De los libros y la vida

De los libros y la vida

Una experiencia personal de Juan B. Terán

JUAN B. TERÁN. “Más vale levantarse temprano que leer a Shakespeare”. JUAN B. TERÁN. “Más vale levantarse temprano que leer a Shakespeare”.

En el capítulo “El sistema educacional americano”, de “La salud de la América española” (1926), Juan B. Terán (1880-1938) narra “la crónica de una experiencia personal, que me persigue como una tenaz sugestión en mis meditaciones educacionales”.

Cuenta que “había estudiado mi colegio secundario, tenido buenos profesores, recibido excelentes lecciones, sabido mi Artero y mis latines, recorrido todos los términos de la ciencia humana, como lo imponía la enciclopédica ambición de los programas. Seguí los cursos superiores, y un día sentí -mezcla confusa de desahogo, de triunfo y de tristeza- que la sociedad me bautizaba soldado de la ciencia y de la vida”.

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Pasó un tiempo con la mirada oscurecida por “la infatuación juvenil”. Hasta que “un día más claro y menos bullicioso, tuve la revelación del mundo: una gran puerta se descorría ante mis ojos. Había creído conocer, después de tan fatigosa excursión, los procesos fundamentales de la naturaleza y del alma humana, y resultó que sólo conocía páginas de libros. Mi cabeza era una cámara fotográfica, con la imagen invertida de los objetos, cundo tenía bajo la mirada los objetos mismos”.

Encontró entonces “que en los campos y hasta en las calles se podía ver plantas y flores que había tenido por monopolio de mi libro de botánica. Encontré que en la meditación y el análisis de la conducta de mi vecino, en el proceso de causas y efectos de su acción, había más luz que en una página de Mommsen para juzgar las prescripciones de Sila o para comprender la muerte de César”.

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“He dicho que más vale levantarse temprano que leer a Shakespeare. Debo aclarar mi idea, diciendo que es más fácil llegar a escribir como él puesto delante de la aurora, que puesto delante de sus libros”.

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