La humedad y la temperatura ponen en jaque a los museos porque deterioran las pinturas

La humedad y la temperatura ponen en jaque a los museos porque deterioran las pinturas

La iluminación afecta las obras expuestas. Únicamente la Casa Histórica cuenta con los equipos aptos. En situación crítica.

VALORES. La humedad no debe superar el 60% y la temperatura, 24°. VALORES. La humedad no debe superar el 60% y la temperatura, 24°.
25 Abril 2017
El Ministerio de Bienes Culturales de Italia invertirá más de 1,2 millón de euros para cuidar el fresco “La última cena”, de Leonardo da Vinci, y otro tanto aportará una empresa privada. De este modo, el nuevo sistema de climatización podrá limpiar el aire rápidamente y evitar la suciedad que provoca el paso de las 400.000 personas que visitan todos los años el convento Santa María delle Grazie, en Milán. La pintura ganará así 500 años de vida, explicaron los expertos. Un acondicionamiento que le garantiza perdurabilidad.

Es que la climatización es fundamental en la vida de los museos, para conservar las obras y el bienestar de las personas. En Tucumán es un aspecto crítico, poco abordado. “Aquí estamos superados, porque estamos teniendo una humedad de casi el 90% y eso es muy dañino”, indicó la jefa del área de conservación y restauración de la Casa Histórica, Cecilia Barrionuevo. Ella trabaja también en el museo Timoteo Navarro.

Lo que se denomina conservación preventiva es fundamental, sobre todo en provincias con clima subtropical. Su campo de actuación implica tanto las condiciones ambientales (temperatura, humedad relativa y contaminación), intensidad y calidad lumínica y control orgánico de plagas; como las de exposición, almacenaje, mantenimiento (limpieza y revisiones periódicas) o manipulación de las piezas. “En la Casa Histórica hay que tomar en cuenta el material del que se trata. Lo ideal es que la temperatura se mantenga entre 20 y 24°, con una humedad relativa del 60%”, explicó Barrionuevo, ante una consulta de LA GACETA.

¿Qué sucede cuando se está por arriba de esos valores? Hay que bajarlos inmediatamente, sea con ventilación natural, ventiladores o extractores o incluso con bolsas de clavos de olor, como utilizan en el Museo Provincial Timoteo Navarro, según reconoció su encargada, Cecilia Quinteros Macció.

El año pasado se instalaron cuatro equipos Watertec en la Casa Histórica; se trata de un dispositivo que elimina la humedad ascendente y la baja. “Así podemos controlar las vitrinas y el resto del patrimonio en reserva”, describió Barrionuevo. El Museo Folklórico también tiene este equipo, pero en el resto de las instituciones no existe.

En el Timoteo Navarro hay un aparato específico móvil que es un termohidrométro, que mide la temperatura y humedad. “Queremos contar con ellos instalados en forma permanente en todas las salas”, pidió Quinteros Macció.

En el museo de la UNT no hay control en las salas, pero sí en la bóveda. “Se controla la humedad y temperatura con homogeneización del microclima por medio de extractores de aire y ventilación”, informó la directora, María Elina Valladares.

Riesgos

“Todos los valores operan en conjunto. La temperatura por sí sola no es un agente de deterioro, pero junto a la humedad y la iluminación, sí lo son. Lo más grave es la humedad, que puede generar hongos con ausencia de luz y alta temperatura”, precisó Barrionuevo. Pero además se corre el peligro de que los soportes se distiendan y se contraigan, lo que de un modo sistemático puede provocar la caída de la capa pictórica.

La especialistas contó que la semana pasada alumnos de una maestría observaron algunas obras e, inmediatamente, el grupo numeroso hizo levantar la humedad relativa. “Porque nuestra humedad va directamente al ambiente”, puntualizó.

El estado del resto de las instituciones es muy crítico. El museo de la Casa Padilla, por ejemplo, no cuenta con ningún equipo que le permita medir o controlar luz, temperatura y humedad. Y en una situación similar se encuentra el Museo Histórico Nicolás Avellaneda.

Respecto del Centro Cultural Virla, su directora, Vicky Ríos, contó que solo se exhiben muestras temporarias, y que sí poseen aire acondicionado.

La directora de Patrimonio del Ente Cultural, Mercedes Aguirre, reveló que se está emprendiendo la reparación de las instalaciones eléctricas en la mayoría de las instituciones, y gestionando la climatización. Admitió que la situación de los museos es crítica.

Ni aire acondicionado

En el sector privado la situación no es mejor. El Museo de Arte Sacro, que depende del Arzobispado, no posee aire acondicionado (excepto una salita para exposiciones temporales). “Tenemos la humedad de un edificio viejo; estamos buscando subsidios para instalar equipos de aire y reemplazar las lámparas alógenas que provocan mucho calor”, le dijo a LA GACETA la secretaria, Carmen Ocaranza.

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