26 Marzo 2017
Cuando se piensa en las lesiones que sufren los futbolistas suele mirarse hacia aquellos que juegan a nivel profesional. Pero el mismo trauma que genera la rotura de ligamentos cruzados o la del quinto metatarsiano de un pie lo padecen quienes practican el fútbol de manera amateur. Las lesiones son lo más temido en el ámbito futbolero. Un mal que no tiene solución.
Una de las voces más autorizadas para hablar sobre este tema es la de Jorge Chahla. Este médico tucumano, especialista en cartílagos, vive en Estados Unidos. En el instituto donde ejerce se realizan a diario un sinnúmero de cirugías vinculadas a este tipo de lesiones.
Acaso, la “vedete” sea la rotura de ligamentos cruzados. “En general se originan debido a un golpe agudo. La rodilla se desplaza hacia afuera o hacia adentro, o gira. Eso produce la lesión de alguno de los ligamientos, el anterior o el posterior”, explica Chahla a LG Deportiva. Precisa que en esto no incide el tipo ni la cantidad de entrenamiento: “tiene más que ver con una lesión del partido, que puede ser directa -un golpe o una patada- o indirecta -una mala caída tras saltar a cabecear-”.
Otra de las lesiones más comunes es la del quinto metatarsiano. La sufrió Matías Kranevitter cuando disfrutaba de su mejor etapa en River. “Se producen por el estrés. Se trata de un microtrauma repetido que, con el tiempo, va debilitando el hueso y se genera esa fractura. Es frecuente en deportistas sobreentrenados; empieza con un dolor agudo en la parte externa del pie”, dice el traumatólogo, de 29 años.
Los orígenes
Jorge empezó a construir su perfil profesional casi sin darse cuenta. Cuando era niño, transitaba los pasillos de los sanatorios junto a su padre -también llamado Jorge y también traumatólogo-, cuando este debía visitar sus pacientes operados. Cuando terminó la secundaria su destino estaba escrito: egresó de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Tucumán con un promedio de 9,80.
En Vail (Colorado, EEUU), Chahla y el equipo del centro de medicina deportiva trabajan para encontrar soluciones a las lesiones indirectas. “Estudios de investigación sugieren que las lesiones indirectas se pueden prevenir. Antes de la temporada filmamos a los jugadores; cómo saltan y cómo caen. Si caen con la rodilla un poco hacia afuera, o un poco hacia adentro, les aconsejamos ejercicios para evitar esas lesiones”, apunta el tucumano. Respecto de las lesiones directas insiste: “son impredecibles. Puede sufrirla un jugador amateur o un profesional”.
Chahla recurre a una metáfora futbolera para describir el complejo deportivo de Vail, donde trabaja. “Es como Barcelona”, dice y explica: “Acá están los mejores del mundo en cada disciplina: el mejor en cadera, el mejor en rodilla, el mejor en hombro”, cuenta. ¿Y vos serías el mejor en cartílagos?, pregunta LG Deportiva. “No, no. Yo vine a aprender de estos tipos. Es como cuando te sentás en las tribunas a ver”, responde, entre risas. Con todo esto, Jorge no se olvida de sus primeros pasos, cuando acompañaba a su padre a recorrer los sanatorios.
Las pasiones se llevan desde nacimiento
A Jorge Chahla se le despertaron tempranamente dos pasiones: la medicina y el rugby. Primero se destacó en el deporte de la “ovalada”, y hasta llegó a integrar el plantel de “Los Naranjitas” y a estar convocado para “Los Pumitas”. Luego sobresalió en el estudio y terminó abocándose de lleno a la medicina. Hoy ejerce su profesión en un complejo deportivo en Vail (Colorado, Estados Unidos).
Pero aquella pasión por el rugby le dejó más que buenos recuerdos. “Siempre tuve relación con el deporte, de una u otra manera. Soy amigo de Nicolás Sánchez, de Gabriel Ascárate. Conozco a la mayoría del plantel de ‘Los Pumas’”, contó. Jorge comenzó en este deporte cuando tenía seis años: “Lo practiqué 13 años, hasta los 19. Jugaba en Lawn Tennis, con Benjamín Sánchez, el hermano de Nicolás. Y cuando subimos al Sub-20 ya jugué con ‘Nico’”. Tampoco estuvo exento de lesionarse. Una fue en el hombro izquierdo, luego de tacklear a Benjamín Macome (actualmente en Jaguares), y la otra fue la fractura del tabique nasal.
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