La testigo y las candidaturas

“Era mucha plata, pero también mucho el riesgo porque sabía que a esas reuniones irían personas del poder”. Hace exactamente una semana la testigo de identidad reservada JTP245 aventó el fantasma que más asusta a la clase política y que más indigna a la sociedad: el de la complicidad de funcionarios y/o políticos con el mundo del hampa.

La mujer, confesa prostituta, apuntó contra el secretario de Trabajo, Roberto Palina, y contra el interventor de la Caja Popular de Ahorros, Armando Cortalezzi. Los señaló como presuntos reclutadores de mujeres para que participaran de encuentros con “gente del poder”. Rápidamente, los funcionarios involucrados desmintieron sus dichos y se despegaron de la denuncia. Hay, pese a todo, datos verosímiles en los dichos de la mujer. Por un lado, su testimonio fue clave para que hoy estén detenidos los integrantes del clan Ale, por lo que sus palabras debieron tener algo de credibilidad -y sustento- ante los magistrados. Por otra parte, los datos que aportó responden a verdades que se dicen en silencio, como la inusual actividad de señoritas en “un hotel” de calle Santiago del Estero y las “fiestas” en la finca de San Andrés de un hoy fallecido ex funcionario alperovichista.

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Lo más curioso del caso no son los dichos de JTP245, sino que sus palabras no hayan suscitado mayor atención pública. ¿No debería haber una investigación que encare el propio Poder Ejecutivo sobre el accionar de sus funcionarios? ¿Por qué ningún legislador exigió explicaciones? ¿No es suficientemente grave que se involucre a funcionarios con una presunta red de trata de personas? El silencio suena extraño. O cómplice.

En el barro electoral

A cinco meses de las elecciones, los tantos terminan de acomodarse en las filas del oficialismo y de la oposición. En el alpero-manzurismo está claro que la influencia de los hermanos Yedlin crece y que terminarían terciando en la cabecera de la lista, que estaría conformada por un variopinto cuarteto de nombres que responden a los generales sumavotos del interior. El apellido Alperovich finalmente podría aparecer en la nómina y también el de algún cercano al poderoso “Gallego” Ruiz Olivares.

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Lo que suceda en las elecciones dejará huella en lo que vendrá después en lo que ya se anticipa como un reacomodamiento de fuerzas en el oficialismo.

En la vereda de enfrente, José Cano volvería a comandar la batuta. Ya casi no hay discusión en que será el que encabezará la lista de diputados, secundado por Beatriz Ávila y rodeado de los aliados de hace dos años, entre los que se cuentan al cuasidíscolo Federico Masso. Se descarta que se oiga el pedido público -con tono de exigencia- del diputado PRO Facundo Garretón, quien impulsa que el segundo lugar sea para la funcionaria del área social Laura Costa. El que gana espacios es el intendente Germán Alfaro, con su esposa secundando al funcionario nacional y sentándose a negociar fondos y recursos con línea directa en la Capital Federal. Suma avales por doble vía: la de Marcos Peña -por Cano- y la de Rogelio Frigerio, que ahora lo mima como parte de su armado peronista en Cambiemos.

Así, pese a las críticas y a los amagues, el radical volvería a juntar a los mismos socios del Acuerdo para el Bicentenario de antaño, aunque sin el acompañamiento del ala radical que encabezan sus hoy peores enemigos, Ariel García y Fernando Valdez.

Precisamente, en el entorno del Plan Belgrano vinculan a García y a la Presidencia de la Legislatura con la denuncia contra Cano por el “caso Corea del Sur”. Tendrían datos precisos sobre un enviado de la Cámara que, con recursos de ese poder, habría viajado a Buenos Aires a llevar la denuncia a Guillermo Marijuán. El constitucionalista Ricardo Gil Lavedra trabaja en el caso que, según “Clooney”, no preocupa ni en la Casa Rosada ni a él mismo. La Justicia dirá.

Por lo pronto, el radical se iría del Plan Belgrano en diciembre, antes de asumir en la banca de Diputados. Planearía dejar allí a algún hombre de su confianza, que continúe con su trabajo y con el mismo equipo. De eso modo no perdería contacto con el programa que el presidente Mauricio Macri hizo a su medida.

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