El cazador que decidió dejar su legado en la capital mundial del cowboy

El cazador que decidió dejar su legado en la capital mundial del cowboy

En EEUU acuñó el sueño de su vida: el Museo de Historia Natural. Dinosaurios y mamuts conviven con recuerdos de sus recorridas por el mundo.

RECREANDO EL HABITAT DEL ARTICO. Uno de los dioramas o maquetas que pueblan el Museo de Bandera. Aquí, la tundra y su fauna.  RECREANDO EL HABITAT DEL ARTICO. Uno de los dioramas o maquetas que pueblan el Museo de Bandera. Aquí, la tundra y su fauna.
25 Junio 2017

A la ciudad de Bandera (Texas, Estados Unidos) se la conoce como “la capital mundial del cowboy”. Allí confluyen todo el tiempo miles de turistas, amantes de los espectáculos de rodeo y de largas cabalgatas por las sierras tejanas, con legiones de motoqueros, todo al compás de la música country. Ese escenario de una película del medio oeste americano atravesado por el siglo XXI es el que eligió el tucumano Juan Carlos Infante para montar su gran sueño, que acaba de cumplir un año: el Bandera Natural History Museum.

Nacido en la capital tucumana hace 82 años, Infante se recibió de ingeniero en 1961 en la UNT, donde le encontró el gusto a la Termodinámica (fue ayudante en esa cátedra de la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología). Pero de inmediato partió a Estados Unidos, contratado por una empresa norteamericana (Babcock and Wilcox Corporation, en Barberton, Ohio).

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Diez años después, este tucumano que pasaba sus vacaciones de infancia en Raco, que supo jugar tenis en el Lawn Tennis y rugby en la cuarta y en la segunda de Tucumán Rugby, fundaba en México la empresa Foster Wheeler Mexicana S.A. Esta firma se convirtió en el complejo industrial Axis, cuyo consejo de Administración preside, y es el socio mayoritario.   

Cuenta Infante que en paralelo con su carrera empresarial despuntó durante más de medio siglo otra gran pasión: la caza. Relató también que el Museo de Historia Natural que soñó y fundó el año pasado en Bandera es el corolario de esa pasión. Desde alguno de sus lugares en el mundo (se reparte entre México y EEUU) trató de sintetizar para LA GACETA los tramos más salientes de una vida que respira adrenalina. Una vida de aventuras que incluye, cuando tenía 22 años, viajes de práctica de combate con la flota de guerra argentina hacia los mares del sur en el crucero La Argentina y en el portaaviones Independencia.

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- ¿Qué lo inspiró a montar este museo?

- Por más de medio siglo viajé intensamente por el mundo practicando el deporte de mi pasión que es la cacería, acopiando ejemplares exóticos con la idea de, algún día, construir un Museo de Historia Natural. De hecho, todo el contenido del museo es el resultado de tantos años de haber acopiado trofeos y obras de arte (entre ellas esculturas talladas en jade y maderas africanas exóticas) que fueron donadas por mí, para integrar este maravilloso proyecto. Incluye una vasta colección de animales de todo el mundo montados de cuerpo entero por taxidermistas de fama internacional como Mario Aguilar Reed, de México, y Jimmy Deeringer, de Estados Unidos. En 1978 ya había adquirido en Texas una estancia en el condado de Bandera. Allí desarrollé Rocky River Ranch, una reserva natural y coto cinegético donde crecen libremente una variedad de animales exóticos: ciervo Sika (Manchuria), borrego Berberisco (norte de África), antílope Negro (India), jabalí Europeo, borrego Mouflon (Europa) , entre otros. Luego de investigar tres o cuatro opciones para desarrollar el museo elegí la ciudad de Bandera; porque era un lugar accesible, cerca de mi residencia en Texas; y porque transitan por allí aproximadamente 300.000 turistas al año, ya que es considerada la Capital Mundial de los Cowboys. Y eso nos asegura un flujo seguro y constante de visitantes.

- Esa “capital mundial del cowboy” también está llena de motoqueros...

- Sí, por Bandera circulan muchos clubes de motocicletas pues es un circuito turístico muy conocido. Es algo así como las sierras de Córdoba. También asisten muchos clubes de bicicletas, es una zona de sierras, arroyos, clima benigno. La primavera es sumamente colorida por las flores silvestres y el otoño por el color de las hojas. El llamado Hill Country de Texas es también conocido por las estancias de gente famosa, como es Tommy Lee Jones, entre otros muchos. Sería muy lindo que los tucumanos puedieran visitarnos.

- ¿En qué superficie se desarrolló el Museo?

- El proyecto se desarrolló en un predio de tres hectáreas. Incluye un área de exhibición de 1.500 metros cuadrados cubiertos, una casa habitación para el director del museo y un parque de dinosaurios de dos hectáreas, entre otras instalaciones.

- ¿Cuál es el favorito de los vistantes?

- El parque de dinosaurios es por lejos el preferido de los niños. Yo en lo personal siento gran cariño por una pieza exhibida en el Salón Internacional, protegida en caja de acrílico e intensamente iluminada. Se trata de un fósil de fémur de mamut de aproximadamente 25.000 años que registra cortes realizados por hombres prehistóricos con hachas de piedra, con el fin de acceder a la médula del hueso, fuente de alto valor alimenticio. Esta pieza fue encontrada accidentalmente durante una excavación por una de nuestras empresas constructoras.

- ¿Qué más encuentra el visitante del Museo de Historia Natural?

- El interior del museo está dividido en el Juan Infante International Hall, que alberga muchas esculturas, piezas de arte y animales de distintas partes del mundo, como también fósiles de dinosaurios; y el “trail of hábitats”, que incluye seis dioramas de animales en su hábitat natural complementados con murales pintados por reconocidos artistas neo-impresionistas. A juzgar por la opinión de los visitantes, este museo representa el novedoso concepto de explorar, exhibir arte, educar y entretener. Acabamos de celebrar nuestro primer año de vida y ya han pasado por aquí 15.000 visitantes.

- ¿Cuántos de los animales expuestos son reales?

- Sólo los 16 dinosaurios no son animales reales; fueron fabricados de fibra de vidrio y cubiertos con una capa de pintura acrílica, con los métodos más modernos. Los demás son animales reales. Están exhibidos algunos en bases especiales y en otros se representan sus respectivos hábitats. Estos últimos son más o menos 110 animales de cuerpo completo y por supuesto, bajo techo. La obra completa implicó una inversión de aproximadamente tres millones de dólares. Fue un proyecto cuya ejecución se concretó en seis años.

- En los Estados Unidos hay una gran tradición de voluntariado. Y el impulso privado es central en la cultura. ¿Se refleja eso en este museo?

- De hecho, la obra se realizó en su totalidad con fondos privados, casi todos de origen personal mío donados a la institución. Y el museo está administrado por un director, que reporta a un consejo directivo integrado por prominentes empresarios y profesionales de la comunidad local. El Bandera Natural History Museum es una corporación de beneficencia, sin fines de lucro, registrada con el gobierno federal de EEUU para operar sin cargas impositivas y autorizada para emitir recibos deducibles de impuestos a sus patrocinadores. Sólo trabajan cuatro personas asalariadas y el resto del personal son voluntarios reclutados de la comunidad de Bandera.

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