El sueño de Lomas deTafí es convertirse en una ciudad autosuficiente

El sueño de Lomas deTafí es convertirse en una ciudad autosuficiente

A seis años de la entrega de las primeras casas, el megaemprendimiento de 5.000 viviendas sigue luchando por dejar de ser una ciudad dormitorio. Los vecinos van fortaleciendo lazos. ¿Qué les hace falta?.

CONECTADOS. Tienen cuatro líneas de colectivos para trasladarse. la gaceta / fotos de ines quinteros orio CONECTADOS. Tienen cuatro líneas de colectivos para trasladarse. la gaceta / fotos de ines quinteros orio
28 Mayo 2017

Las fachadas ya no son idénticas. Algunas se lucen con lajas. Otras cuentan con grandes portones. Algunos vecinos sacaron las ventanas y colocaron bow windows. Están los que construyeron un segundo piso. Y los que se fueron hasta el frente con ladrillos para instalar un almacén o un negocio de venta de ropa y artículos varios. Lomas de Tafí dejó hace rato de ser un gran pedazo de terreno (400 hectáreas) en el que levantaron una vivienda al lado de la otra.

A punto de cumplirse seis años desde que se entregó la primera casa, todos sueñan con dejar de habitar un barrio “dormitorio” para convertir ese lugar en una ciudad autosuficiente. En eso están. Saben que el camino no es fácil. A diario se tropiezan con muchos problemas. La mayoría de estos inconvenientes, según los vecinos, surgen como consecuencia de la falta de planificación que tuvo este mega emprendimiento de 5.000 viviendas, lo que significó casi la creación de un Tafí Viejo nuevo (se sumaron 24.000 habitantes).

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Cumplir un sueño

Lomas de Tafí vino a resolver un gran déficit de viviendas que tenía Tucumán. Nadie duda de eso. Es más, para la mayoría de las familias mudarse a esta urbe significó por fin cumplir el añorado sueño de la casa propia.

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Pero eso no les quita algunas cuestiones que a diario les martillan la cabeza: ¿pensaron que estaban haciendo una ciudad? ¿Tuvieron en cuenta que allí iban a vivir personas que trabajan, estudian, circulan, consumen, crecen, se esparcen, que necesitan más que servicios de alumbrado y limpieza? Sin más remedio que vivir a los sobresaltos los primeros tiempos, muchos vecinos de esta comarca fortalecieron lazos y fueron luchando para que poco a poco se cubrieran sus necesidades. Falta mucho. Lo dicen, antes de presentar la lista de quejas sobre lo que más necesitan: seguridad, semáforos, buen servicio de agua, pavimento, mejor atención a los problemas de salud, ordenamiento del tránsito, más comercios y más equipamiento para los espacios verdes (sólo tres de los 20 tienen forma de plaza).

Mariana Cáceres fue una de las primeras que desembarcó en el predio ubicado al este de la diagonal a Tafí Viejo. Llegó a mediados de 2011. Mira hacia atrás y sostiene que vivir en Lomas le cambió la vida para bien. Mientras retoca el cantero florido del jardín de su dúplex -cuya cuota mensual ronda los $850- cuenta que antes alquilaba un departamento en el centro. “Esto es hermoso, salvo por la creciente inseguridad”, remarca Cáceres, de 31 años, mamá de dos hijos pequeños. Ella ha organizado casi por completo su cotidianidad dentro de la zona: compra lo que necesita en un súper cercano, los chicos van a la escuela allí, reciben atención médica, hacen deportes y tienen sus amigos. “Cuando llegamos no había nada. Ahora hemos ganado en autonomía. ¿Qué nos falta? Más cajeros y lugares donde pagar servicios”, reclama.

Contrastes

Miércoles a las 9 de la mañana. Un primer recorrido por Lomas ya deja en claro sus contrastes. Al lado de las grandes avenidas asfaltadas, con platabandas en perfecto estado, hay un montón de calles internas sin pavimento. En algunos casos, el cemento llega justo hasta la bocacalle y se pierde en la cuadra siguiente. Ahí, donde el barro se pisa por doquier y pocos autos se animan a circular, hay chicos en bicicleta.

Prácticamente no hay cuadras sin obreros trabajando en ampliaciones de casas. Montículos de ladrillos y arena se juntan en las veredas. Sobre las avenidas, que se han vuelto cada vez más peligrosas, circulan a buena velocidad autos y colectivos. “Aquí hacen falta semáforos”, remarca Sergio Concha, que acaba de sufrir un choque en su Fiat Palio.

