“No queremos que sean gambeteados ni pasados por alto los gobiernos provinciales”

“No queremos que sean gambeteados ni pasados por alto los gobiernos provinciales”

“ACUERDO FEDERAL”. Schiaretti y Manzur consideraron que las provincias peronistas deben trabajar en conjunto para reclamar “gobernabilidad”. la gaceta / foto de José Nuno “ACUERDO FEDERAL”. Schiaretti y Manzur consideraron que las provincias peronistas deben trabajar en conjunto para reclamar “gobernabilidad”. la gaceta / foto de José Nuno
06 Mayo 2017

“Queremos que no sean gambeteados ni pasados por alto los gobiernos provinciales, por que (respetarlos) hace al federalismo. Los gobernadores peronistas vamos a garantizar la gobernabilidad, no queremos una crisis. Queremos que se garantice la gobernabilidad de cada provincia, respetando a las autoridades que eligió su pueblo”. Juan Schiaretti terminó de pronunciar esta idea casi a los gritos, para hacerse oír por sobre los aplausos que colmaron el salón Blanco de la Casa de Gobierno. A su lado, Juan Manzur golpeó 31 veces sus palmas con fuerza y se puso de pie para celebrarla. Ese fue el pronunciamiento más fuerte del gobernador cordobés en su paso por Tucumán.

Si bien la excusa institucional fue la firma de cuatro convenios de cooperación en diversas áreas, los mandatarios sellaron ayer un acuerdo político estratégico en el año electoral. La foto de los peronistas tuvo un destinatario claro: la Casa Rosada. Ambos gobiernos vienen refunfuñando por el maltrato, en cuanto a recursos económicos y gestos políticos, que les da el Gobierno de Cambiemos. Schiaretti, quien encabeza una de las provincias más importantes del centro del país, estaría reclutando de manera subterránea a colegas para “confrontar” a la Nación desde una liga federal de mandatarios justicialistas.

Sonrisas y halagos

Ministros, intendentes, parlamentarios municipales, provinciales y nacionales; funcionarios y dirigentes políticos y gremiales colmaron el salón cerca del mediodía.

Manzur y Schiaretti entraron y no dejaron de sonreír ni de darse palmadas en la espalda en la media hora que duró el acontecimiento. Los acompañaba el vicegobernador Osvaldo Jaldo.

Las cuestiones protocolares se llevaron más de la mitad del tiempo. Las autoridades intercambiaron regalos; funcionarios de ambas provincias suscribieron cuatro acuerdos de trabajo, tecnología, seguridad y turismo y también se dio a conocer la carta mediante la cual Córdoba se sumó al Zicosur (Zona de Integración del Centro Oeste Sudamericano), cuya presidencia temporaria está a cargo de Manzur.

Luego, vinieron los discursos. Manzur halagó durante 10 minutos a Schiaretti y los lazos históricos con Córdoba. Lo llamó “amigo”, “compañero” y “Gringo” (su apodo). Subrayó una y otra vez la palabra federalismo. “Sentimos que los tucumanos no estamos tan solos, estamos con Córdoba. Lo único que tenemos para reprochar es que demoró mucho en venir”, bromeó. Le agradeció por la asistencia que envió para los vecinos de localidades inundadas.

“Formamos parte de un proyecto político que cree en el trabajo, que busca generarlo. La columna vertebral del justicialismo descansa en el movimiento obrero”, remarcó, diferenciándose del oficialismo nacional.

Schiaretti habló durante 18 minutos. A 15 de ellos los dedicó a describir las posibilidades que generaría el trabajo en conjunto. Los tres restantes le alcanzaron para concentrar la esencia política del encuentro.

“Estos intercambios son ejercer el federalismo. Tenemos que ejercerlo y no esperar que desde el Gobierno nacional nos digan cómo nos tenemos que relacionar. Si trabajamos juntos, sin temor a nada, sabiendo que queremos lo mismo, van a mejorar las posibilidades de nuestra gente”, desafió. Cada uno de sus conceptos posteriores fue interrumpido por aplausos y gritos de aprobación. Expresó que en el contexto en el que nadie tiene mayoría en el Congreso y que exige diálogo y consenso, “es intención de los gobernadores que haya gobernabilidad en el país”. Advirtió inmediatamente que pretenden que sea “una avenida de ida y vuelta”. Al reclamo de reciprocidad le siguió uno muy duro por la distribución equitativa de los recursos y por la necesidad de que se respete a las autoridades provinciales. “Igual que en Tucumán, en Córdoba -que tiene 427 comunas y municipios-, no discriminamos a ningún intendente ni jefe comunal ni intentamos hacer acciones por encima de ellos. Por el contrario, todos los programas que tenemos en marcha se distribuyen por número de habitantes”, consignó. Desde el público comenzaron a cantar la marcha peronista. Los gobernadores se abrazaron.

