Las urnas definirán mucho más que las bancas

Las urnas definirán mucho más que las bancas

Los comicios de medio turno no sólo son un plebiscito para la gestión, sino también un trampolín para las generales de 2019. Mauricio Macri intentará fortalecer sus aspiraciones, a través de Cambiemos, mientras el PJ buscará resolver sus diferencias internas para tratar de recuperar la conducción del país.

MAURICIO MACRI. FOTO TOMADA DE LANACION.COM MAURICIO MACRI. FOTO TOMADA DE LANACION.COM
21 Mayo 2017

Octubre será la prueba de fuego para la alianza Cambiemos: los comicios de medio término constituyen un plebiscito de la gestión presidencial para los politólogos. En las elecciones legislativas estarán en juego 151 bancas del Congreso: 127 escaños en Diputados y 24 en el Senado.

Quien pone más en juego es el macrismo. Lo aseguró el doctor en Ciencias Sociales especializado en Ciencia Política, Diego Reynoso. Explicó que desde el retorno de la democracia, en 1983, la cantidad de votos del partido que gobierna el país descendió en las elecciones de medio término respecto de los comicios presidenciales.

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“El Gobierno tiene la necesidad de presentar candidatos en cada distrito que sean leales al proyecto de la gestión, porque tienen que sumar un contingente legislativo afín a las políticas que quiere ejecutar. Quien más pone en juego es el macrismo, desde luego, como en todas las elecciones de medio término. Históricamente el caudal de votos del partido en el gobierno decrece (en esta instancia)”, afirmó Reynoso en una charla con LA GACETA, antes de brindar una conferencia invitado por el grupo financiero Occilis. Nombró como excepción las elecciones de 2005, porque en 2003 el ex presidente Néstor Kirchner accedió a Casa Rosada con el 22% de los votos (Carlos Menem había obtenido el 24%, pero no se presentó al balotaje). Entre los motivos, explicó, se encuentra la disgregación de oferta electoral para ocupar las bancas en el Congreso.

“Uno esperaría que si ese patrón se repite como en 1985 y 1987, en 1993, 1997, 2009 y 2013, el contingente de la fuerza política nacional que ocupa el Poder Ejecutivo desciende. Obviamente que esta contracción tiene sus márgenes, y esa es una de las incógnitas de esta elección: el Frente para el Victoria (FpV) se contraía hasta 15 o 20 puntos entre elecciones ejecutivas e intermedias. Eso podría suceder este año, si tomamos en cuenta que en la elección de 2015 el núcleo duro de votación de Cambiemos en las PASO fue de 28%, llegó al 35% cuando se descartaron candidatos y alcanzó el 51% recién en el balotaje”, expuso el especialista.

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Dos modelos definidos

En el panorama previo a las elecciones, Reynoso distinguió dos modelos políticos bien delimitados. Dividió dos concepciones de cómo gestionar el Estado y la economía, dijo, a los cuales se incorporan estilos de comunicación políticas diferentes. “Por un lado Cambiemos, PRO más fuerzas aledañas (UCR y demás partidos), hace mucho hincapié en el control republicano y en la calidad institucional. En considerar la política como un terreno de adversarios, mucho menos confrontativo. Del otro lado está el FpV, todo el espacio justicialista más los grupos que supieron estar con la alianza que sostuvo el kirchnerismo. Son dos campos nítidos y distinguidos, aunque no quiere decir que todo sea 50% de un bando y 50% del otro”, explicó el politólogo.

Si bien restan definir las figuras políticas que participarán de las elecciones en cada distrito, Reynoso posicionó al peronismo por sobre la alianza Cambiemos, según los últimos sondeos. “Los datos que tenemos del lado de Cambiemos dicen que el piso de ellos estaría estructurándose en un núcleo duro alrededor de 25 puntos porcentuales. Del lado de la oposición, con un eje en el peronismo, ese piso rondaría el 35% o 37%. Pero todo va a depender de los actores particulares que participen en cada distrito”, adelantó.

