El drama de perder todos los bienes bajo las aguas

El drama de perder todos los bienes bajo las aguas

Es una postal del desamparo, del dolor, de la impotencia, de la bronca, de la irresponsabilidad, de la indiferencia. Se repite casi todos los años desde hace décadas. Las inundaciones forman parte del paisaje tucumano durante los primeros meses del año. Las principales víctimas son los comprovincianos del sur de la provincia. Esta vez, el agua se ensañó con cientos de pobladores de Alberdi, La Cocha, Graneros y otras comunidades, como consecuencia del desborde de ríos y de canales por la intensa lluvia caída desde el lunes. Hubo 120 evacuados.

La ruta 334, que une Taco Ralo con La Cocha, quedó inhabilitada a causa del anegamiento de un extenso tramo; todas las poblaciones ubicadas al sur de La Invernada, incluidas La Cocha, La Posta, Huasa Pampa y Rumi Punco, quedaron aisladas. Alberdi revivió nuevamente la triste realidad de principios de marzo, cuando se inundó. Los barrios CGT, Escaba, 9 de Julio, Bajo Marapa, Villa Nueva y El Tabique se inundaron como con secuencia del desborde del Canal de Cintura que había sido habilitado en la última semana de febrero pasado. Ayer, pobladores de La Invernada cortaron la ruta N° 38 porque se encontraban desde el lunes sin luz, agua y caminos. Los pobladores dijeron que había cables de alta tensión, medidores y columnas tirados.

El panorama no es muy alentador, sobre todo si se cumple el pronóstico del Laboratorio Climatológico Sudamericano. Su titular afirmó que la posibilidad de precipitaciones se mantendrá hasta mediados de abril, y especificó que lluvias severas caerían entre el 3 y el 6 de ese mes; manifestó su preocupación porque los suelos se hallan saturados y no absorben el agua.

Señalamos en una ocasión que ya en 1993 se conocía qué obras debían realizarse para lograr el aprovechamiento integral de los recursos hídricos y el control de inundaciones en la cuenca superior del río Salí. El plan surgió de un seminario, organizado por la Legislatura provincial, y se basó en un estudio realizado por Agua y Energía Eléctrica en 1991. Se advirtió entonces que era necesario dotar a la provincia de una red de estaciones meteorológicas e hidrológicas, actualizar la base cartográfica, elaborar un inventario de forestación; suspender la explotación ganadera en la zona de alto riesgo, regular la explotación de yacimientos y canteras, recuperar la central hidroeléctrica de Lules, entre otras acciones. Sin embargo, poco o nada se hizo y las inundaciones prosiguieron año a año, aunque con menor intensidad. En enero de 2000, La Madrid volvió a quedar bajo las aguas; hubo entonces 15.000 damnificados y 8.500 personas debieron abandonar sus casas. En septiembre de ese año, el Gobierno anunció que para evitar las inundaciones se harían 64 obras, con una inversión de $7 millones. El 10 de enero de 2005, el secretario de Obras Públicas advirtió que Tucumán necesitaba $2.000 millones para impedir el desborde de ríos y las inundaciones.

¿Cuántas obras podrían haberse realizado con los $615,6 millones que en 2015 entregó la Legislatura a modo de subsidios (denominados “gastos sociales” o “gastos de bloque)? ¿Qué hicieron nuestros gobernantes en estos 24 años para evitar el padecimiento de miles de comprovincianos que son víctimas de las inundaciones? Tal vez si ellos convivieran durante 48 horas con los inundados o perdieran todos sus bienes tomarían conciencia de esta tragedia que se repite casi todos los años.

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