Federalismo y autonomía

En una conferencia posterior reforzaron las ideas. El anfitrión aseguró que la clave para el desarrollo es sumar esfuerzos. “El desafío es generar trabajo, se logra con reglas claras y confianza, se hace desde la política”, expresó. Schiaretti repitió que las provincias necesitan que haya trabajo y aseguró que no hay mejor política social.

“En las ultimas décadas las provincias han perdido recursos en manos de la Nación. Hay una ley del 88 que establece que más del 50% de los recursos tienen que ir a las provincias. En 2015, la Nación se quedaba con el 75% en vez del 45%. A medida de que la Nación concentró recursos, las provincias perdieron autonomía. Lo primero que tenemos que conseguir es que devuelva lo que tiene de más”, instó. Si esto ocurre, dijo, las provincias se pondrán de acuerdo para ceder y acomodar la redistribución. “Quiero tocar un tema”, anunció y cargó contra el Fondo del Conurbano, que el Presidente reforzó para el Gobierno de María Eugenia Vidal (Cambiemos). “Es cierto que está congelado. También es cierto, y Córdoba lo va a plantear, que cuando se mira el tema de los recursos hay que mirar adónde van los subsidios de la Nación. Todos se quedan en Capital Federal y el Conurbano. En Córdoba el boleto sale $ 11 y en Buenos Aires $ 6”, lamentó. Subrayó que a esa zona metropolitana se destinan 35.000 millones de pesos.

Sobre la gobernabilidad, explicó que los mandatarios garantizarán que no haya “palos en la rueda” para Mauricio Macri y que se sancionen las leyes que necesite. “Cada vez que hubo crisis, aumentó el número de pobres. Pero queremos que se nos garantice la gobernabilidad a nosotros. Dando los recursos y el trato que nos corresponden. No tengo elementos para decir que hay discriminación con el envío de fondos o que se le permite que algún funcionario nacional tener más poder de decisión que el gobernador. Porque eso no sería justo”, concluyó. Manzur sonrió.

Los gestos dijeron más que las palabras

Marcelo Aguaysol - LA GACETA

En el lenguaje de la política, es muy frecuente que se diga que, si dos dirigentes se reúnen, puede ser que estén entablando una simple reunión. Pero si son tres o más los que se sientan alrededor de una mesa, se está frente a una conspiración. Claro está que eso solo son suposiciones de quienes se sienten perseguidos o que no pueden admitir que el eje del debate político no pase solamente por Buenos Aires.

El cordobés Juan Schiaretti se convirtió ayer en una suerte de escudo político del gobernador tucumano Juan Manzur. Las fotos en la residencia privada del mandatario anfitrión, en Yerba Buena, alentaron una y mil conjeturas sobre una inesperada visita. Por las dudas, más temprano, el propio mandatario del distrito mediterráneo salió a decir públicamente que los gobernadores peronistas serán “garantes de la gobernabilidad de la Argentina”. Mensaje directo para la Casa Rosada. Pero, allí nomás, espetó: “las provincias deben conocer sus potencialidades para saber qué son capaces de hacer y no esperar que desde el Gobierno Nacional nos digan cómo relacionarnos”. Manzur había sido blanco de los embates macristas, luego de que Cambiemos capitalizara el aval de Donald Trump al reingreso de los limones a los Estados Unidos. El gobernador se fue en silencio a Buenos Aires. Mantuvo reuniones con empresarios y políticos. Ayer se mostró con Schiaretti. “No estamos en contra de nadie”, dijo Manzur a varios dirigentes nacionales que se comunicaron a su celular sorprendidos por la minicumbre de Tucumán. “Hay gestos que valen más que mil palabras”, expresó luego, a los postres, con satisfacción, rodeado en la mesa de su casa con el santiagueño Gerardo Zamora y al senador José Alperovich. Éste, precisamente, apareció más sonriente que siempre y algunos de sus operadores se animan a decir que ya está montado a la carrera electoral, preparando la estrategia oficialista. Al peronismo centralista no le gusta este tipo de reuniones de “compañeros”. Creen que puede estar sembrándose la semilla de una nueva liga de gobernadores, con Córdoba como eje. El tiempo dirá si eso madura. Pero lo que queda claro es que el PJ muestra postales de que no cederá terreno en ningún distrito. Menos en Córdoba, que fue clave para convertir a Mauricio Macri como presidente de los argentinos.