Incógnita kirchnerista

“A nivel nacional, la incógnita del kirchnerismo puro y duro pasa por la ex presidenta Cristina Fernández: sigue teniendo fidelizado a buena porción del electorado pero tiene un techo muy bajo, con mucha opinión negativa. Cristina es una candidata que está en condiciones de tener un poder de veto muy fuerte en la interna peronista, pero, ¿cuánto despliegue tiene hacia afuera para ir tras los electores que se deben disputar a las otras fuerzas?”, planteó Reynoso en la discusión. En el kirchnerismo también posicionó a dos intendentes bonaerenses: Verónica Magario (La Matanza) y Martín Insaurralde (Lomas de Zamora).


Kirchnerismo

1. Para Reynoso, ha logrado generar un núcleo duro que lo vuelve un actor indispensable, sea como fuerza política autónoma o dentro del PJ.

2. Está estructuralmente implantado y tiene aún una capacidad de organización, al menos para dar la disputa interna real y presente.

3. Es el grupo con la identidad política más clara, casi como ningún grupo político en el escenario de oferta electoral actual.

4. Está vinculado, o al menos gran parte de la sociedad lo ve, con un estilo no de confrontación por la confrontación misma.

5. Fue muy criticado en la opinión pública y tildado negativamente por las formas en que enfrentó o trató a los adversarios y a algunos aliados.

6. Su fortaleza encierra también una debilidad: si bien tiene una identidad política clara, es acreedor de un estilo de conducción muy vertical.

Macrismo

1. Reynoso considera al PRO como el único partido del siglo XXI. En un corto período pasó de un partido vecinal a la Casa Rosada.

2. Ha logrado galvanizar a una porción del electorado que históricamente nunca tuvo una expresión política-electoral clara.

3. La centroderecha de argentina hoy encuentra en el presidente y en su partido político un vehículo electoral y representativo.

4. Le toca crecer frente a un partido político muy organizado como es el PJ, que siempre vuelve a ser una maquinaria electoral poderosa.

5. Tiene que convivir con un socio que no queda claro cuál será su rol: la UCR. No se sabe hasta qué punto es dependiente de esa sociedad.

6. Todavía no se sabe si es el partido de Macri o una nueva fuerza política nacional sostenida en el tiempo. Ése es su desafío desde ahora.


Rosendo Fraga (Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría)

Las definiciones electorales son multi-causales. Cada vez más en todo el mundo lo emotivo o pasional juega un rol relevante. El oficialismo planteará la elección como una suerte de “plebiscito” sobre su gestión. El Presidente Mauricio Macri ha dicho públicamente que en la elección se juega su éxito o su fracaso, y la polarización es la estrategia que ha elegido. Pero los votantes pueden definirse por diversas causas, sobre todo en una elección legislativa, en la cual Macri no es candidato. La percepción sobre la economía jugará un rol importante -como siempre-, aunque es posible que termine siendo neutra, con una economía creciendo poco, como sucedió en 2013 y 2015, cuando la elección se definió más por razones políticas. En aquellas oportunidad tuvo particular relevancia la fatiga de los sectores medios respecto al kirchnerismo.


Hugo Haime (Consultor y analista político)

Por lo general en las elecciones de medio término se vota en función de qué se opina sobre el Gobierno nacional. Lo que está en juego es si se le saca tarjeta roja al Presidente, tarjeta verde o amarilla. Se lo avala totalmente, se lo rechaza totalmente o se busca un modo de buscar disconformismo con la gestión sin mostrar un rechazo que marque antagonismo. Como las elecciones tienen características locales también aparecen en juego los gobernadores y la oferta dirigencial. En algunas provincias, en la medida en que la elección se polarice y no aparezcan terceras fuerzas, quienes apoyen al Gobierno nacional votarán candidatos de Cambiemos, y quienes se sienten disgustados con el macrismo votarán a favor de los candidatos del gobernador local.

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