Último adiós a Bores

Un elocuente discurso de Román F. Torres

SILVANO BORES. Hombre público y literato, murió a los 48 años, en 1903 SILVANO BORES. Hombre público y literato, murió a los 48 años, en 1903

Silvano Bores fue una de las figures más destacadas de Tucumán, en las últimas décadas del siglo XIX. Además de gobernador, legislador nacional, diplomático y periodista, tuvo enorme prestigio como poeta y como orador. Murió el 19 de marzo de 1903, a los 48 años. En su tumba habló Román F. Torres.

“Silvano Bores no es un muerto vulgar que llega aquí con el cortejo de herederos testamentarios, ni lo acompaña tampoco el formulismo social: le trae en brazos el prestigio de su talento, que no ha muerto”, dijo Torres. “Lo fue todo sin mendigar nada, porque era una fuerza. Fuerza de lealtad y de civismo cuando hablaba como gobernante, diciéndonos que ‘la Constitución no engaña cuando el patriotismo la interroga’; ni que ella miente cuando las cárceles oprimen al ciudadano para gritar, a través de sus barrotes, que la libertad de los pueblos no muere con las torturas, sino que renace con los sacrificios”

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Afirmó que “su palabra y su pluma fueron arietes de lucha, de lucha fecunda e inolvidable. No hizo, como hombre público, partidarios ni prosélitos políticos, porque de su manto de armiño no podían caer migajas para recoger sectarios. Era un artista de la idea y del pensamiento. Nada salía de su alma sin pasar por su corazón, que todo lo hermoseaba con las gamas incomparables de la luz y del color. Tenía los abatimientos y las fatigas de los que luchan por lo grande; pero no tenía las cobardías y miserias de los que se rinden y arrastran a los éxitos fáciles”.

Terminaba. “La muerte de Bores apaga la luz más pura de nuestra intelectualidad. Ya los bosques y los ríos, los pájaros y las flores, no tendrán su intérprete; ya no resonará tampoco en nuestras asambleas populares aquella palabra tan repetida y querida: ¡Que hable Bores!. Porque el cantor de nuestra selva, de nuestro cielo y de nuestra gloriosas tradiciones, ha enmudecido para siempre”.

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