Magra perfomance
Magra perfomance
30 Abril 2017

MIGUEL ANGEL ROUCO / AGENCIA DYN

BUENOS AIRES.- Los resultados del Tesoro del primer trimestre reflejan la consecuencia de haber aplicado una política económica gradual, en materia fiscal. El desequilibrio financiero del primer cuarto de 2017 supera los $ 70.000 millones, lo que equivale a un incremento de casi el 10%, respecto de igual lapso de 2016, debido al enorme peso del pago de intereses de la deuda pública; esto pone de relieve la imprudente política de aumentar el endeudamiento para paliar el gasto público. Todo esto aun contando con los ingresos extraordinarios del blanqueo. A este rojo fiscal, hay que sumarle el déficit comercial que muestran no sólo la escasa performance exportadora del país, reducida a granos y sus derivados, sino también el incremento de las importaciones de productos finales, lo que pone en evidencia, la elevada presión tributaria que sufren los productores locales. La actividad industrial no muestra signos de recuperación. Mucho menos el empleo privado registrado donde la pérdida de puestos se acentúa y sólo crecen las plantillas del Estado. La destrucción de empleos es directamente proporcional al crecimiento del número de monotributistas y autónomos. Esto es la consecuencia de no atacar el problema fiscal y dejar librado al azar o a la voluntad política, la suerte de la economía.

El gobierno está en una huida hacia adelante, esperando que los resultados de los comicios de medio término le otorguen un respaldo mayor en el Congreso, “supuestamente”, para encarar reformas económicas, como la tributaria, de la cual ni siquiera se conocen los primeros trazos. En este contexto, el Presidente Macri encaró una visita “amistosa” a los Estados Unidos donde fue recibido por su par Donald Trump.

La visita a Washington ocurre en el peor momento. El embajador argentino en ese país, abandonó sus funciones, lo cual puso de manifiesto el tremendo yerro de Macri al designar a Martín Losuteau, al frente de esa legación. Lo que podía haber sido una visita de Estado con una agenda de temas de intereses bilaterales quedó reducida a una reunión de amigos.

Las inversiones de empresas de los EEUU en la Argentina dependerán de los próximos pasos que tome la administración Macri, en especial, en materia fiscal, tributaria y de seguridad jurídica, un aspecto fuertemente cuestionado por las compañías norteamericanas. En tales términos, los resultados del periplo son muy magros. No se trata sólo de las exportaciones de limones. Lo que está en juego y lo que deberá trabajar el gobierno es que la Argentina vuelva a estar incluida en el Sistema General de Preferencias (SGP) de los Estados Unidos, un status que se perdió en 2011 debido a la impericia del régimen kirchnerista.

No son sólo productos primarios. Hay muchos productos industriales con alta participación de mano de obra local que tienen vedado su facilidad de ingreso a la economía más importante del planeta. A partir de ahora, habrá que negociar con el duro secretario de Comercio, Wilbur Ross, quien ya amenazó a Canadá y a México con destruir el NAFTA si es que ambos gobiernos no renegocian los términos del acuerdo comercial norteamericano. Sin embargo, un aspecto es la relación amistosa con un país y otro tópico bien distinto es la negociación comercial que requiere no sólo de una mejora de la situación macroeconómica local sino también de una habilidad diplomática que hoy está ausente en el Palacio San Martín y en la Casa Rosada.

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