Cien años de soledad, medio siglo después

Cien años de soledad, medio siglo después

En junio de 1967, Sudamericana editaba en la Argentina la novela que marcaría, como ninguna otra, a la literatura latinoamericana. Se tomó la inusual decisión de imprimir 8.000 ejemplares de esta obra de autor desconocido. Dos semanas después de la salida, aparecía la segunda edición y el fenómeno, que quebraría la barrera de las 100 ediciones, no se detendría nunca más.

25 Junio 2017
De nada a todo
Por Silvia Paternostro*
A García Márquez le llegó la fama y el dinero cuando apenas tenía 39 años y de un día para otro se transformó de nada a todo.
                                                              © LA GACETA 
* Autora de Soledad & Compañía - un retrato a voces de Gabriel García Márquez 
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La decisión
Por Juan Gustavo Cobo Borda *
García Márquez, Vargas Llosa y Fuente se dedicaron a ser escritores, creando el espacio propicio para mantener sus oficios. García Márquez le preguntó a Fuentes, a principios de los 60 (vivían en México y escribían guiones de cine): “Fontacho, ¿vamos a seguir tratando de salvar al cine mexicano o vamos, de una buena vez, a escribir la gran novela americana?” Y entonces se pusieron a escribir, sin parar, durante medio siglo.                                                               © LA GACETA
* Miembro de la Academia Colombiana de La Lengua. Coautor de El arte de leer a García Márquez.
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El boom editorial
Por Gloria Rodrigué *
El crítico chileno Luis Harss había entrevistado a un escritor al que ignoraba, por recomendación de Carlos Fuentes, para incluir su reportaje en un libro sobre las promesas y las figuras que estaban marcando una tendencia dentro de la literatura latinoamericana. Le recomendó a su editor, Francisco Porrúa, que adquiriera los derechos de sus libros. Porrúa leyó La hojarasca y El coronel no tiene quien le escriba, obtuvo la aprobación de mi abuelo (Antonio López Llausás, editor de Sudamericana) y por 500 dólares la editorial obtuvo los derechos de Cien años de soledad, la novela que García Márquez estaba terminando. 
                                                               © LA GACETA
* Ex directora editorial de Sudamericana, editorial que publicó Cien años de soledad en junio de 1967 y la mayor parte de los libros de García Márquez.  
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La casa de la infancia
Por Jill Levine*
Gabo quería desentrañar lo que había ocurrido en la casa de su niñez (de hecho La casa fue el primer nombre de su gran novela). Y logró hacerlo cuando descubrió                                       que las voces para contar adecuadamente la historia que tenía dentro eran las de sus abuelos. Particularmente la forma en que su abuela le relataba los más increíbles sucesos dentro de un contexto completamente cotidiano. El libro fue así tomando forma. Comenzó siendo la historia de un hombre, luego se convirtió en la de una familia y, finalmente, en una metáfora de Colombia y de toda América latina.
                                                                 © LA GACETA
* Autora de El espejo hablado: un estudio de Cien años de soledad. 
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La prehistoria
Por Ernesto Schoo *
Aquella noche de noviembre de 1966, mientras el avión descendía sobre la constelación de luces de la Ciudad de México, yo me preguntaba con cierta inquietud sobre el personaje a quien Primera Plana me había encomendado entrevistar para una nota de tapa que se editaría seis o siete meses después. Gabriel García Márquez. ¿Quién lo conocía? Colombiano, 38 años, casado, dos hijos, algunas novelas y algunos relatos publicados en su tierra y en México, país este último en el que residía desde seis años atrás. Al parecer, en 1965, tras un año y medio de dedicación exclusiva, había terminado la novela que lo obsesionaba desde siempre. Poco más de 300 páginas (1.300 cuartillas escritas a razón de ocho horas diarias, sin contar el material descartado), donde se desplegaban la realidad (atroz, a menudo) y la leyenda (poblada de desmesuras, sueños frustrados e imaginación desbordante) de la América criolla.
                                                               © LA GACETA
* En 1966 hizo la primera entrevista de un medio argentino a García Márquez.
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El descubrimiento
Por Tomás Eloy Martínez *
Hay una historia que García Márquez y yo recordamos mucho. Porrúa me llama por teléfono a Primera Plana y me dice: “Tenés que venir a leer una novela extraordinaria’’. Fui a su casa, estaba lloviendo mucho, vi una fila de papeles en el suelo y cuando empecé a pisarlas, Porrúa me gritó: “estás pisando el manuscrito de la novela’’. El elemento identificador de ese manuscrito, que se perdió, son las huellas de los zapatos, que van de la página 92 a la 105. Le dije a Paco Porrúa que teníamos que invitar al autor como jurado del concurso de novela de Primera Plana. Así fue como nos conocimos. El me enseñó a manejar marcha atrás en mi auto. Yo se lo prestaba para que fuera a besarse con su mujer a los bosques de Palermo. En fin, nació una amistad que nunca se interrumpió.
                                                                © LA GACETA
* Fue el autor de la primera crítica integral de Cien años de soledad que se publicó en el mundo entero. 
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Cosas que le pasan a la gente
Por Gabriel García Márquez *
Los novelistas como Cortázar, Carpentier, Guimaraes Rosa, Vargas Llosa y yo mismo nos estamos dando cuenta de la verdadera realidad latinoamericana y para poder expresarla tenemos que experimentar nuevas formas, que tienden a resaltar más acertadamente esa realidad. Creo que escribir novelas es contar las cosas que le pasan a la gente.
* Entrevista de Antonio Requeni publicada originalmente en La Prensa en 1967.
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El olfato
Por Ramiro de Casasbellas *
Paco Porrúa conocía a fondo la obra del colombiano (hasta entonces: tres novelas y un libro de cuentos), y había dispuesto la publicación de Cien años de soledad, por Sudamericana, cuando decidí que Primera Plana entrevistara al autor en México, donde vivía, y encargué a Schoo el reportaje…El ‘olfato’, pues, es ante todo el de Porrúa.
                                                              © LA GACETA
* En 1967 era director periodístico de Primera Plana, la revista que catapultó a la fama a García Márquez.
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El poder
Por Jon Lee Anderson*
Gabo tenía interés y hasta fascinación con el poder y lo que había significado en su pueblo y su hemisferio: personajes literarios memorables de su creación, como el Coronel Aureliano Buendía, son resultados de esa fascinación.
                                                              © LA GACETA
* Maestro de la Fundación Nuevo Periodismo, creada por García Márquez.

