La alergia a un remedio ya no obliga a suspender el tratamiento de base

La alergia a los medicamentos es un problema frecuente. De hecho, se estima que entre el 15% y el 25% de la población puede presentar reacciones ante cualquier fármaco. Sin embargo, el tema no es para alarmarse. Por un lado, porque la alergia puede desaparecer al cabo de un tiempo, como ocurre puntualmente con el caso de la penicilina. Y por otro, porque ya existen tratamientos de desensibilización para que si una persona necesita tomar un determinado medicamento al que es alérgica, pueda hacerlo sin mayores consecuencias. Así lo indica un comunicado emitido por el Hospital de la Universidad Austral, de Buenos Aires.

De lo que sí hay que ocuparse es de lograr un diagnóstico correcto. Determinar la alergia a un medicamento es, en general, difícil, afirman los especialistas.

La dificultad de llegar al diagnóstico se da porque, en general, no se piensa en una alergia a medicamentos. También porque en algunas ocasiones la reacción no es inmediata, tras la toma del remedio, sino que los síntomas aparecen a las 24 horas; entonces es más difícil asociar la reacción al fármaco. También puede ocurrir que si el paciente está tomando varios remedios a la vez no pueda discernir cuál es el que lo afectó.

Qué hacer

“Ante la sospecha de una alergia a medicamentos el primer paso es suspender todos los que sean prescindibles hasta encontrar la causa. Además, hay que evitar otros fármacos con estructura química similar, ya que podría haber una reacción alérgica cruzada. En cuanto al diagnóstico, se pueden realizar estudios de laboratorio, test percutáneos y epicutáneos (parches); mientras que una vez que sabemos cuál es la causa de la reacción, lo que se hace es tratar la alergia evitando los fármacos que la causan, ya que la mayoría de las drogas tienen una alternativa que producirá los mismos resultados médicos”, afirmó Ricardo Darío Zwiener. Él es médico del servicio de Alergia e Inmunología del Hospital Universitario Austral y profesor de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral.

Y cuando no hay alternativa farmacológica o la que está disponible no tiene la misma efectividad, la desensibilización es la manera de resolverlo.

Zwiener explicó que este es un procedimiento que se realiza con antibióticos, analgésicos, agentes quimioterápicos y biológicos, como anticuerpos monoclonales. Consiste en administrar el medicamento al cual el paciente es alérgico con dosis crecientes y progresivas hasta alcanzar la dosis terapéutica efectiva (es decir, la adecuada para poder tratar la enfermedad de base).

“Son procedimientos que se llevan adelante con medidas de protección adecuada. Por otro lado, la desensibilización se realiza con profesionales entrenados y, además de ser un procedimiento seguro y eficaz, tiene un valor enorme ya que permite a los pacientes con cáncer o alguna infección resistente poder recibir el medicamento de primera línea”, aclaró.

El especialista insistió en que llegar al diagnóstico rápido y de manera acertada es muy importante, ya que las reacciones de hipersensibilidad tienen un alto impacto en los pacientes porque pueden ocasionar morbi-mortalidad. Esto quiere decir que no sólo comprometen la vida, sino también dan lugar a la suspensión de los tratamientos de primera línea.