Cómo ser Pulgarcitos inteligentes y poderosos

Cómo ser Pulgarcitos inteligentes y poderosos

Franco Vaccarini respondió preguntas y cosechó afecto de los alumnos de nivel primario ayer, en la escuela 9 de Julio.

- FRENTE A FRENTE. Con lenguaje sencillo, el escritor despejó el misterio de su profesión y se acercó un poco más a sus pequeños lectores.  LA GACETA / FOTOS DE INÉS QUINTEROS ORIO.- - FRENTE A FRENTE. Con lenguaje sencillo, el escritor despejó el misterio de su profesión y se acercó un poco más a sus pequeños lectores. LA GACETA / FOTOS DE INÉS QUINTEROS ORIO.-
20 Mayo 2017

Inquietos y juguetones estaban los chicos, en el suelo, cada uno sentado sobre su almohadón, hasta que el saludo del director de la escuela 9 de Julio, Carlos Díaz, aplacó un poco el exceso de algarabía en el salón de actos. “Buenos días señor director”, gritó el coro de vocecitas, remarcando cada sílaba. Eran alumnos de todos los niveles y delegaciones de las escuelas Rivadavia, Villa Luján y Alberto García Hamilton, que asistieron a conocer en persona a Franco Vaccarini, hasta anteayer un nombre en la tapa de uno de los libros con que trabajan en clase.

La escuela anfitriona lo recibió, en el contexto del Mayito de las Letras, como a un visitante al que ya se conoce bastante, con múltiples afiches sobre la obra del escritor, unas diez maquetas de castillos que ayudaron a hacer los padres de segundo grado, muchos globos de colores y letras metálicas doradas.

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A un costado del escenario estaban las autoridades de la Dirección de Letras del Ente Cultural encabezadas por Diego Víctor Cheín y Marta Parache.

Entrevista multitudinaria

Vaccarini fue respondiendo preguntas que los alumnos le formulaban, micrófono en mano, con la solemnidad propia de quienes están aprendiendo a leer.

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El autor empezó la multitudinaria entrevista relatando su infancia, junto a sus siete hermanos, en Lincoln (Buenos Aires), donde su familia tenía un tambo, y él ayudaba en las tareas. “Cuando andaba a caballo arriando las vacas, yo ya me estaba contando una historia, pero no me di cuenta de eso hasta más grande”, contó, respecto de cómo descubrió la escritura.

Las risas surgieron cuando confesó que se ponía recontracolorado si lo hablaba una chica, sus dificultades al pronunciar la letra ye (“Shisho es un pashaso”, exageró) y para andar en bicicleta.


 -PROMESA.“Voy a seguir escribiendo para chicos y adolescentes”.-

Los alumnos pasearon al entrevistado por preguntas de índole literaria, y no tanto, hasta que lo llevaron al plano de “Pulgarcito, el más grande”. Vaccarini tomó el cuento de Perrault y escribió una versión que los chicos estudian en el aula.

Las preguntas se alternaron con dibujos y con cartas dirigidas al autor, como la que leyó una mamá, en nombre de los padres de segundo grado, llena de afecto: “... usted ha logrado establecer lazos profundos al compartir largas charlas sobre ‘Pulgarcito el más grande’, ‘El gol perdido’, ‘El cruce’, y tantos otros libros que hemos podido disfrutar. Nos ha llevado a padres, abuelos y maestros a permitirnos volver a ser niños que imaginan, sueñan y anhelan construir desde los sentimientos más nobles, un mundo mejor...”

Salir del texto

“Conocer a los lectores es para mí primero un privilegio como ciudadano, porque estar en contacto con los educadores y con los chicos me permite estar en contacto con la realidad del país. También como escritor lo siento como un privilegio porque es un trabajo muy solitario, muy aislado, y tener la posibilidad de encontrarme con los lectores es como un premio a mi trabajo”, afirma el escritor.

Vaccarini ha publicado más de setenta títulos en colecciones infantiles y juveniles, y en 2015 incursionó en la literatura para adultos con su novela “Maldito vacío”. Al respecto, explica: “es algo que empecé a sentir con los años, otro tipo de historias que requerían otro tipo de conexiones para adultos. Tal vez la única diferencia con la literatura juvenil es que puedo abordar algunos temas con mayor tranquilidad, sabiendo que el que está del otro lado es un lector adulto, y son reflexiones que nos van pasando a nosotros a medida que pasa el tiempo, que a un chico por ahí no le importan”.

“Voy a seguir escribiendo para chicos y sobre todo para adolescentes, mi lugar natural como escritor -promete-. Ahí encontré mi voz, mi estilo; en mis novelas juveniles. Pero evidentemente hay algo que también está empujando para hacer novelas para lectores adultos. Voy a cumplir con las dos cosas. Tengo la fortuna de poder dedicarme a esto a tiempo completo así que iré alternando: una novela para adultos y algo juvenil, e incluso para los más chiquitos”.

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