30 Abril 2017
EL PODER DE LA ALUSIÓN. Long despliega una cuidada narrativa. El Heraldo
NOVELA
LA NIÑA QUE MIRABA LOS TRENES PARTIR
RUPERTO LONG
(Aguilar - Buenos Aires)
En esta novela, la muy cuidada situación narrativa tiene una base abarcadora que estremece: la Guerra Mundial 1939-1945, el nazismo y sus concomitantes, vida, pasión y muerte del pueblo judío perseguido, segregado en los órdenes social y humano.
El eje temático es una niña de ocho años que deambula, con sus familiares, por diferentes puntos de la geografía -en trenes inmundos, y ocupando lugares miserables- huyendo del rigor del mundo en el que le toca vivir y del que termina convirtiéndose en testigo.
El habilísimo relato de esta historia fluye con rapidez atractiva y tiene el calor de los hechos vividos, junto a la capacidad del autor para trasmitirlos en toda su crudeza.
Uno de los rasgos que más interesan es el poder de la alusión, dentro de una estructura muy particular, organizada sobre la base de la exposición (memoria y conciencia) de los diferentes personajes (semejanza viva aunque con marcadas diferencias, de Mientras yo agonizo, la célebre novela de William Faulkner). Así, esta estructura se convierte en un cuerpo poliédrico donde cada una de sus caras muestra un enfoque de la realidad, muchas veces abominable, algunas muy dolorosas; otras, tierna, enfocada desde la perspectiva de quien narra.
De esta manera podemos percibir diversas miradas que van a confluir en un todo que reúne vilezas y grandezas del alma humana.
La lectura total de este largo y denso trabajo pone de manifiesto no sólo una amplia y seria investigación temática sino un diestro oficio, con admirable destreza narrativa.
© LA GACETA
Alba Omil
Lo más popular
