Dispares resultados en una “jornada de monólogos”

Dispares resultados en una “jornada de monólogos”

Emilse Giardili brilló con “Mujer en la ventana...”, una dolorosa historia de inmigración. “Arlt urgente” se quedó a mitad de camino. Y hubo margen para la polémica con una pieza de Leandro Menéndez.

¿NO ES STAND UP? “Usted está siendo interpretado...” dejó esa duda. Inteatro ¿NO ES STAND UP? “Usted está siendo interpretado...” dejó esa duda. Inteatro

Los monólogos dominaron una nueva jornada de la Fiesta Nacional de Teatro, que está promediando su realización. “Usted está siendo interpretado, por Luis María Carnicetti” despertó cierta clase de debate entre el público especializado, más allá de las risas constantes que se escucharon en la sala durante la mayor parte de la obra. Mientras que para una parte fue un unipersonal de gran efectividad, para otros rozaba el stand up (con una dosis de agresividad, en el estilo argentino) y no debería haber integrado la grilla del encuentro en representación de la Provincia de Buenos Aires.

La ironía y la parodia sobre la televisión es el eje sobre el cual gira la propuesta, sostenida por la versatilidad del monologuista Leandro Menéndez (autor también del texto), quien apela a recursos histriónicos para componer personajes diversos, con mayor o menor éxito. Esta virtud se transforma en el principal defecto, ya que tras la presentación de cada uno la repetición del gag hace que pierda sorpresa, alargue innecesariamente algunas escenas y desaparezca la diversión.

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Un escenario sucio, con muebles viejos y remendados parcialmente, que simboliza que lo que ve en la pantalla es una ficción de lo que realmente existe, una representación dentro de una representación; un pianista que ambienta las noticias para aumentarles o aliviarles el dramatismo de manera obvia; chistes lucidos con doble sentido (no referidos a lo sexual, sino más dirigidos a lo político); un guión que recorre las distintas instancias de un noticiero central nocturno (de internacionales a espectáculo, pasando por columnistas y entrevistados); y un actor que se multiplica, deriva en un largo parlamento de crítica expresa y en tono de arenga contra la propia TV, que a su vez es un falso juego.

Entre muchos otros trabajos podemos mencionar sobre este tema un interesantísimo libro del sociólogo argentino Miguel Benasayag y de la periodista francesa Florence Aubenas, “La construcción de la información”, publicado hace más de una década. Es que, por momentos, el planteo último de denuncia deviene viejo a la hora de las multiplataformas y las nuevas formas de acceder a las noticias. Lo que hubiese sido de vanguardia años tras, hoy es un divertimento, con risas por doquier.

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Emoción a cuentagotas

Desde Cipoletti llegó “Mujer en la ventana con perfume de ayer y el alma prendida con alfileres”, un unipersonal de Emilse Giardili que la confirma como una actriz con múltiples recursos dramáticos. Es el relato de una inmigrante argentina en España, que resume sobre su cuerpo y sus recuerdos toda la inmigración forzada del planeta. Con su máquina de coser y su baúl-armario-depósito de telas, guardas y detalles, ella construye un mundo donde está sin estar: su corazón quedó en su Entre Ríos natal, prendado en su abuela que la espera y desgarrado por los fracasos. Parte de ello es la propia biografía de la actriz, quien vivió en Cádiz.

Pero ese planteo lineal se llena de capas cuando es, al mismo tiempo, quien alquila en secreto colchones para que los africanos que llegan en pateras a España puedan dormir un rato, a cambio de simbólicos botones, esos elementos que sirven para cerrar prendas que aquí abren la generosidad. Tras un comienzo de distancia y trato profesional hacia ellos, la obra deriva en el dolor de los cuerpos tendidos en las playas, de los muertos sin sepultura que sólo buscaban un futuro mejor. Ella misma es un cuerpo muerto, vacío desde que dejó su lugar, y ahora sólo puede relacionarse con quienes son sus pares. La máquina de coser funcionando sola al final es un instante mágico.

La puesta arroja momentos de gran poesía, con un muy buen manejo de los elementos y de las expresiones físicas y verbales de la actriz. A veces el ritmo impuesto (alargado innecesariamente en ciertas escenas) conspira con la atención que requiere un espectáculo que evita la explosión del llanto pero consigue el desgarro emotivo. Es que cuando el teatro se mete bajo la piel del otro y aborda los grandes temas de la humanidad, toma una dimensión distinta.

Un Arlt circular

El grupo Andar de La Pampa es un abonado a la Fiesta, por la contundencia de sus trabajos y la larga tradición que tiene en los escenarios de su provincia. Esta vez acercó “Arlt urgente”, basada en las Aguafuertes Porteños que el escritor publicó durante su vida como periodista.

Cinco relatos fueron contados por tramos por cuatro actrices y un actor, que iban sucediéndose e interrumpiéndose constantemente de diferentes formas (movimientos, canciones, cortes abruptos, descalificaciones…), en una suerte de relato circular como el logo del espectáculo. En paralelo, cada vez que uno tomaba la palabra, el resto componía contraescenas de acompañamiento o de ruptura, con elementos contemporáneos a la época de Arlt (como una máquina de escribir Remington) o actuales (una canción en rap), que descolocaba en cierta manera a la propuesta. El vestuario jugó con imágenes elaboradas por Xul Solar, que no fueron aprovechadas en el discurso escénico.

Más allá de las diferencias expresivas entre los cinco monologuistas (en definitiva, aunque era un espectáculo colectivo, se lo puede fraccionar de este modo), la propuesta no llega a consolidarse en un bloque homogéneo en su idea, concepción y realización. La tradición y el trabajo constante de Andar, con 30 años de escena, esta vez no llegó al nivel de sus anteriores intervenciones.

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