, si creés que podés ganar con 10 futbolistas que no marcan, te digo que es imposible. A mí me gustan los equipos ordenados, pero intensos, rápidos. Pero a veces tenés material para jugar así y otras no. El armado del equipo es sumamente importante para mí. A partir de los nombres se forman grandes equipos.

- ¿Qué no negocia Zielinski?

- El protagonismo, el esfuerzo, el grupo. Me gustan los equipos que piensen como un todo, que cada jugador se mate por el compañero. No concibo que un futbolista juegue y dé una imagen mala. Orden y esfuerzo tiene que haber siempre.

- ¿De refuerzos, cuántos necesitás?

- Dependerá de cuántos se vayan. Pero la idea es tener dos jugadores por puesto o bien utilizar como alternativa a chicos de las divisiones inferiores.

- Hablás de Atlético como un desafío...

- Lo es. Hay que consolidarlo en Primera, lograr que crezca como institución y que siempre esté en los primeros lugares.

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