De nada a todo
Por Silvia Paternostro*

A García Márquez le llegó la fama y el dinero cuando apenas tenía 39 años y de un día para otro se transformó de nada a todo.
© LA GACETA 

* Autora de Soledad & Compañía - un retrato a voces de Gabriel García Márquez 


La decisión
Por Juan Gustavo Cobo Borda *

García Márquez, Vargas Llosa y Fuente se dedicaron a ser escritores, creando el espacio propicio para mantener sus oficios. García Márquez le preguntó a Fuentes, a principios de los 60 (vivían en México y escribían guiones de cine): “Fontacho, ¿vamos a seguir tratando de salvar al cine mexicano o vamos, de una buena vez, a escribir la gran novela americana?” Y entonces se pusieron a escribir, sin parar, durante medio siglo.

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* Miembro de la Academia Colombiana de La Lengua. Coautor de El arte de leer a García Márquez.


El boom editorial
Por Gloria Rodrigué *

El crítico chileno Luis Harss había entrevistado a un escritor al que ignoraba, por recomendación de Carlos Fuentes, para incluir su reportaje en un libro sobre las promesas y las figuras que estaban marcando una tendencia dentro de la literatura latinoamericana. Le recomendó a su editor, Francisco Porrúa, que adquiriera los derechos de sus libros. Porrúa leyó La hojarasca y El coronel no tiene quien le escriba, obtuvo la aprobación de mi abuelo (Antonio López Llausás, editor de Sudamericana) y por 500 dólares la editorial obtuvo los derechos de Cien años de soledad, la novela que García Márquez estaba terminando. 
© LA GACETA

* Ex directora editorial de Sudamericana, editorial que publicó Cien años de soledad en junio de 1967 y la mayor parte de los libros de García Márquez.  

