A 80 años de una idea inconclusa: una calle para unir las plazas Independencia e Yrigoyen

A 80 años de una idea inconclusa: una calle para unir las plazas Independencia e Yrigoyen

El proyecto de la Gran Avenida Central sólo fue concretado por una cuadra: el actual pasaje 2 de Abril. Conocé la historia de una iniciativa frustrada.

PICOTA. El intendente Aragón, que no pudo dar comienzo a la demolición, aprovechó los días posteriores para aportar su golpe de pico. archivo PICOTA. El intendente Aragón, que no pudo dar comienzo a la demolición, aprovechó los días posteriores para aportar su golpe de pico. archivo
26 Junio 2017

En junio de 1937 comenzaban los trabajos para la realización de la Gran Avenida Central que uniría la plaza Humberto Primo (hoy Hipólito Yrigoyen), frente al palacio de Tribunales, con la plaza Independencia, arteria que solamente fue concretada en una cuadra: la que va de General Paz hasta Las Piedras, que hoy recibe el nombre de pasaje 2 de Abril. El 1 de junio de hace 80 años los obreros comenzaron a derribar las casas expropiadas para abrir la calle que estaba incluida en el Plan Regulador y Centro Histórico Monumental, del arquitecto Ángel Guido.

Nuestra crónica expresaba, bajo el título “Comenzó la demolición de las casas expropiadas para abrir la Avenida Central”, lo siguiente: “conforme lo había resuelto el Departamento Ejecutivo de la Municipalidad se procedió con el auxilio de la fuerza pública, a dar principio a los trabajos de demolición de las propiedades de la calle General Paz al 400 que fueron expropiadas por la Comuna para abrir la Avenida Central”. El inicio de los trabajos fue supervisado por el intendente Roque Raúl Aragón y su secretario Enrique Salgado Martín junto al director de Obras Públicas, ingeniero Canelada, y el escribano Celedonio Guzmán Gutiérrez.

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Una triste noticia

La ceremonia estaba por comenzar cuando “el intendente recibió la infausta noticia del fallecimiento de su señora madre (Manuela Gancedo), circunstancia por la cual tuvo que alejarse precipitadamente, dejando encargado de la realización de dicho acto al señor Salgado Martín”. Poco después las cuadrilllas comenzaron los trabajos de demolición, “que comprenden cinco casas expropiadas” y un terreno donde funcionaba un mercado eventual. El intendente volvió a la zona unos días después para verificar el avance de los trabajos pese al luto.

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Desde 1912

La idea de la avenida Central ya era un tema impulsado por LA GACETA desde su nacimiento. En aquel primer número del 4 de agosto de 1912 cuando se hablaba del Centenario de 1816 ya se hablaba de la “avenida del Congreso en el marco de una serie de obras para revalorizar el centro histórico de la capital tucumana. Con respeto a la avenida se consideraba que el nombre “constituiría un homenaje a los próceres del año 16 y agregaba: no se realizaría, ingenuo es decirlo, sin un desembolso superior a la capacidad financiera de la provincia. No hay que esperar su realización de nuestro gobierno. A lo sumo, podrá prestarle un concurso limitado, aunque valioso, sin duda”. Para esta idea también se consideraba que los propietarios beneficiados debían contribuir “no sólo porque un interés general está de por medio, sino también porque su propio interés les aconseja no cruzarse de brazos”. Se hacía hincapié en el beneficio para las propiedades que estaban orientadas de este a oeste sin dejar de reconocer que las que estaban de norte a sur serían perjudicadas. Todo esto con la mira puesta en las celebraciones del centenario que también debían contar con el apoyo de la Nación, cosa que ocurrió a cuentagotas y en valor muy exiguo.

Más de dos décadas después el intendente Aragón impulsó la idea y el arquitecto Guido estuvo a cargo del proyecto. El profesional habló con uno de nuestros colegas explicando los beneficios para el tránsito ya complicado por entonces y el centro cívico de la ciudad. “La avenida, con dos plazas de cabecera y con sendos edificios públicos de jerarquía, como la casa de Gobierno y los Tribunales, y además en su parte media con todo un centro Histórico nacional, sistematizando la Casa Histórica, puede ser muy bien, la preparación del futuro Centro Cívico”. Pese a que la idea quedó inconclusa, el propio Guido destacaba en la entrevista “que dada la situación económica que atraviesa la Municipalidad se abrirá solamente la parte que enfrenta a la plaza Humberto I. Lo restante quedaría afectado y los propietarios no podrán construir obras costosas que hicieran malograr el proyecto”. También hizo referencia a las posibles herramientas financieras que se podían aplicar para la obra como las que se realizaron en otras ciudades del mundo. Además en la memoria que presenta el proyecto, Guido expresaba: “el destino de los edificios que constituirán el gran centro histórico no debe ser otro que el de instituto de historia y de cultura, muy especialmente el imprescindible Museo de Historia Patria y, a manera de actualizar las raíces recónditas de la argentinidad, sendos museos de arqueología y arte americano, indígena y colonial”. Para atraer al público sobre la idea, el proyectista consideró que se podría haber llevado adelante una consulta popular que consideró: daría un triunfo abrumador a favor, estoy seguro de ello”.

Todo lo pensado y expresado por Guido no se cumplió. La municipalidad nunca pudo superar sus ahogos económicos y el proyecto se fue desinflando, y fue olvidado.

Tribunales

El inicio de esta arteria obligó a cambiar la orientación del Palacio de los Tribunales, que ocupó el sitio donde estaba el Mercado del Sud, y que estaba por empezar a ser construido. “El cambio de orientación del edificio no exigirá modificaciones de importancia al proyecto aprobado y adjudicado, pues consultado el arquitecto autor ha manifestado su opinión en la forma referida”, resaltaba la crónica de nuestro diario. Para concretar la medida tuvieron que cambiar parte de los terrenos previstos en las ordenanzas previas entre la intendencia y el gobierno de la provincia. Además se dejaba en claro que los cambios eran sin costo para las partes debido a la necesidad pública.

En el siglo XIX

La avenida, de la que solo existe una cuadra, parece haber tenido ideas precedentes como la del intendente Zenón Santillán hacia fines del siglo XIX, quien “imaginó una avenida de una cuadra y media para unir la Casa Histórica con la plaza Independencia”, según el relato de Carlos Páez de la Torre (h).

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