Una cómica disputa por un castillo misterioso

“Abracadabra” tuvo un gran verano en la cartelera de Carlos Paz y está de gira nacional. Fredy Villarreal reivindica la labor de los imitadores.

EN ESCENA. Primeras figuras del humor argentino le dan vida a “Abracadabra”, que hoy visita Tucumán. EN ESCENA. Primeras figuras del humor argentino le dan vida a “Abracadabra”, que hoy visita Tucumán.
25 Junio 2017

La historia transcurre en un misterioso castillo que perteneció al Gran Mago Randal, quien tomó los recaudos para que sus extraordinarios poderes y su enorme riqueza quedaran en manos de uno de sus dos mejores discípulos: Abra o Cadabra. Tras la muerte del Gran Mago y aprovechando que, misteriosamente, Abra ha desaparecido, Frida, la ambiciosa hechicera del castillo (Iliana Calabró), convoca a Cadabra (Fredy Villarreal), para que junto a su novia y asistente Melina (Silvina Luna) hereden toda la fortuna y descubran el legado oculto.

Palabras más, palabras menos, este es el argumento de “Abracadabra”, la comedia que disfrutó una exitosa temporada en Carlos Paz, y en la que participan Calabró, Villarreal, El Polaco, Luna, Flor Vigna, Alejandro Huevo Müller, Gustavo Conti y Pedro Alfonso, y que hoy sube a escena en el Teatro Mercedes Sosa.

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“La obra es extraordinaria, vistosa. Pudimos mezclar el gusto popular y el humor sano que divierte a grandes y a chicos. Por algo ha reunido a 70.000 espectadores. Y eso nos hace recorrer la Argentina, pero también Paraguay y Uruguay. Con un elenco de gran espectáculo, con mediáticos, bailarinas. Todo un combo que resume un éxito”, sintetizó Villarreal en diálogo con LA GACETA.

El humorista destacó la cordialidad interna que vive el grupo. “Eso hace que un viaje, aún cuando tenga horarios difíciles o se suspenda el vuelo y debamos viajar en un colectivo, sea fantástico, porque compartimos la noche con mates, truco y la pasamos bárbaro con mis compañeros. Sobre todo teniendo en cuenta que van los artistas y el equipo de trabajo completo”, señaló.

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El conocido cómico, que se hizo famoso en el programa de Marcelo Tinelli, es reconocido por sus graciosas imitaciones de personalidades y de políticos, como fue la de Fernando de la Rúa. “El humor es un área muy complicada para suscitar la risa. El drama se consigue a partir de lo que nos pasa a todos, por eso nos sentimos más identificados con este género”, agrega. Y define: “todos los imitadores debemos ser buenos actores, porque si no, la imitación no sería buena”.

-¿ Qué extrañas del humor de los 90? ¿Cuál es tu preferido?

- El humor se modificó porque el programa de Tinelli cambió el formato. No es un mismo programa; el de ahora es un concurso de baile, y hay que recordar que empezó como deportivo, va mutando, cambiando. Yo agradezco ser la cucaracha que el rey no mata. Integré el elenco de VideoMatch y pude adaptarme a los cambios; hay que aguantar y resistir. Ahora estoy con un personaje que genera empatía y gran ternura. Genero situaciones de humor.

- A la distancia, ¿cómo tomaste los dichos de De la Rúa cuando te responsabilizó de su descrédito?

- Lo vivo a la distancia de igual manera que en su momento. Un presidente debe gobernar un país, y no existe ningún país que puede echar la culpa a un humorista por la mala gestión. Si uno fogonea a favor, decanta por la propia gestión, no por el humorista. El tema fue que De la Rúa no hizo las cosas como debía, como tenía que hacer; yo no tengo nada que ver. No traté nunca de ser un “piantapresidente”, y mirá que imité a varios… Hago humor y eso no tiene que tener un espíritu malicioso.

- Pero te ubicás en una situación difícil, complicada.

- Cuando hago humor, tengo que ser hasta sanamente demagogo te diría, para no entrar en el tema de la grieta. Pongo una de cal y otra de arena. No quiero que la gente se enoje conmigo, por eso tengo que contemplar el gusto de todos. Que todos entiendan lo que es una caricatura, que no es un retrato. Hago una deformación del personaje para hacer reír. Si lo destruyo, me quedo sin personaje.

- ¿Cómo imitás?

- Que se parezca físicamente y saque la voz son elementos importantes, pero no alcanza con eso solo; hay que pensar como pensaría esa persona. Son muchos elementos que hay que tener en cuenta: imitar es trabajo de un actor. Por eso digo, todos los imitadores debemos ser buenos actores, porque si no, la imitación no sería buena.

- ¿Tenés un estilo?

- Mi estilo es hacer reír, en el humor no persigo un tecnicismo. Hoy hago imitaciones… Me encanta hacer reír, en el formato que tenga que hacerlo. La actualidad y el humor suscitan la atención del público, porque es algo de lo que sabemos todos. Digamos que con eso hay un terreno allanado para el artista. El humor es muy amplio, un universo infinito.

-Después de la terapia intensiva y el susto que viviste en octubre, ¿cambió en algo tu idea de la proximidad de la muerte?

- Soy muy miedoso de la muerte, no de mi propia muerte, sino del dolor que puedo generar en el otro. No quiero ser insolente y pensar que la muerte no tiene dolor, pero imagino que se transita bien. Yo siento que en realidad vivo por los demás.

ESTA NOCHE

• A las 20.30 en el Teatro Mercedes Sosa (San Martín 479).

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