Nadia González: “antes se pedía permiso para entrar a una milonga, ahora es un boom”

La más feliz combinación en la vida de un artista, la búsqueda y el encuentro, son ideas fuertes en el discurso de la cantora Nadia González: “encontré tangos. Cumplía años mi abuela y yo quise cantarle tangos. En el taller de Cecilia Paliza había escuchado a gente mayor que los cantaba. En mi casa sólo había un par de CD de compilados. ‘Vida mía’, por Rosana Falasca y ‘Uno’, por Susana Rinaldi me encantaron. Entonces comencé a buscar más en internet. Tenía 14 años cuando decidí dedicarme al tango”.

Ahora tiene 25, es licenciada en Comunicación Social, locutora y trabaja en la Unsta. Pero su eje es ser tanguera. La impulsa desde niña su voz de soprano dramática, desde el Coro de Niños de la Provincia, sus talleres de canto y su búsqueda por el folclore, el rock y los boleros, hasta llegar a lo más difícil, el tango. Llegó a un PreBaradero (mintiendo que tenía 16 años), quedó seleccionada y empezó a profesionalizarse, siempre acompañada por sus padres.

Entrar en la milonga

“Hace 12 años era más chica la movida, a diferencia de ahora, que estamos en un boom. En aquel momento entrar en una milonga era pedir permiso, presentar los tangos con nombre y apellido del autor y recién cantar; mucho protocolo”, sostiene Nadia.

Recuerda a Luli Estafanoni, dueño de La Catedral del Tango, que la instruyó: “entonces no se podía cambiar la melodía del tango hasta después del primer estribillo; tenías que ser mucho más estudioso del tango que ahora. Tenías que demostrar que sabías la partitura original”.

Varios tangueros, como Julián Morel, se volvieron como sus tíos, y le dieron respaldo. Después vinieron espectáculos y concursos, dos finales en PreCosquín. Pero el punto más alto fue en 2012, cuando cantó en un concurso en el Luna Park, en el aniversario del natalicio de Hugo del Carril: “fue hermoso, emocionante; estaban referentes como Alberto Podestá y Raúl Lavié, entre otros. Nunca me voy a olvidar”.

No sólo canta, también colecciona: “tengo de todas las orquestas, más de 500 versiones de temas de Piazzolla, 300 de Gardel. Es que me encanta estudiar tango. He participado de los encuentros internacionales en Buenos Aires. Es muy bueno, porque hay cosas que se transmiten de generación en generación, que no están en los libros, son propias del yeite del tango, que tiene muchos secretos, y se aprenden allá”.

Los maestros

“Gardel es el mito desde su nacimiento y más allá de su muerte. Me encanta Piazzolla y la conexión entre ellos. Roberto Rufino fue un gran cantor y ha sido el maestro de Roberto Goyeneche. Admiro a las Marías, Garay y Graña”, resume.

“Entre los jóvenes hay muchísima gente nueva y muchos estilos nuevos -apunta-. Los que vuelven con las orquestas típicas que hacen renacer el tango de los 50, como Ariel Ardit, la orquesta típica El arranque; por otro lado la Fernández Fierro, y otros como el tango electrónico, también Bajo Fondo, o Amores tangos, que vuelve a la milonga, al candombe y a la murga, que es lo que hay en la calle hoy. Entre las cantoras me gusta Lidia Borda, que tiene algo campero muy natural, y Virginia Luque, que era mucho más actriz”.

Entre los autores, elige a Enrique Santos Discépolo: “porque es el escritor del que está solo y espera. Dice que un tango es una obra de teatro en tres minutos. Me gusta tomarlo así, sólo que cada vez que lo canto, lo interpreto de un modo diferente; nunca dos veces igual”.

En Tucumán

“Hay una movida muy joven: en las milongas hay chicos de 20 a 30 años, un espacio donde no hay nada, y después vienen los de 45 para arriba. Hay como dos generaciones distintas. Parece que el rock nacional tomó la generación intermedia. Hay cada vez más milongas y más bailarines jóvenes”, analiza Nadia.

Más de una vez sus coetáneos le dijeron la típica frase: “¿cómo te va a gustar el tango? Eso es de viejos”. Ella siempre tuvo respuesta, aquella que dictó Aníbal Pichuco Troilo: “el tango espera a todos”.

“Lo bueno es cuando uno lo encuentra. En mi caso, yo estaba buscando algo diferente y lo encontré temprano. Es una forma de vida, una forma de ver las cosas, melancólica -enfatiza-. Me dicen ‘¿por qué no escribís tangos nuevos?’. A veces pienso que tendría que renovar y después pienso que tanta poesía no pasa de moda”.