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Apuntes de una jornada con tonada cordobesa

El huésped que no era.- El gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, se llevó ayer el decreto N°1.222/1 que lo declaró “huésped de honor”. “En realidad no es eso gobernador, quiero decirle bienvenido de nuevo a su casa querido compañero. Usted es de aquí”, afirmó Juan Manzur durante el acto. Explicó que Schiaretti vivió durante un año en Tucumán cuando era niño. El cordobés detalló que su padre era empleado ferroviario y que fue trasladado, en 1958. “Me acuerdo de la escuela y de una cosa que no había en Córdoba: las plantas de naranjas en las veredas”, recordó con cariño.

UN PONCHO Y SALAMINES.- Los gobernadores intercambiaron obsequios protocolares. Manzur entregó dos libros, uno de historia y otro sobre el Bicentenario de la Declaración de la Independencia, a su par. También le regaló un poncho tucumano. El mandatario local se lo acomodó sobre el hombro. El cordobés lo desplegó y se lo colocó por la cabeza. Sonrió y quedó todo despeinado. Unos minutos después, se lo quitó y entregó a un secretario. El visitante trajo a su anfitrión un tradicional yesquero de plata, empleado por los gauchos para encender cigarros y fogatas. También entregó una caja con productos regionales y embutidos de Colonia Caroya.

Asado entre amigos.- Tras los actos protocolares, el gobernador Juan Manzur ofreció un almuerzo criollo en su domicilio privado de Yerba Buena. Allí no sólo recibió al mandatario cordobés, sino también que se sumaron el ex gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, el actual vicegobernador de esa provincia José Emilio Neder y su par local, Osvaldo Jaldo. Pero del asado también participaron el senador nacional José Alperovich, su esposa, la presidenta del PJ local Beatriz Rojkés, y la senadora por el Frente para la Victoria, Beatriz Mirkin.

Efusividad.- Una costumbre de Alperovich se reeditó ayer en casa de Manzur. El ex gobernador tucumano estrechó en un fuerte abrazo a Schiaretti, de quien se definió como un amigo de años, al igual que Manzur. Quienes lo asesoran señalan que el actual senador ya está calentando los motores para la carrera electoral que se avecina. Afirman que trabajará activamente por la lista del Frente de la Victoria que se presentará para los comicios parlamentarios de octubre. Aún no se sabe cuál será su injerencia en el armado de la nómina oficialista. Pero...

“Yo voy”.- Según el gobernador Manzur, la visita del mandatario cordobés era una promesa que éste le hizo cuando lo llamó en tiempos de inundaciones en La Madrid. De hecho, Córdoba fue uno de los primeros distritos en enviar víveres a los anegados. “Yo voy; luego ponemos la fecha”, fue aquella promesa. Schiaretti acaba de ser designado presidente “pro tempore” de la Región Centro (que también integran las provincias de Santa Fe y Entre Ríos). Ayer se comentaba que está poniendo sus ojos en una posible integración con el norte del país.

con sello peronista.- Si algo quedó ayer claro es que ambos mandatarios expresaron la importancia de Tucumán y de Córdoba en el mapa electoral argentino. “Son dos de los distritos peronistas más grandes en cuanto al caudal de votos”, comentó ayer uno de los asistentes al almuerzo. Llamó la atención la ausencia del salteño Juan Manuel Urtubey. Cuando se consultó si había sido invitado a la cumbre, hubo silencio de radio.

un bancario en el salón blanco.- El legislador y dirigente de la Bancaria, Eduardo Bourlé, asistió ayer a la ceremonia en el Salón Blanco. Algunas voces dijeron que el parlamentario se iba a retirar si Alperovich llegaba al acto. Eso no sucedió, pero el dirigente se fue temprano.

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