Al Batman más irresistible le llegó la ahora del adiós

Al Batman más irresistible le llegó la ahora del adiós

El actor se mimetizó con el personaje desde 1966, cuando se estrenó la serie de televisión.

PURA IRONÍA. Como 007, Batman empleaba toda clase de artilugios. PURA IRONÍA. Como 007, Batman empleaba toda clase de artilugios.
11 Junio 2017

A Adam West le encantaba subrayar que en los 60 se dio el lujo de rechazar el papel de James Bond. Su historia es incomprobable, como muchas otras que rodean la leyenda tejida a su alrededor. De ser cierta, hay que darle las gracias: pudo haber sido un buen 007, pero el mundo se habría perdido a un Batman incomparable.

Desde que se calzó el traje en 1996 hasta ayer, cuando el cáncer le ganó una larga batalla, West no dejó de ser Batman. Acumuló un extenso kilometraje entre el cine (80 películas) y la televisión (apareció en 60 series), pero el público siempre vio a Bruce Wayne. West, que no era un gran actor, comprendió la situación mejor que nadie, aprendió a sacarle la pulpa y jugó con su alter ego durante décadas. Batman, ese Batman de cómic infantil carente de maldad y de músculos, más no de sex appeal, lo convirtió en la estrella que siempre quiso ser. Puertas afuera, los límites entre el personaje y el actor parecían difuminarse, pero no para West. Si Drácula se devoró a Bela Lugosi, West se metió a Batman en el bolsillo y jamás le permitió alcanzar la estatura de un monstruo.

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Fueron 120 capítulos, emitidos por la pantalla de la cadena ABC entre 1966 y 1968, los que le dieron masividad internacional al personaje creado por Bob Kane y Bill Finger para la editorial de comics DC. Ese Batman se vio en Argentina a lo largo de décadas, repetido una y otra vez y en todos los horarios imaginables, primero en blanco y negro, después en estridentes colores. El show fue cancelado en su tercera temporada, cuando comenzó a abandonarlo la audiencia y los costos de producción se incrementaron a valores exorbitantes. En ese momento, la decisión de ABC sonó lógica y no provocó cimbronazos, pero una vez que Batman se consolidó como un programa de culto los fanáticos suspiraron por la posibilidad perdida de haberlo disfrutado durante mucho más tiempo.

“Mas allá de las consecuencias que arrastró para mi carrera la identificación con el personaje, en el balance estoy agradecido a Batman: hizo más a mi favor que en contra, me dio dinero y un nombre internacional”, declaró West.

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Esta fama mundial fue la que lo trajo a la Argentina en noviembre de 1997 para una edición de la feria de comics Fantabaires. Recorrió todos los programas televisivos y varios radiales, y recordó haber estado en Buenos Aires en 1960 -aun desconocido-, con Linda Cristal, actriz argentina de fama en México y Estados Unidos por su papel en la serie “El Gran Chaparral”.

En 1994 West había publicado su biografía “Back to the Batcave” (Regreso a la Baticueva), donde recorría su vida y aportaba deliciosas viñetas sobre el clima de filmación de la serie en los convulsionados 60. Allí contó, entre otros detalles, lo tirante que llegó a ser la relación con Burt Ward, que interpretaba a Robin. Después se reconciliaron y juntos explotaron el negocio. En el libro, West le rindió homenaje al excepcional reparto de villanos que le tocó enfrentar, una galería de actores conformada por Burgess Meredith (el Pingüino), César Romero (el Guasón), Frank Gorshin, John Astin (el Acertijo), Julie Newmar (Gatúbela), Otto Preminger, Eli Wallach (Capitán Frío) y Vincent Price (Egghead), entre otros.

Además de poner el rostro frente a las cámaras y en toda clase de convenciones, West hizo de sí mismo en ficciones como “The big bang theory”, “Los Simpsons” y -en especial- “Padre de familia”. Allí, a lo largo de 111 capítulos, le dio vida y voz al personaje del corrupto alcalde... Adam West. No podía ser de otra manera, tratándose de un hombre que hizo una marca registrada de sí mismo. Y siempre con la mejor onda.

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