Llega el Rada más instrumental

Llega el Rada más instrumental

El Festival Internacional concluirá con un gran show a partir de las 18, en la explanada del teatro San Martín, con entrada libre y gratuita.

14 Mayo 2017

FIESTA DE CIERRE

• Desde las 18, en la explanada del teatro San Martín (av. Sarmiento 601). Entrada libre y gratuita.

“A los 11 años estaba con Adolfo Stray y Gloria Marín en un teatro de la calle Corrientes, cantando: ‘soy un negrito de San Telmo y me gusta candombear’ (canta). Nunca sufrí tanto como en aquella época: las vedettes me llevaban a los camerinos y me tenían en la falda, con todo el gomerío al aire. No podía dormir de noche. Entonces se peleaban por mí; después, cuando crecí, cuando ya tuve 18 o 20 años, nunca más”.

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Es difícil hablar con Rubén “El Negro” Rada y no reír cada dos minutos. Es imposible transcribir al papel un diálogo donde cada respuesta requeriría un pentagrama donde asentar el canto, el ritmo o la percusión cantada por el músico uruguayo.

Esta noche, en la explanada del teatro San Martín, Rada se presentará al frente de su banda Confidence, con la que grabó el disco homónimo: “esta vez llego con un grupo nuevo de jazz, con los mejores músicos del Uruguay, y además está mi hijo, Matías. Son tres caños, dos guitarras, batería, bajo y yo tocando percusión”.

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La propuesta jazzera incluye fusión, ritmos negros diversos, armonías mezcladas, motivos musicales y solos de excelentes instrumentistas.

Con la voz intacta (no acusa 73 años) Rada cuenta por teléfono desde Montevideo: “hubo un momento, hace como un año y pico, en que tuve ganas de abandonar todo. Anuncié que pararía, que estaba cansado. Pero en lugar de abandonar grabé más discos, todo al revés”.

- ¿A qué pensabas dedicarte si te retirabas? ¿Qué pasó?

- A cocinar, a divertirme con mis nietos, con mis hijos, parar un rato. Pero después me toqué el bolsillo y me di cuenta de que no soy tan millonario. Aparte mis hijos, a pesar de que son grandes, no viven solos. Lo que se gana en la música siendo peón, no es lo mismo que un frontman. Entonces grabé “Amoroso Pop”, que ganó un premio Gardel; “Tango, milonga y candombe”, que ganó tres; y “Confidence” (que ganó un Premio Graffiti en Uruguay y otro Gardel). Ahora estoy haciendo un disco nuevo de Confidence, que va a salir este año en la Argentina. Ya tocamos en la Usina del Arte. La gente sale feliz porque yo no soy como Litto Nebbia, que dice que no toca “La balsa”. Yo toco lo que pide el público.

- ¿Cómo te cae que tu música más elaborada sea menos conocida?

- Lo mismo les pasó a todos los compositores en la historia, de los más chicos a los más grandes... Bach, Stravinsky, Strauss... (tararea el “Danubio azul”), el vals era como una cumbia en su época.

- ¿Entre esos grandes quiénes son tus elegidos?

- Bach, Debussy y Ravel.

- En una entrevista decís que Bach fue el inventor del jazz....

- (Tararea un concierto de Bach). ¿Ves? Era un gran improvisador. Según dicen sonaba un estribillo y el tocaba en vivo según se lo dictaba su cabeza. Era como un dios. Hace unos 30 o 40 años los Swingle Singers cantaban a capella Bach con arreglos jazzísticos.

- ¿Cómo ves el panorama de la música popular en tu país?

- Lo popular anda muy bien. En Uruguay trabajan mucho las murgas, los cantores como (Fernando) Cabrera, los folcloristas... Lo que pasa es que Uruguay es chiquito, entonces muchos artistas están tocando en Argentina, o van a España. Realmente Uruguay es un país que tiene una gran escuela de la que todo el mundo se va. Está allá seis o siete años. Cuando vuelve se compra un taxi o una pizzería. Yo a mi carrera la hice afuera, en Europa o tocando en los bares en Buenos Aires.

- ¿Qué van a tocar hoy?

- Vamos a empezar con “Bueno que me voy”, una tomada de pelo a la época en que yo trabajaba en los cabarets, como bongocero. Siempre había una rumbera que bailaba: “hay cumba, cumba, cumba cumbanchero...” ta, ta, yo repicaba (canta todo). Ella me decía: “yo te aviso cuando me voy”. Yo tocaba y hacía ¡prac! con un golpe de cadera, y terminaba todo de golpe. Otro tema que haremos es “Baila joven”, un danzón mexicano, muy parecido a la habanera. Mi hijo termina tocando el solo como si fuera un solo de Santana (canta el sonido a lo Santana, bien agudo). Haremos temas de jazz como “Georgia on my mind”, de Ray Charles; un homenaje a Louis Armstrong (canta una frase, obvio) recordando al que fue el más grande de todos, todo con los negros. Y le cuento al público que un día me di cuenta de que en “Bueno que me voy” le afané algo a la música judía. Estoy casado con una mujer de la colectividad, entonces... (canta en hebreo).

El showman se despide: “el grupo les va a encantar. Los shows míos son divertidos; se toca buena música y lo importante es que los músicos quedan bien parados y se lucen. Que la gente sepa que la música viene de los músicos, y que los cantantes lo que hacemos es hacer pinta adelante para que nos miren las minas, pero el laburo real es de los muchachos de la banda, así que ¡vivan los músicos!”

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