A un mes de la muerte de Matías, en el Gymnasium la bandera sigue flameando a media asta

Lentamente, el Gymnasium de la UNT se pone de pie y va tomando ritmo. Los chicos ya han comenzado a prepararse para las olimpíadas de Geografía, Historia y Biología y para la representación del Modelo de la ONU. Los de 6° año han empezado las reuniones para organizar el campamento de noviembre. Pero el golpe ha sido grande. Duele todavía. Los lunes, después el izamiento, un chico cruza en silencio el patio y deja la bandera a media asta.

Las ironías de la vida. La semana anterior los alumnos del Gymasium habían participado de una mesa panel sobre la baja de la imputabilidad de los menores, en la Facultad de Derecho de la UNT. Un día y medio antes de aquel fatídico viernes 19 de mayo -cuando Matías Albornoz Piccinetti era atravesado por un cuchillo en la esquina de Santiago y 25 de Mayo- estaban evaluando la Semana del Colegio. “Concluimos que había sido la mejor semana en muchos años. Todo había salido bien, ordenado”, dice aún sin poder comprender qué pasó la directora del Gymnasium, Sandra Mansilla.

Los hechos de lo que ocurrió ese día están en investigación, hay muchas versiones, señala la docente. “Lo que duele es que se dijeron tantas cosas que no eran ciertas... Que todo fue consecuencia de una pelea en la Semana del Colegio, que eran chicos de tal o cual escuela... Destructivo”, resume. Hace una larga pausa. “El duelo se hizo -y se hace- en el propio colegio. Los chicos no querían quedarse en la casa. Comenzamos con jornadas de reflexión, donde los más pequeños trabajaron con las profesoras de Plástica para que expresaran lo que sentían. Fue una semana de reflexión y acompañamiento de los docentes y del gabinete interdisciplinario. Los profesores también sufrimos esa conmoción. Ha sido un trabajo interno muy fuerte durante este mes, que nos ha dejado a todos una sensación de vulnerabilidad muy grande”, confiesa.

Hubo dos grupos que recibieron de lleno el impacto de la muerte: los alumnos de primer año, que eran pupilos de Matías, y sus compañeros de 6° año, aunque para todo el colegio fue un gran cimbronazo. “Las tutorías estudiantiles son algo muy fuerte para nuestros alumnos. Los mayores transmiten principios y hábitos a los más chicos, y se arman vínculos muy fuertes entre ellos. Un grupo de los menores estaba de gira en Santa María. Cuenta el profesor que los acompañaba, y que le tocó avisarles lo que había pasado, que esa noche lloraron todos. Los más grandes sintieron que perdían a un hermano que había ido a defender a otro”, agrega.

No habrá venganza

“Nuestros chicos no son violentos ni agresivos. No es justo que por un evento desaparezca todo lo que significa ser gymnasistas, ser jóvenes, adolescentes y disfrutar de esa juventud”, reflexiona.

“No nos cerramos a la comunidad, por eso hoy queremos abrirnos para contar todo lo que se ha hecho en este mes. En el Día de la Dignidad Gymnasista los alumnos han renovado los principios humanísticos del Gymnasium, de solidaridad, respeto y participación. Ellos lo tienen muy claro. Por eso desde el primer día dijeron que no habrá venganza, ni represalia. Defenderán los principios para que nunca más ocurra esto”, transmite.

A pesar del luto que todavía subsiste, los resultados de las pruebas Aprender han levantado los ánimos. El 56% de los alumnos ha logrado un desempeño satisfactorio y avanzado, y más del 80% lo ha hecho en Lengua, Biología e Historia. Las actividades académicas y recreativas retomaron su ritmo habitual, pero algo ha cambiado: en cada cosa que hacen, Matías está presente. Lo invocan, lo lloran pero también lo honran cada mañana.