18 Junio 2017
UN RECONOCIMIENTO HACIA LAS PERSONAS QUE LO INSPIRARON. Según el autor, el “despertar espiritual” consiste, “ni más ni menos que en haber adquirido un nivel de consciencia superior al que teníamos”.
CRÓNICAS
HASTA QUE PUEDAS QUERERTE SOLO
PABLO RAMOS
(Alfaguara - Buenos Aires)
El tema de este libro es el sufrimiento que conlleva la vida de un ser humano dominado por la adicción al alcohol o a las drogas. Sin embargo, las crónicas que lo componen narran episodios vinculados a estados de conciencia y, por decirlo de alguna manera, a la predisposición interior que pugna por librarse de ella. El relato transita precisamente por esos atisbos de luz y la fuerza de la oscuridad entre la que se debate la vida de estos seres. En la que se debatió la vida de Pablo Ramos, el escritor.
Ese aspecto de lo testimonial se plasma en los 12 fragmentos que anteceden los 12 capítulos en los que el autor explica el principio que guía cada uno de los “12 pasos”, un Programa de recuperación de Alcohólicos Anónimos y Narcóticos Anónimos. Pero fundamentalmente, esos fragmentos son expresiones de reconocimiento hacia las personas que inspiraron las historias o asistieron al autor, generalmente en forma casual, a transitar los pasos para lograr “un despertar espiritual” que “no es ni más ni menos que haber adquirido un nivel de consciencia superior al que teníamos” (p.185).
Más allá de la identificación
Ramos es un “pibe” de Avellaneda con varios libros publicados, guionista e importantes premios en su haber. Narra con simpleza, en una prosa por momentos poética y sin ninguna distancia, fragmentos de su propia historia y la de otros adictos. Y lo hace descarnadamente, mostrando lo irreversible del camino en muchos casos, posicionado desde la profunda comprensión y el conocimiento.
Detrás de cada recuperado, prostituta de origen burgués, trabajador, madre, suicida, hay un barrio, una familia, una historia que los perfila y los aleja del estereotipo devolviéndoles su humanidad como individuos situados.
Por eso, al contrario de lo que afirma su autor en el prólogo cuando declara que “estas crónicas, podrían tener algún valor para (…) el lector que se identifique de alguna manera con este sufrimiento” (p.11) el libro vale por sí mismo y para todos, en tanto la escritura opera desde el amor deshaciendo lo formulario y, de este modo, excede por lejos lo meramente testimonial.
© LA GACETA
Ester Nora Azubel
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