Copa del Rey: su majestad Lionel Messi

MADRID.- El 3-1 de Barcelona sobre Alavés marcó una nueva conquista del conjunto catalán a nivel nacional. Y todo gracias, una vez más, a Lionel Messi, principal artífice de un nuevo éxito del “Culé”, que se quedó con su Copa del Rey número 29. La final fue decidida a partir de la enorme exhibición del 10, quien marcó un gol, dio una asistencia y marcó el ritmo del partido a su antojo.

El conjunto azulgrana pudo darse finalmente una alegría en su último partido de la temporada, que también sirvió para cerrar el ciclo de Luis Enrique como técnico de Barcelona. Messi y dos latigazos antes del descanso se encargaron de decidir su tercer título consecutivo de Copa y el vigésimo noveno en la historia del club.

Poco pudo hacer el modesto Alavés ante esta gran versión de Messi, ahora dueño de 30 títulos vistiendo la camiseta azulgrana. Igual, la derrota no puede empañar la gran temporada del equipo de Mauricio Pellegrino, un recién ascendido que no sufrió para lograr la permanencia en la Liga y que pudo disfrutar de una final. “Yo me siento ganador. Nuestra gente se siente ganadora. Se merecen todo. Estamos orgullosos de ser del Alavés”, manifestó Manu García, capitán del equipo.

Messi fue el gran protagonista de la final y principal artífice de que Barcelona, que dominó por completo el partido y llegó a tener una posesión de balón del 82 por ciento. se marchara al descanso con una clara ventaja, 3 a 1 que fue lo que reflejó el marcador final.

La segunda parte sobró. No ocurrió prácticamente nada. Barcelona sólo pareció interesado en que pasaran los minutos sin sobresaltos y Alavés nunca dio sensación de poder siquiera acercarse en el marcador a los azulgranas.

Así, Barcelona despidió una gris temporada que pudo maquillar con la obtención de la Copa del Rey, el tercer torneo en importancia tras la Liga española y Liga de Campeones. Mientras tanto, Alavés lamentó perder una gran oportunidad de ganar el primer título importante de su historia.

El trofeo es un pequeño consuelo y un honroso epílogo para Luis Enrique, quien vivió su única alegría de la temporada en su último partido como técnico de Barcelona sólo porque así lo quiso Messi, autor de 54 goles esta temporada.

Iniesta levantó el trofeo, pero la celebración de su equipo, muy fría, fue la constatación de que la Copa no alivia lo que fue una campaña decepcionante. (DPA)