Sobrevuela el pedido de destitución contra el presidente de EEUU

Sobrevuela el pedido de destitución contra el presidente de EEUU

18 Mayo 2017

WASHINGTON.- Nadie sabe qué pasará con la Presidencia de Estados Unidos. Donald Trump lleva cuatro meses en la Casa Blanca y debería permanecer por lo menos cuatro años. Pero el Presidente vuelve a encontrarse estos días en duros aprietos por controversias provocadas por él mismo. “Cuando el mundo lo dirige un niño”, titulaba un columnista de “The New York Times”. La pregunta es si la destitución del director del FBI, la revelación de secretos por Trump, sus contactos con Rusia y el caos que reina en la Casa Blanca dañarán realmente su Presidencia.

Desde hace unos días la respuesta es sí. A largo plazo, con toda seguridad, y quizás también a corto plazo. Varios medios afirmaron que Trump pidió al recién destituido director del FBI, James Comey, que dejara de investigar las conexiones rusas del ex asesor de Seguridad Nacional, Michael Flynn. Si lo hizo, el Presidente violó la ley. Sería un intento de obstrucción a la Justicia.

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Las cosas podrían ponerse difíciles. El senador independiente Angus King pronunció la noche del martes por primera vez la palabra impeachment, destitución.

Aun así, la fuerza gravitacional de un presidente es inmensa. En la historia del país solo hubo procedimientos de impeachment en dos ocasiones, y en ninguna de ellas funcionó como esperaban quienes lo propusieron. Por lo general, los mandatarios cumplen los cuatro (u ocho) años de su mandato. Pero en el caso de Trump no sirve trazar analogías o comparaciones históricas.

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“Trump es como un piloto que dirige intencionadamente su avión a través de fuertes turbulencias y después culpa al personal de a bordo de que los pasajeros se sientan mal”, escribió “The Washington Post”.

La situación en el Ala Oeste se describe como desastrosa. En el departamento de prensa en ocasiones suben al máximo el volumen de los televisores para que no se escuchen los gritos ni la ira.

Pero, ¿de dónde vienen las informaciones que perjudican tanto a Trump? ¿Y aquel que las dispersa tendrá más material escondido en la manga?

El ex director del FBI (Comey) podría ser citado para prestar declaración pública en el Congreso, aunque este se encuentra dominado por los republicanos. Sería una verdadera pesadilla para una Casa Blanca en plena crisis.

Y es que, a pesar de que Trump sigue siendo valorado por sus seguidores, los republicanos ver peligrar su agenda. El Senado no necesita a Trump, lo que supone un verdadero riesgo para él. Pero mientras los republicanos le sean fieles está a salvo, ya que sería muy difícil sacar adelante el impeachment con ellos en contra.

Más allá de lo relacionado con Flynn, ¿cometió Trump como Presidente errores que justifiquen una destitución? ¿Se convirtió en un “factor de riesgo”, como aseguran los demócratas y los medios? ¿Se grabaron conversaciones en la Casa Blanca, como ocurrió con Richard Nixon? ¿Estamos ante una situación peor que la del Watergate?

Habrá que esperar para saberlo. Los impeachments son procesos largos, y también las investigaciones relacionadas con ellos. Desde la irrupción en el Hotel Watergate hasta que las cosas se pusieron feas para el presidente Nixon pasaron dos años. En el caso de Bill Clinton fue parecido. El escándalo sexual con Monica Lewinsky solo salió a la luz en medio de las largas investigaciones por el caso Whitewatter.

Por eso, las elecciones al Congreso de 2018 arrojan sombra sobre el cuadro actual. Los demócratas confían en recuperar la Cámara de Representantes, en que el espíritu anti-Trump se materialice en votos.

Si antes de esos comicios los republicanos consideran que Trump es más un lastre que una locomotora, el Presidente tendrá un problema. A Trump se le describe como una “fortaleza”, un maniático egocéntrico. Desde el principio hubo dudas sobre si sería posible “vender” su política.

El elegido, Sean Spicer, genera compasión a estas alturas. Se volvió pálido, triste, monosilábico. Su puesto está en el aire, pero no es el único. Al parecer, Trump está furioso con la mayoría de sus asesores. En peligro están incluso su jefe de Gabinete, Reince Priebus, y su estratega jefe, Steve Bannon, asegura la CNN.

Los seguidores de Trump están convencidos de que “la izquierda” quiere perjudicar a su Presidente y de que desde la derrota de Hillary Clinton planean una conjura. Tras las revelaciones del martes, el entorno de Trump asegura que desde el funcionariado se está saboteando su Presidencia.

Martín Bialecki

(DPA)

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