La cultura africana sigue viva en Santiago

La cultura africana sigue viva en Santiago

Un museo conserva el legado de un matrimonio de esclavos negros en el pueblo El Bobadal.

EL COME ANCA. La casa replica a una bestia legendaria. EL COME ANCA. La casa replica a una bestia legendaria.
28 Marzo 2017
A 90 kilómetros de la capital tucumana, en la localidad santiagueña de El Bobadal, un museo reúne el legado de los africanos que habitaron la zona en el siglo XIX. En 2010, Omar Torres terminó la” Casa de Cuentos y Mitos San Feleños El Come Anca”, donde da a conocer las raíces afro de su pueblo.

En San Félix, a 20 kilómetros de El Bobadal, viven alrededor de 200 habitantes, todos descendientes del matrimonio de Julián y Felipa Guerra, esclavos negros que fueron liberados. Torres forma parte de la sexta generación de la familia y afirma que el suyo es el primer museo de afrodescendientes del país. Según Ricardo Moreno, su amigo tucumano que acompaña el proyecto, en la casa hay fotos, escritos y objetos de la cultura afro.

La intención de Torres es promover la actividad de las comunidades afroargentinas, conservar su historia y defender a la población negra, tantas veces marginada. “Desde chico aprendí a defender a mi pueblo, creo que nací para eso”, sostiene con orgullo.

En “El Come Anca” se arman festivales de folclore y a veces se dictan clases de canto y baile. Además, siempre que puede, Torres les prepara una taza de chocolate a los más chicos del pueblo. La casa puede ser visitada todos los días en cualquier horario y el anfitrión ofrece lugar para pasar la noche porque no hay alojamiento cerca.

Cuando Julián y Felipa Guerra fueron liberados, sus dueños les cedieron una parte de su tierra, a la que bautizaron con el segundo nombre de él: El Rosario. De los nueve hijos del matrimonio, una se casó con Félix Alderete, un español que transitaba por el Camino Real que cruzaba la zona. “Ahí empieza a mezclarse la piel. Pero aunque cambia el color, la sangre permanece”, aclara Torres.

Cuando murieron sus suegros, Alderete les compró los terrenos a sus cuñados y cambió el nombre del pueblo por San Félix. Fue entonces cuando los burros que destinaban a los trabajos forzosos comenzaron a aparecer con la parte trasera del cuerpo devorada por lo que, suponían, era una bestia. De allí nace la leyenda de El Come Anca, en la que se cuenta que el espíritu de Julián Guerra no permitía que los animales fueran esclavizados como él.

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