29 Marzo 2017
MENSAJE. La rectora Bardón habla durante el acto, ayer a la mañana. FOTO Luis Ferrando - Dirección de Comunicación UNT
En las principales ciudades argentinas se ha elegido recordar a las personas secuestradas y desaparecidas durante la dictadura cívico-militar plantando árboles en su memoria, en los llamados bosques de la memoria.
Es probable que el Bosque de la Memoria de Tucumán sea uno de los más llamativos por su emplazamiento, en plena Sierra de San Javier. Fue creado en 1996 por la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos en colaboración con Madres de Plaza de Mayo, para que los familiares acudan a homenajear a sus seres queridos.
Cerca del lago
Para llegar allí desde la capital, hay que tomar la ruta 340, y pasar la villa de San Javier hasta la altura del km 5.
En la zona cercana al lago y a la estructura de hormigón abandonada, a la izquierda del camino, el bosque inicial de árboles viejos se ve reforestado con especies autóctonas, como alisos, lapachos y tarcos.
Ya entre entre los árboles, se perciben el viento fresco y la humedad del cerro; sólo se escucha el canto de los pájaros y se detecta la gran diversidad de trinos.
Ayer, en conmemoración de los 20 años del Bosque de la Memoria, la Universidad Nacional de Tucumán realizó un homenaje, que encabezaron las autoridades, y consistió en la plantación de 40 árboles autóctonos.
El acto dio inicio al convenio de revalorización de ese espacio, que firmaron el jueves pasado la Secretaría de Estado de Derechos Humanos de la Provincia y la UNT. El acuerdo prevé el desarrollo de actividades y conocimientos en materia de Derechos Humanos, su promoción y reafirmación en distintas locaciones e instituciones universitarias.
Encabezaron el acto de ayer la rectora Alicia Bardón, el vicerrector José García y otras autoridades de la UNT; Manuel Imbert, director Operativo del Parque Sierra de San Javier; Erika Brunotto, secretaria de Derechos Humanos de la Provincia; Javier Gonzalo Vildoza, comisionado comunal de San Javier y Marta Rondoletto, periodista y militante por los Derechos Humanos, entre otros asistentes.
“Hemos plantado 40 árboles para que no olvidemos a todos aquellos que perdieron su vida en búsqueda de un ideal y de un país mejor. La UNT fue una institución muy golpeada en la época del terrorismo de Estado y este lugar es un emblema. Nuestra institución no va a olvidar nunca aquellos tristísimos años de nuestro país, de nuestra provincia y de nuestra Universidad. Pido que a este espacio lo valoremos, lo cuidemos y lo defendamos”, pidió Bardón.
Es probable que el Bosque de la Memoria de Tucumán sea uno de los más llamativos por su emplazamiento, en plena Sierra de San Javier. Fue creado en 1996 por la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos en colaboración con Madres de Plaza de Mayo, para que los familiares acudan a homenajear a sus seres queridos.
Cerca del lago
Para llegar allí desde la capital, hay que tomar la ruta 340, y pasar la villa de San Javier hasta la altura del km 5.
En la zona cercana al lago y a la estructura de hormigón abandonada, a la izquierda del camino, el bosque inicial de árboles viejos se ve reforestado con especies autóctonas, como alisos, lapachos y tarcos.
Ya entre entre los árboles, se perciben el viento fresco y la humedad del cerro; sólo se escucha el canto de los pájaros y se detecta la gran diversidad de trinos.
Ayer, en conmemoración de los 20 años del Bosque de la Memoria, la Universidad Nacional de Tucumán realizó un homenaje, que encabezaron las autoridades, y consistió en la plantación de 40 árboles autóctonos.
El acto dio inicio al convenio de revalorización de ese espacio, que firmaron el jueves pasado la Secretaría de Estado de Derechos Humanos de la Provincia y la UNT. El acuerdo prevé el desarrollo de actividades y conocimientos en materia de Derechos Humanos, su promoción y reafirmación en distintas locaciones e instituciones universitarias.
Encabezaron el acto de ayer la rectora Alicia Bardón, el vicerrector José García y otras autoridades de la UNT; Manuel Imbert, director Operativo del Parque Sierra de San Javier; Erika Brunotto, secretaria de Derechos Humanos de la Provincia; Javier Gonzalo Vildoza, comisionado comunal de San Javier y Marta Rondoletto, periodista y militante por los Derechos Humanos, entre otros asistentes.
“Hemos plantado 40 árboles para que no olvidemos a todos aquellos que perdieron su vida en búsqueda de un ideal y de un país mejor. La UNT fue una institución muy golpeada en la época del terrorismo de Estado y este lugar es un emblema. Nuestra institución no va a olvidar nunca aquellos tristísimos años de nuestro país, de nuestra provincia y de nuestra Universidad. Pido que a este espacio lo valoremos, lo cuidemos y lo defendamos”, pidió Bardón.
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