La contradicción de una Justicia injusta

La contradicción de una Justicia injusta

Un análisis sobre la morosidad, el temor y otros pecados judiciales

LENGUAJE DIRECTO. El fiscal federal y la periodista abordan sin sordina un tema tabú: la Justicia lenta no es Justicia. LENGUAJE DIRECTO. El fiscal federal y la periodista abordan sin sordina un tema tabú: la Justicia lenta no es Justicia.
21 Mayo 2017

ENSAYO

LA CARA INJUSTA DE LA JUSTICIA

FEDERICO DELGADO Y CATALINA DE ELÍA

(Paidós - Buenos Aires) 

Un fiscal federal, Federico Delgado y una periodista, Catalina de Elía, ambos además, especializados en ciencia política, acometen una tarea de relevancia en un libro que tiene dos particularidades: aborda sin sordina un tema que es casi tabú; y utiliza un lenguaje claro y directo, para la compresión del lego, sin que por ello deje de interesar a los que vienen acostumbrados a textos académicos, con muchos latinazgos y tecnicismos jurídicos.

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A lo largo de casi 150 páginas desgranan conceptos precisos sobre los que habitualmente se dice: una justicia lenta no es justicia. Pero van más allá. “La justicia sólo resulta creíble cuando los ciudadanos creen en ella; la confianza constituye el alimento del sistema judicial y ese alimento sólo surge de los ciudadanos”. Lo más relevante y de alto impacto que suscriben los autores se halla en esta frase: “El manejo de los tiempos de un modo distinto al que contempla la ley, junto a la tolerancia respecto del gobierno de turno y la persecución al saliente, constituyen aspectos característicos de nuestro sistema judicial”. No es opinión de un político ni de un ciudadano común. La expresa en un libro un fiscal de la Justicia Nacional junto con la periodista coautora, quienes eligieron un nombre para su libro que lo dice todo, aunque ni siquiera lo abramos para leer: “La cara injusta de la justicia”. Y se permitieron explicar en una bajada del título: “Por qué la justicia argentina es su propia enemiga”.

Aportan pruebas -es lo valioso del libro- de los cinco casos que analizan con precisión de neurocirujanos: María Ovando, Ezequiel, Lázaro Báez, José López y Belén, el caso de la mujer tucumana condenada por homicidio agravado por el vínculo y finalmente sobreseída. “Los casos escogidos -dicen los autores y lo enfatizan- demuestran cómo la Justicia actúa con esas dos manos, una de seda y una de hierro”.

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El libro recorre variados aspectos de lo judicial y se vincula en su trabajo de esclarecimiento con sólidos hallazgos de su investigación. No se aparta de la idea que la gente expresa: “Hay consenso en que en este país la justicia es lenta”. Afianzan la idea que exponen desde el título y a lo largo del texto con una hipótesis: “En los casos de corrupción los jueces y fiscales buscan ser ‘simpáticos’. Es decir complacientes con el poder de turno”. Y formulan una afirmación rotunda: “Sólo castigan cuando el gobernante y/o el empresario ya no están en el poder”. En suma, un libro fruto de un trabajo exhaustivo, sanamente crítico, que se lee casi sin sorpresas. Uno imaginaba esa realidad, pero no que fuese tanto como para decir justicia injusta. O parafraseando, verdad mentirosa.

© LA GACETA

Carlos Duguech

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