Antes y después

“Piazzolla y Gardel son referentes máximos porque han marcado un antes y un después en el tango. Antes de Gardel, el cantante era sólo estribillista. La orquesta tocaba todo el tema y al final el cantante cantaba sólo el estribillo, y se iba. Era un instrumento solista que entraba al final. Después de Gardel toma un rol protagónico el cantante. Además, con la fama que le dieron sus películas (fue uno de los primeros argentinos que hizo protagónicos en Estados Unidos). Hizo más de 10 películas, y fue el precursor del videoclip. Por cada película estaba obligado a sacar cuatro temas nuevos. Él componía sus tangos (y eso que no sabía música). No hay otro igual, y no sé con qué tema quedarme. ‘El día que me quieras’ es uno de los más versionados en la historia de la música, pero también son íconos culturales ‘Volver’, ‘Por una cabeza’ y ‘Mano a mano’”.

No hay dudas: Nadia González lleva el tango en el alma. Para escuchar su voz hay que agendar: el 8 de julio estará en Tangos del Bicentenario, con nuevo repertorio, en el Teatro Rosita Ávila, junto a Grillo Córdoba, Quinteto El Brete, bailarines y un grupo de teatro. Y todos los sábados, de 12 a 13 conduce “Voz de tango” por Radio Universidad (94.7).

> PUNTO DE VISTA

Experiencia metafísica

- JESÚS ALBERTO ZEBALLOS - Doctor en Filosofía

Al reflexionar sobre el tango resulta inevitable asumir determinadas perspectivas. Y es inevitable también parcializar la mirada. Es como si desmembráramos un cuerpo vivo, dado que el tango, como la vida misma, es un todo orgánico multifacético. Sin embargo, la precariedad del lenguaje racional, analítico, impone límites al horizonte de nuestra mirada. De acuerdo con ello, he decidido aproximarme al tango desde una perspectiva que considero no explotada: la metafísica.

Enrique Santos Discépolo (foto) arriesga una aproximación terminológica, si no definición, a la esencia o el ser del tango: “un pensamiento triste que se baila”. Es conocida la reacción de Jorge Luis Borges, quien opinaba que “ese señor (sic) parece que no conoció ‘El cuzquito’ de Vicente Greco o ‘El choclo’ de Villoldo, que trasuntan alegría y coraje”. Curiosamente, ambos tienen razón; aunque Borges se refiere obviamente a la época precontursiana del tango y Discépolo a la suya propia. Tanto la alegría como la tristeza son emociones humanas que no pueden estar ausentes en esta música-danza poetizada o, si se prefiere, en esta poesía musicalizada y dancística. Como una resonancia amplificada del dictum de Terencio -“Soy hombre, juzgo que nada humano me es ajeno”-, ninguna faceta humana está ausente en el tango.

A partir de esta definición analizo estos tres conceptos: pensamiento, tristeza y danza. Me atrevo a sostener que en el tango se vive una experiencia metafísica privilegiada. El tango, como poesía o como danza, es la celebración de una liturgia de recogimiento desde el mundo exterior hacia el templo de la propia interioridad. En cuanto a la tristeza, sostengo que se debe a la condición humana, metafísica de aspiración por lo infinito, lo cual explicaría la difusión y aceptación del tango en países de cultura tan diversa. 

> La revista del tango 
Presentación en Filosofía y Letras

Hoy a las 19, en el salón de actos de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNT (avenida Benjamín Aráoz 800) tendrá lugar el relanzamiento del Ateneo del Tango, con la presentación de la revista “Berretín”. Se hará una breve introducción sobre la historia de la Fundación Ateneo del Tango y luego Jesús Alberto Zeballos brindará la conferencia “Tango y metafísica”. El cierre estará a cargo de Víctor Juárez y su bandoneón, que acompañará a cantores y a los bailarines Cyntia y Ronald.
“Berretín” es el pregón de la Fundación Ateneo del Tango. Publica noticias sobre la movida tanguera en Tucumán. Este número incluye el XXXIII Congreso Nacional del Tango que a fines de 2016 se realizó en Tucumán; dos breves ensayos sobre el tango y la mujer, de Raúl Nader y Luis Jaime, profesores de Filosofía y Letras; una semblanza de José Luis Padula, por Roberto Espinosa; un poema y dos entrevistas, una al bandoneonista Juárez, y otra a Cinthia y Ronald, directores de una academia de baile.

> Recital de tango 
“Mano a Mano”

Hoy, a las 23, en Mandinga Taberna Cultural (av. Mitre 771) habrá recital de tango con Cecilia González y Juan Lapacho en voz, junto a Francisco Santamarina, Mauro Segura, Alfonsina Miliotto, Víctor Dufur, Francisca Alarcón Irrazábal y Daniel Costilla. Luego el Dúo La Trova y La Promis Band ofrecerán música latinoamericana.

> Cantores y milonga 
Acto en homenaje a Carlos Gardel

Para mañana al mediodía, el Ateneo del Tango organiza un acto en homenaje a Carlos Gardel. Será en plaza Urquiza, frente al flamante monumento al “Zorzal Criollo”. Habrá un breve discurso, se colocarán ofrendas florales, cantores entonarán tangos y al final se armará una milonga generalizada.