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La casa de la infancia
Por Jill Levine*

Gabo quería desentrañar lo que había ocurrido en la casa de su niñez (de hecho La casa fue el primer nombre de su gran novela). Y logró hacerlo cuando descubrió que las voces para contar adecuadamente la historia que tenía dentro eran las de sus abuelos. Particularmente la forma en que su abuela le relataba los más increíbles sucesos dentro de un contexto completamente cotidiano. El libro fue así tomando forma. Comenzó siendo la historia de un hombre, luego se convirtió en la de una familia y, finalmente, en una metáfora de Colombia y de toda América latina.
© LA GACETA

* Autora de El espejo hablado: un estudio de Cien años de soledad. 


La prehistoria

Por Ernesto Schoo *

Aquella noche de noviembre de 1966, mientras el avión descendía sobre la constelación de luces de la Ciudad de México, yo me preguntaba con cierta inquietud sobre el personaje a quien Primera Plana me había encomendado entrevistar para una nota de tapa que se editaría seis o siete meses después. Gabriel García Márquez. ¿Quién lo conocía? Colombiano, 38 años, casado, dos hijos, algunas novelas y algunos relatos publicados en su tierra y en México, país este último en el que residía desde seis años atrás. Al parecer, en 1965, tras un año y medio de dedicación exclusiva, había terminado la novela que lo obsesionaba desde siempre. Poco más de 300 páginas (1.300 cuartillas escritas a razón de ocho horas diarias, sin contar el material descartado), donde se desplegaban la realidad (atroz, a menudo) y la leyenda (poblada de desmesuras, sueños frustrados e imaginación desbordante) de la América criolla.
© LA GACETA


* En 1966 hizo la primera entrevista de un medio argentino a García Márquez.


El descubrimiento
Por Tomás Eloy Martínez *

Hay una historia que García Márquez y yo recordamos mucho. Porrúa me llama por teléfono a Primera Plana y me dice: “Tenés que venir a leer una novela extraordinaria’’. Fui a su casa, estaba lloviendo mucho, vi una fila de papeles en el suelo y cuando empecé a pisarlas, Porrúa me gritó: “estás pisando el manuscrito de la novela’’. El elemento identificador de ese manuscrito, que se perdió, son las huellas de los zapatos, que van de la página 92 a la 105. Le dije a Paco Porrúa que teníamos que invitar al autor como jurado del concurso de novela de Primera Plana. Así fue como nos conocimos. El me enseñó a manejar marcha atrás en mi auto. Yo se lo prestaba para que fuera a besarse con su mujer a los bosques de Palermo. En fin, nació una amistad que nunca se interrumpió.
© LA GACETA

* Fue el autor de la primera crítica integral de Cien años de soledad que se publicó en el mundo entero. 


Cosas que le pasan a la gente
Por Gabriel García Márquez *

Los novelistas como Cortázar, Carpentier, Guimaraes Rosa, Vargas Llosa y yo mismo nos estamos dando cuenta de la verdadera realidad latinoamericana y para poder expresarla tenemos que experimentar nuevas formas, que tienden a resaltar más acertadamente esa realidad. Creo que escribir novelas es contar las cosas que le pasan a la gente.

* Entrevista de Antonio Requeni publicada originalmente en La Prensa en 1967.


El olfato
Por Ramiro de Casasbellas *

Paco Porrúa conocía a fondo la obra del colombiano (hasta entonces: tres novelas y un libro de cuentos), y había dispuesto la publicación de Cien años de soledad, por Sudamericana, cuando decidí que Primera Plana entrevistara al autor en México, donde vivía, y encargué a Schoo el reportaje…El ‘olfato’, pues, es ante todo el de Porrúa.
© LA GACETA

* En 1967 era director periodístico de Primera Plana, la revista que catapultó a la fama a García Márquez.


El poder
Por Jon Lee Anderson*

Gabo tenía interés y hasta fascinación con el poder y lo que había significado en su pueblo y su hemisferio: personajes literarios memorables de su creación, como el Coronel Aureliano Buendía, son resultados de esa fascinación.
© LA GACETA

* Maestro de la Fundación Nuevo Periodismo, creada por García Márquez.

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