De a poco, las paradas de colectivo se van llenando de gente. A media mañana, los que viajan a la ciudad es porque van al médico, al banco o hacer algún trámite. Muchos de los vecinos de Lomas no se sienten parte del municipio de Tafí Viejo. Dicen que, como están a mitad de camino, prefieren resolver sus cuestiones en la capital. Además, la mayoría trabaja en San Miguel de Tucumán.

César Arturo Frías es uno de los tantos residentes que reformó su casa para poner un almacén. Para Frías, que estuvo viviendo 40 años en Misiones, la casa propia en Lomas de Tafí significó la vuelta a sus pagos. Tiene cuatro hijos y es viudo. “Soy jubilado y por suerte con este negocio puedo mantener a mi familia. Es un barrio lindo, pero ya muestra signos de abandono. Una pena la inseguridad que vivimos. Hay asaltos todos los días”, dice.

La falta de seguridad aparece en todos los testimonios de los vecinos consultados. José Luis Salas preside la cooperadora de una escuela de Lomas que ya desvalijaron tres veces este año y sostiene que la situación está fuera de control. En la comisaría hay tres efectivos por día que no dan abasto, resalta. Hay cámaras de vigilancia y una guardia urbana municipal. Ayudan. Pero no alcanza, añade.

A Pablo Córdoba lo que más le preocupa es lo que sale de los grifos: “el sarro que nos llega con el agua tranca los calefones, nos llena la pavas”. “Mire, acá las autoridades dicen que hicieron análisis y está apta para el consumo. Pero a uno le queda la duda”, señala Córdoba, que es empleado estatal. El vecino sueña con ver avances en el barrio. “Esto va a dejar de ser una ciudad dormitorio cuando la gente se sienta parte. Hoy, por ejemplo, un 60% de los habitantes de Lomas no tienen domicilio aquí. Es una señal, ¿o no?”, plantea.

Salud

De afuera es una casa común. Una de las más chicas que tiene Lomas. Dos dormitorios mínimos y una cocina comedor se adaptaron para funcionar como el único centro asistencial estatal en una megaciudad con miles de habitantes. Conseguir un lugar para sentarse en la sala de espera es difícil. Más en un día lluvioso con viento helado. Los esturnudos y la tos se mezclan con el constante “permiso, por favor”.

El director de esta “posta sanitaria” (ni siquiera tiene rango de CAPS) es el doctor Roberto Campos, médico clínico y también vecino de Lomas. Admite que el espacio que tienen es chico para tantos pacientes que reciben a diario. No obstante, a los vecinos lo que más les preocupa no es eso, sino que este servicio funciona de 7 a 19 y si afrontan una urgencia fuera de ese horario no hay quién los atienda.

“Esos problemas no deberíamos tener. En 2013 empezaron a construir una policlínica para Lomas -que sería lo más adecuado- y sin embargo la dejaron abandonada”, reclama Gustavo Coronel Leccese, en referencia a la obra que hoy grita “estoy abandonada” en una importante esquina del noreste del barrio.

Otra obra que también parece haber quedado a medias está en el área central de Lomas. “Prometía ser un centro comercial, algo más que necesario para los vecinos. Lo comenzaron en 2013 y ahí está”, reclama Coronel, que es docente y creó en 2008 la página web de la ciudad, un sitio en el que se comunican todos los vecinos. Además, administra varios grupos de WhatsApp vecinales.

La ciudad modelo

Hay ruido. Taxis que llevan y traen pasajeros. Vendedores. Gente que pasa apurada. Ómnibus. Camiones que transportan materiales de construcción. Mucho tránsito. Los mediodías nunca son tranquilos en la zona “céntrica” de Lomas. Donde confluyen las avenidas Jaldo y Raya hay dos cuadras pobladas de negocios. Hay institutos médicos privados y espacios deportivos. Igualmente los vecinos consideran que hacen falta muchos más comercios y un centro comunitario. La lista de necesidades es larguísima. Por eso no se quedan quietos. Destacan la solidaridad que crece por los barrios. Y sueñan que con eso ya tienen la mitad del camino allanado para seguir creciendo y tener la “ciudad modelo” que una vez les prometieron.

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