Una joven denuncia por abusos a dos de sus hermanos

“Empezaron a matarme cuando tenía apenas 8 años”, dijo C.A. una joven de 18 que fue abusada durante 10 años por dos de sus hermanos. “Un día me animé a denunciarlos porque vivía una pesadilla. Y ahora la estoy sufriendo de vuelta porque un juez ordenó que sean liberados meses atrás y ahora me están amenazando”, relató.

La víctima no lloró ni una vez durante toda la charla. “Quiero que se sepa lo que he vivido porque es la única manera de seguir viva. No me importa lo que digan, simplemente que mientras no sean enjuiciados me protejan para que no me maten”, pidió la joven.

- ¿Cómo fue su caso?

- Cuando tenía tres años me adoptó esa familia y ahora pienso por qué lo hicieron. A los ocho, uno de mis hermanos comenzó con los ataques. No cesó de hacer eso hasta que cumplí 10. Después los abusos fueron más graves. Un día, otro hermano observó un ataque e hizo exactamente lo mismo.

- ¿Los abusos eran esporádicos?

- No lo sé. Lo único que le puedo contar es que fueron 10 años de ataques y que cada vez eran más seguidos. Cuando uno terminaba de abusarme, se sumaba el otro. Sentí que me habían robado toda la inocencia y que nadie hacía nada por protegerme. Pero un día, harta de tantas humillaciones, decidí denunciarlos.

- ¿Nunca le dijo nada a su familia adoptiva?

- Sí, pero no sólo que no me creían, sino que me decían que nadie me apoyaría en mis mentiras. Éramos 10 hermanos, cinco mujeres y cinco varones. Una de ellas un día observó un ataque y no dijo absolutamente nada. Qué podía confiar. Además, siempre les imploré que no me dejaran solo con ellos, pero nunca me escucharon.

- ¿Sufrió maltrato por parte de sus padres?

- Varias veces. Por denuncias que realizaron los vecinos, a nuestra casa llegaban trabajadores sociales a constatar lo que estaba pasando. Nunca encontraron nada, nunca me creyeron y tampoco a los vecinos. Todos los papeles que dejaban eran muy lindos, pero no mostraban el infierno que vivía.

- ¿Fue adoptada legalmente?

- Mi madre biológica me dejó junto a un hermano en la casa de una hermana de la familia que supuestamente me adoptaría legalmente. Pero después de denunciar el caso me di cuenta que nunca hicieron nada. Me robaron mi verdadera identidad y no realizaron el juicio de adopción. No tengo ni siquiera documento de identidad.

- ¿Por qué decidió denunciar el caso ante la Justicia?

- Porque no aguantaba más. Porque los dos acusados trabajan en la escuela de la zona y no quiero que haya nuevas víctimas porque esas personas son enfermas. Fui hasta la Secretaría de Educación y les llevé la copia del expediente judicial para que hicieran algo. No conseguí absolutamente nada.

- ¿Qué opinión le merece la actuación judicial?

- Denuncié el caso en la fiscalía de (Adriana) Giannoni en agosto. Investigó el caso y ordenó la detención de mis hermanos. Después le solicitó la prisión preventiva, planteo que fue rechazado por un juez. También pidió medidas de protección para que ellos no se me acerquen, pero hasta el momento no pasó nada.

- ¿Qué hizo?

- Ellos son los responsables de la cooperativa de trabajo del pueblo. La semana pasada fue el gobernador (Juan) Manzur a participar de un acto. Intenté llegar a hablar con él, con la copia del expediente en la mano para contarle donde se estaba metiendo. Pero dos policías impidieron que me acerque. Después llegaron otros tres uniformados para evitar que le cuente todo lo que sabía.

- ¿Sobre los abusos sufridos?

- Sí, pero también para decirles todas las irregularidades que están cometiendo. Y no son sospechas, conozco como vienen manejándose desde hace mucho tiempo. Hay gente sin trabajo, pero ellos dirigen una enorme cooperativa que alcanzaría para ayudar a todos.

- ¿Se fue del pueblo?

- No. Vivo con una hermana de mi madre adoptiva que ella sabe la pesadilla que viví. Primero me fui a la casa de mi padrino, pero por el trauma que tengo con los hombres, decidimos que lo mejor era que esté con mi tía.

- ¿Qué le dice su familia?

- Mi tía, que es con la única que tengo relación, no puede creer todo lo que sucedió. Se peleó con su hermana porque ella me defendió. Ella me dice que no puede creer que esos sinvergüenzas estén libres y anden en la calle como si nada. También tiene miedo de que nos hagan algo porque estamos denunciando públicamente el caso.

- ¿Hasta dónde llegará?

- Hasta que haya Justicia. Hasta que esas personas paguen por lo que me hicieron. No quiero ser otra Micaela que, después que me maten, digan que un juez se equivocó por haberle dado la libertad injustamente.