El INTA desarrolló una vacuna de ADN contra “herpes bovino”

El INTA desarrolló una vacuna de ADN contra “herpes bovino”

La prueba logró estimular la respuesta inmune a una enfermedad que provoca pérdidas en los rodeos.

SALUD. Tratamiento con una vacuna SALUD. Tratamiento con una vacuna
08 Abril 2017
BUENOS AIRES.- En el marco de una experiencia innovadora en Sudamérica, especialistas del INTA y del Conicet desarrollaron una vacuna génica que logró disminuir los efectos clínicos causados por el “Herpes virus bovino 1” en animales inmunizados.

Si bien se trata de una enfermedad “moderada” que no suele poner en riesgo la vida de los vacunos -la mortalidad apenas alcanza el 10% de los animales infectados-, son importantes las pérdidas económicas que ocasiona.

La vacuna fue evaluada en las razas Aberdeen Angus y Criollo y, de acuerdo con los resultados parciales, permitió estimular la respuesta inmune de los vacunos contra este virus, que -en promedio- se manifiesta en el 55% del ganado, según la edad y la región donde se encuentra. Las investigaciones comenzaron en 2011.

“Se probó con éxito una vacuna génica que, una vez inyectada en el animal, imita los mecanismos que el virus utiliza para replicarse y produce una sola parte del virus, lo cual favorece el tipo de respuesta inmune adecuada para lidiar con el agente infeccioso”, destacó Patricia Zamorano, directora del proyecto e investigadora del Instituto de Virología del INTA, del Conicet y de la Universidad del Salvador.

Actualmente, el tratamiento de la enfermedad se realiza con vacunas convencionales basadas en el uso de virus vivo modificado y con vacunas inactivadas. En tanto, las vacunas de ADN -surgidas a partir de nuevas investigaciones de inmunización- resultan un enfoque atractivo, ya que presentan el potencial de inducir tanto la respuesta inmune humoral como celular contra el virus. Tras la protección obtenida frente a la infección, Zamorano afirmó que, si bien los resultados fueron parciales, son muy útiles como prueba de concepto.

“Creemos que, al ajustar la dosis de la vacuna o al adicionar nuevas moléculas que puedan mejorar aún más la respuesta, seremos capaces de obtener una vacuna más efectiva”, adelantó.

Este desarrollo, contó Valeria Quattrocchi, del Instituto de Virología del INTA, “es el primero en Sudamérica donde se han utilizado células dendríticas obtenidas de linfa de bovinos para hacer estudios de la acción de adyuvantes”.

Laboratorios

Según las pruebas de laboratorio, los adyuvantes que se probaron en combinación con la vacuna génica permitieron aumentar los niveles de anticuerpos en sangre y en la mucosa nasal. También se incrementaron los niveles de una molécula importante para lidiar con las enfermedades virales: el interferón gama (IFN-γ).

Después de la infección experimental de los animales vacunados y animales control -sin vacunar-, los investigadores observaron que en los inmunizados los síntomas fueron más leves y la excreción de virus fue menor. Sin embargo, advierten que aún no se alcanzaron los criterios de protección establecidos por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), por lo cual la protección frente a la infección podría considerarse parcial.

Causada por el “Herpesvirus de tipo 1 (HVBo-1)”, los síntomas están asociados a cuadros respiratorios agudos, reproductivos y nerviosos. Además, acarrea efectos económicos para los productores.

Los resultados de esta investigación, publicados por la revista científica “Fronteras en Inmunología” indican que la vacuna génica se formuló con compuestos químicos para facilitar el desarrollo de la respuesta inmune (adyuvantes).

Difundido a escala mundial, el virus está presente en el 90% de los establecimientos ganaderos. Los efectos se observan en la disminución en la producción de leche y carne por pérdida de peso. “También, porque impone restricciones al comercio internacional de ganado, ya que es una enfermedad de notificación obligatoria frente a la OIE”, explicó Zamorano.

Los principales síntomas de la infección por “Herpes bovino tipo 1” incluyen conjuntivitis, infección del tracto respiratorio superior, lesiones pustulares del tracto reproductivo e inmunosupresión, lo que a su vez favorece la infección por bacterias oportunistas que pueden producir, por ejemplo, bronquitis y neumonía. También provoca infertilidad y abortos.

El nuevo desarrollo, que fue posible por un convenio entre el INTA y la empresa francesa Seppic que suministró los adyuvantes. “Es una valiosa herramienta para iniciar programas de control y erradicación en el país”, concluyó Quattrocchi.

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