Una colección única de jarrones, espejos, arañas y magníficas pinturas en el techo

La Casa de Gobierno de Tucumán está considerado como uno de los palacios oficiales más hermosos del país. Su construcción coincidió con los tiempos en los que se importaban estilos desde Europa. En 1908 el gobernador de la provincia en ese entonces, Juan Luis Nougués, encargó la construcción de la sede administrativa de la provincia al ingeniero porteño Domingo Selva. En 1912, con la presencia del gobernador José Frías Silva y del presidente Roque Sáenz Peña, quedó inaugurado y desde ese día es reconocido como uno de los edificios estatales más imponentes del país.

Hace seis años se nombró al palacio gubernamental como Monumento Histórico Nacional. “Hubo que arreglar algunas filtraciones y someterlo a una gran limpieza”, apuntó el delegado de la Comisión Nacional de Monumentos, Ricardo Salim.

A esta distinción se suma desde el viernes otra también importante: fue incorporado a la Ruta Argentina del Art Nouveau, una iniciativa de la Asociación de Art Nouveau de Buenos Aires (Aanba), una de las instituciones más importantes de América en lo que respecta al estudio de este estilo. Es un reconocimiento especial para las exquisitas líneas del palacio construido por Selva. El nombre completo de la Ruta Argentina tiene como subtítulo “Arte patrimonio y esplendor de una gran época”

El flamantemente nombrado Emblemático Edificio por parte de la Aanba tiene un carácter ecléctico aunque, sin dudas, el art nouveau domina el lujoso Salón Blanco ya desde las escaleras de acceso que conducen a la planta alta, donde están ubicados algunos de sus distinguidos jarrones.

Este estilo se identifica por lo decorativo y el ornamento, por sobre todas las cosas. Tales son las características del art nouveau que se desarrolló en el país casi simultáneamente con Europa, fudamentalmente en la arquitectura. Los motivos más frecuentes en pinturas y moldes eran las flores, las hojas y la figura femenina; en la arquitectura y el diseño se multiplican las líneas sinuosas. Como uno de los referentes del modernismo se observaron las enormes arañas que cuelgan desde el techo y las pinturas del artista español Julio Vila y Prades, que era discípulo de Joaquín Sorolla.

La edificación coincidió con el tiempo de la belle epoque, del dandysmo y del florecimiento de un sistema que se desarrolla entre la última década del siglo XIX y 1920, cuando el capitalismo, tras la Primera Guerra Mundial, ingresa en una crisis.

Juan Carlos Pastrana, presidente de Aanba, sintetizó las razones de la elección del Salón Blanco y mencionó que el edificio mantiene el estilo de principios del siglo pasado; arquitectónicamente, consideró que está al nivel de los grandes edificios de la Capital Federal. Además, los especialistas encontraron en la cultura de la sociedad tucumana valores que quisieron resaltar, por lo que lo ubicaron dentro de un recorrido cultural general que comienza en Buenos Aires y concluye, justamente, en el palacio de Gobierno tucumano.

Detalles

En este solar, además de las arañas, sobresalen las moldurasbarrocas y las representaciones del techo, que captan la atención del público. Se trata de pinturas en tela que fueron aplicadas en el techo. Y los historiadores consignan que representan la lucha y la victoria de la independencia.

En las cuatro esquinas del salón hay cuatro floreros pintados con fuertes colores: son cabezas de dragones. A la par, detrás de una de las puertas espejadas, se encuentra el Salón Comedor. Es más pequeño y austero, pese a que sobre los enormes muebles de algarrobo exhibe numerosas piezas de platería, que fueron obsequios protocolares.

En el catálogo de las guías se indica que el salón es una réplica, en una escala menor, del Salón de los Espejos del Palacio de Versalles de Francia. Fue inaugurado en mayo de 1916 por el gobernador Ernesto Padilla, el año en que se celebró el Centenario de la Independencia.

Los paneles pintados sobre telas pegadas en el techo eran 16. Tres representan la Fe, conduciendo al pueblo argentino, entre cardos y espinas, emblema de las dificultades. Otros tres, representaban a la Victoria, coronada de laureles, todos ellos en figuras al desnudo y ecuestres.

Figuras femeninas exponían carteles de los años 1816 y 1916, en dos paneles laterales. Los ocho restantes, colocados en los ángulos, mostraban diversos especímenes de aves y naturaleza argentinas. Aparecían cóndores, ramas de laurel, plantas y flores, todo lo cual coincide con las características del art nouveau. A la derecha, los niños cantaban el Himno Nacional Argentino, cuyas primeras estrofas se transcribían sobre un pergamino rodeado de flores.

“Este reconocimiento nos ayuda a revalorizar el interior de la Argentina, donde nació nuestro país. Tenemos la grata satisfacción de declarar a la Casa de Gobierno como una de las joyas de las arquitectura a nivel nacional y mundial. Hay un solo palacio parecido a este y está en Praga, República Checa, en Europa”, destacó Pastrana al entregarle al gobernador Juan Manzur el reconocimiento. El mandatario anunció una futura restauración general del edificio (ver “Proyecto”).

Casa Sucar

La comisión de especialistas nacionales también visitó el viernes la Casa Sucar, y se reunió con el intendente Germán Alfaro para formalizar la incorporación de San Miguel de Tucumán en la Ruta Argentina y reconocer expresamente el esfuerzo del municipio para preservar ese edificio.

“Aquí encontramos lugares como la Casa Sucar, que la Municipalidad ha tomado como propia para la ciudadanía y realmente es una labor enorme, la hemos recorrido y nos maravilló”, agregó Pastrana.

Sobre los trabajos de revalorización del histórico inmueble ubicado en Salta al 500, el experto dijo: “es impactante la pasión que tienen los arquitectos por recuperarla y el apoyo institucional, sin el cual no hubiera sido posible obtener ese tesoro y con las consecuencias de que, si no pasaba esto, se perdía una joya a nivel nacional”.

El profesional anticipó que la Asociación estudia declarar a la Casa Sucar, una vez que termine de ser restaurada, como “décima segunda casa emblemática de la Argentina”, la misma distinción que se le otorgó a la Casa de Gobierno.

 

> Proyecto 
Tras la mudanza, “un faro del arte” 
“Nos sentimos orgullosos de la historia de los tucumanos y renovamos la esperanza de un futuro mejor. Y que a partir de este reconocimiento, podamos mostrar nuestra cultura y nuestro arte al mundo”, sostuvo el gobernador Juan Manzur, durante la incorporación del Salón Blanco como parte de la Ruta Argentina del Art Nouveau. El mandatario anunció que el edificio de la Casa de Gobierno será restaurado de forma íntegra cuando se muden las oficinas de los funcionarios a un nuevo emplazamiento, según un proyecto encargado al arquitecto César Pelli. “Tenemos sueños. Estamos a punto de terminar la documentación para la construcción de una nueva Casa de Gobierno y el equipo de Pelli ya está trabajando en la planificación. Cuando nos traslademos, pretendemos que este palacio sea un faro del arte y de la cultura, que puedan venir las grandes obras pictóricas y que podamos hacer convenios con los grandes museos de Argentina y América Latina, porque este lugar es un tesoro de nuestra cultura”, aseguró.