"El paciente consulta primero al Dr. Google"

› Mario Aldo Sebastiani
Se graduó como médico en la UBA, en 1976, y siguió la especialidad de obstetricia. Se desempeña como profesor adjunto de la Escuela de Medicina del Hospital Italiano, cuyo comité de bioética integra. Fue también catedrático de la UBA. Escribió el libro “¿Por qué tenemos hijos?”.

Define al paciente como alguien que se presenta para pedir ayuda, y al médico como alguien que cree que puede ayudarlo a resolver su problema. Parte de ese nivel básico de relación para luego afirmar que un médico moderno no puede ignorar ni Google ni Whatsapp en la interacción con sus pacientes. Mario Aldo Sebastiani habló con LA GACETA sobre los actuales conceptos de la bioética luego de una charla que dictó sobre el tema en la Universidad de San Pablo-T.

- ¿Cómo define la relación médico paciente?

- Es el evento más típico de la medicina. Es un proceso de comunicación. Alguien, que sufre, va a contarle sus problemas a otro que escucha, ordena lo que le dicen, trata de hacer con eso un síndrome, hace un diagnóstico, una evolución y una reflexión final. Este fue el inicio de la medicina.

- ¿Qué valores sustentan esa relación?   

- Desde el punto de vista médico, para empezar, la competencia. Para esto el médico tiene que estudiar, aprender, adquirir la pericia, el arte para comprender lo que le cuentan, y ordenarlo. Además, tiene que tener juicio en el sentido de saber manejar los valores del paciente, los de la sociedad, los del pagador (sea el Estado, una obra social o un seguro de salud) y armonizarlos en pos de la solución individual para el paciente. Esto, en bioética, se llama hacer justicia distributiva. Por lo demás, tiene que tener los valores de cualquier relación humana, como la autonomía, la veracidad…

- ¿Cómo adquiere el médico esos valores?

- Valores como la compasión y el humanismo no son sencillos de aprender en una universidad. Hacen a la formación humanística del médico. Pero esa formación va a llegar a través de otras vías, como la música o la literatura o el cine o la poesía, o todas ellas, que le van a permitir tener un manejo de las emociones y comprender al otro, comprender su sufrimiento…

- ¿Cómo influyó la tecnología médica, especialmente los análisis y el diagnóstico por imágenes, en la relación médico paciente?

- Hay toda una discusión médica sobre si se debe usar o no el estetoscopio, si se debe palpar o percutir… En vez de decir que la tecnología nos afectó, yo considero que hay que contemporizar el estilo viejo, de escuchar al paciente, observarlo y revisarlo, con los modernos métodos de diagnóstico. También teniendo cuidado en qué se debe invertir. La rapidez con que se hace un diagnóstico también cuenta, habla de la eficacia de la medicina.

- ¿La relación entre médico y paciente incide en el resultado de los tratamientos de una enfermedad?

- Que el paciente tenga confianza en el médico es importante. Seguramente, la primera medicina pudo haber sido la palabra, o una mano que se tiende al otro que sufre. Pero, ¿qué es la confianza? ¿Es simpatía, es bondad? Creo que la confianza la construye el propio médico, básicamente con su actitud y con sus actividades profesionales: la docencia, la investigación y la asistencia. También creo que la medicina, hoy, no se fundamenta en que un médico sea bueno. Para ser bueno ese médico debe contar con un servicio eficiente, con una institución que lo respalde y ofrezca recursos. La medicina es multiespecialidades y todos los factores adyacentes deben estar sincronizados.

-¿Qué más exige la medicina de hoy?

- El médico moderno tiene que aceptar que el paciente consulta primero al “doctor Google”. Y si acepta este hecho en vez de enojarse, lo puede orientar. Decirle, por ejemplo, mirá esta página es mejor, busca estos datos, etcétera. Es decir, puede ayudarlo a que haga un mejor recorrido por internet, que contribuya a su salud.

- ¿Debe tener Whatsapp?

- Por supuesto. Claro que tiene que tratar de adquirir ciertas habilidades para decidir qué consultas se atienden y cuáles no por esa vía. Al darle el número de teléfono a un paciente, el médico debe ponerle límites y aclararle si es para urgencias o no, cuando tiene qué tipo de síntomas puede llamarlo, a dónde puede acudir si está con una urgencia. No se trata tampoco de que el médico deje de hacer sus cosas (pasar tiempo con su familia, ir al cine o lo que sea) para atender las consultas telefónicas. La experiencia me dice que si lo explicamos bien, Whatsapp es un elemento que resuelve muchas cosas, por ejemplo, ver los análisis más rápido. Además, a la medicina en general esto le hace bien. Son consultas que no se cobran y a la vez no abarrotan los hospitales o centros de asistencia.