El vicerrectorado pretende más compromiso de los decanos

Sobre la mesa hay textos subrayados, gráficos de torta y planillas de excel. Una artillería de datos con la que el vicerrector, José García, pretende demostrarle a la Nación que están cumpliendo con el mandato: ajustar y transparentar. ¿Cómo se hace eso? Aplicando un torniquete al crecimiento de la planta docente y no docente, y explicando en qué se va el dinero.

Si todo sale bien, entonces, podrían conseguir un “extra” de $ 134 millones que sirva para engrosar el presupuesto 2017 de $ 3.456 millones que le asignaron por ley (una cifra $ 317 millones inferior a la que habían solicitado). Pero también le sumaría puntos para una posible candidatura como rector, a la que todavía no se ha lanzado oficialmente porque antes quiere que se evalúe su gestión y saber “si a la universidad le sirvió para ser mejor o no”. “Luego vamos a discutir mi fórmula. No me tiro al agua antes de tiempo”.

El protagonismo de García, hoy, pasa por su intervención en el Consejo de Decanos y por la presidencia de la Asamblea Universitaria (órgano que se formó en 2014 para reformar el Estatuto Universitario). Su esfuerzo está puesto, según manifestó, en lograr que los decanos supervisen la asistencia de sus consejeros directivos (que a su vez integran la asamblea universitaria), que debatan y que logren consensuar el voto antes de las sesiones, que ahora se harán una vez al mes. Sucede que ya no falta mucho para que termine la etapa de debate, pero en casi tres años el desgaste se midió en la caída del quórum casi a la mitad. “Quedan siete sesiones hasta fin de año y el objetivo es que se vote el articulado que falta”, reconoció.

El presupuesto

Este año la UNT tiene un presupuesto de $ 3.456 millones y un gasto en personal de $ 3.263 millones. Esta proporción ha venido creciendo con los años y fue “comiéndose” los gastos de funcionamiento, los fondos salud y el margen para becas estudiantiles. Tuvo su punto cumbre en 2016, cuando la nueva gestión al frente del ministerio de Educación de la Nación puso la lupa y les llamó la atención.

Frente al riesgo de perder el apoyo -para un eventual auxilio económico- la universidad se comprometió con la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU) a realizar una serie de ajustes que quedaron plasmados en un acta acuerdo que firmaron 11 de los 13 decanos.

Este año el Rectorado espera comenzar a discutir ya mismo la ejecución presupuestaria. Antes de que se debata en el Consejo Superior, García la presentó ante los decanos. “Por primera vez se ven las dependencias de la Universidad y cuánto gastan”, explicó.

El vicerrector reconoció que están próximos, pero que deben seguir ajustando la planta no docente porque hoy supera el número que está financiado de 2.865 empleados. “Es excesivamente grande en rectorado, pero en algunas unidades académicas, no”, reconoció. El año pasado se aprobó el régimen de concurso no docente (incluido en el Convenio Colectivo de Trabajo) y ahora serán los decanos quienes deberán concretar esos llamados (ver nota aparte). En el caso de los docentes, García explicó que se les ha pedido a los decanos que cubran las vacantes que posean financiamiento genuino. También habló de los casos en los que hay interinatos. Dijo que la UNT no los está pagando hasta tanto en el área de Asuntos Jurídicos se evalúe si, en su momento, se acreditó la partida presupuestaria correspondiente.

Con un poco de orden, esperan que el dinero para becas estudiantiles y una parte del “Fondo Salud” vuelva a reactivarse este año (ver “Los fondos...”).

Los fondos salud
De los $ 13 millones que se consignan en el presupuesto se repartirá solo $ 1 millón 
El presupuesto 2017 aprobado por el Congreso de la Nación le concedió a la UNT $ 13 millones en concepto de “Fondos Salud”. El vicerrector, José García, reconoció esto, pero dijo que se repartirá solo $ 1 millón: $ 200.000 para cada una de las facultades a las que les corresponde (Bioquímica, Medicina, Odontología y Psicología) y $ 100.000 para el PUNA (programa para estudio y prevención de las adicciones) y el mismo monto para la obra social de los estudiantes, Aspe. El resto del dinero sigue afectado al pago de salarios.
Además, confirmó que piensan ponerse al día con las becas estudiantiles adeudadas de 2015 y hacer una convocatoria para este año. El total a invertir será de $ 4,5 millones. Esto incluye a las escuelas experimentales. 

No docentes
Van a descentralizar los nombramientos para que dependan de cada facultad
Según los datos oficiales, hoy del Rectorado posee casi el 50% de la planta no docente y la otra mitad se reparte en las facultades y escuelas preuniversitarias. “Con la secretaria Administrativa (Lidia Ascárate) y el gremio no docente hemos propuesto mecanismos para descentralizar el nombramiento de los no docentes. Queremos que las facultades pidan en función de las necesidades que tengan”, explicó el vicerrector, José García. 
El objetivo es que en el ámbito de cada facultad se llame a concurso para cubrir los cargos que se necesiten. García explicó que serán los decanos quienes decidan si los empleados contratados van a pasar a planta permanente y en qué categoría lo harán. El vicerrector reconoció que lo que falta encarar es el análisis de cuáles son las categorías y las tareas que desempeña cada no docente. “Algunos decanos nos han pedido este dato”, mencionó.