Cartas de lectores
25 Marzo 2017

Palabras en la mesa de Mirtha

¡Cuidado! La palabra es creadora de realidad. En la famosa mesa de Mirtha el Presidente habló de que eran un ejército en contra de una banda de mafiosos. Ya había recurrido a la imagen de la guerra al publicar días atrás la foto de un maestro en medio de las ruinas de Hiroshima. “De entre todas estas Batallas, hay una central que estás dando -dijo a Vidal-, que es muy importante”, la de no ceder a la demanda de los gremios. Es la segunda vez en menos de una semana que el jefe de Estado se refiere a los maestros con alusiones a la guerra. Lo absurdo: los coach de este Gobierno llenaron de globos la campaña, sembraron en la cabeza de los funcionarios y de la sociedad toda las palabras: felicidad, alegría, diálogo, amor... (Un discurso que, seria y genuinamente adoptado, responde a una interesante propuesta espiritual que se impone en grandes grupos humanos que buscan formas más convincentes de espiritualidad ante la decadencia de las religiones históricas). Pero como ese discurso, en el caso de los funcionarios argentinos -el presidente a la cabeza- no responde a convicciones reales, a intentos serios de transmutación de la sociedad, termina por sonar como lo que es algo falso, un simple subterfugio para engañar, palabrejas sin contenido con las que los votantes se entusiasmaron, esperando un cambio que no llegó o llegó para mal. Para muy mal. Por eso ahora, en los lapsus linguae, en los actos fallidos, en los momentos en los que Macri y sus funcionarios “desbordan” frente a la efervescencia social y a las preguntas como las de Mirtha, salen con la artillería pesada, la que de verdad los habita. Un discurso bélico, cargado de violencia. Porque esta gente es un grupo de violentos disfrazados de santos varones y santas mujeres. Y eso es lo más repulsivo. Pero cuidado: la palabra es creadora de realidad.

Mercedes Chenaut
[email protected]


Falta de memoria

En la edición de ayer de LA GACETA se cita al doctor Pablo Yedlin, secretario general de la Gobernación, quien sostiene que “la Nación está dejando mucha gente afuera” y, acusa de las falencias en el área de Salud y Obras Públicas al Gobierno nacional. Afirma también, que el peronismo ganó ampliamente las elecciones provinciales en 2015 y que, sin embargo, el Gobierno de Tucumán no recibe los fondos suficientes por parte de la Nación porque, aparentemente, los funcionarios macristas tucumanos aún no se resignan a la “amplia derrota” de 2015. Doctor Yedlin, usted fue funcionario durante los 12 años del Gobierno de Alperovich y ahora ocupa un alto cargo político en esta administración. ¿Usted considera que ganaron por amplia mayoría las elecciones de 2015? ¿Se olvidó usted del escándalo que produjeron esas elecciones? ¿Se olvidó de las urnas quemadas, de las urnas refajadas, de las urnas “embarazadas”? ¿Se olvidó de las valijas con dinero que salían del banco días antes de las elecciones? Dinero del cual era responsable directo el actual gobernador y cuyo destino no podemos aún conocer, gracias a los artilugios legales que implementa el Gobierno del cual usted es funcionario. Si están “dejando gente afuera”, como usted dice ¿Qué puede decir de los índices de pobreza que dejó el gobierno kirchnerista? ¿A cuántos “dejaron afuera” en los 12 años de gobierno?; pero claro, no lo saben, porque medir la pobreza, como decía el ex ministro estrella Kicillof, “era estigmatizante”. La memoria le está fallando doctor Yedlin, deje de faltarnos el respeto a los tucumanos. Usted fue funcionario del Gobierno de Alperovich durante 12 años, me parece que son demasiados años en la función pública, yo le aconsejaría que se tome unas vacaciones.

Jovita María Novillo
[email protected]

Publicidad


Un barco llamado San Martín

Bajo ninguna circunstancia debe renunciar el director técnico de San Martín. Entre el pasado inmediato, el ascenso y la actualidad (dos derrotas consecutivas) hay un “amesetamiento”, una transición. El hincha observa, a la vez, “dos equipos” diferentes ¿Qué es un equipo? Es un grupo de personas que se unen en función de la consecución de un objetivo en común. Y la tarea de la hora es “ser un solo equipo”. Para el “capitán del barco”, Diego Cagna, no es tarea fácil. El escritor Fernando Savater relata la travesía de un barco griego en medio de una tormenta. El capitán del barco estaba en el trance de arrojar o no la carga, por la borda, para evitar el naufragio. Tiene, también, la orden de llevar las mercancías a puerto. La costumbre no es precisamente tirarlas al mar y poco le ayudaría seguir sus caprichos dado el berenjenal en que se encuentra. ¿Seguirá sus órdenes aún a riesgo de perder la vida y la de toda su tripulación? En circunstancias normales puede bastar con hacer lo que le mandan a uno, pero a veces lo más prudente es plantearse hasta qué punto resulta aconsejable obedecer. Y si las órdenes no bastan, menos las costumbres. La costumbre sirve para la rutina de todos los días, pero ahora estamos en una tempestad. No es el momento de andarse con rutinas. ¿Se trata de un simple problema? No. Ha llegado la hora de una salida funcional y practica ¿Cuál es? La completa unidad en San Martín. Hinchas, socios, todas agrupaciones, medios partidarios, empleados, ex dirigentes y directivos- no solo Cagna y sus jugadores- estamos en un mismo barco que se llama Ciudadela. Todos somos, ahora, en estas circunstancias, capitanes y tripulantes de nuestro barco y no vale la salvación individual. No dejemos solos a jugadores y cuerpo técnico. Hoy, todos, somos un equipo.

Pedro Pablo Verasaluse
[email protected]

Publicidad


Los docentes y el paro

Llamó la atención que los docentes adhirieran a un paro que es innegable que sólo se circunscribió a Buenos Aires y Capital Federal, ya que el gobernador de Tucumán y los gremialistas de ATEP festejaron con anchas sonrisas el arreglo salarial de los docentes tucumanos. ¿Entonces, por qué el paro? Los niños de la Provincia tienen el derecho de aprender. Esto confirma que se trata de un paro político, ya que el ministro de Educación sale a decir que no descontarán los días de inasistencia de las maestras que hacen paro. Considero que si hubo acuerdo salarial no había motivos para dejar a los chicos sin clases. Y debería haber sido el propio gobernador quien exigiera a los docentes que concurrieran a clase. Y que, en caso contrario, se les descontaría la inasistencia.

Julio César Pérez
Calle 33 N° 165
Villa Mariano Moreno


La ruta 305 en pésimo estado

Vivimos en la Ruta 305, kilómetro 9, Las Talitas. Estamos en el más total abandono, ya que el camino vecinal por el cual se circula todos los días -chicos que van a la escuela, gente que va al trabajo, personas mayores que van al médico- está lleno de malezas, con zanjas que las frecuentes lluvias han socavado. Motivo ese por el cual no quieren ingresar los taxis. Además, en los tiempos que vivimos, los robos son frecuentes. Se presentaron notas a la anterior y a la actual gestión de la intendencia, sin haber obtenido todavía ninguna respuesta. Un dato: tenemos los impuestos al día, tanto de Rentas como municipales; y el camino está ubicado al lado del chalet del ex intendente Luis Morghenstein, 900 metros al oeste de la ruta en cuestión. Sería bueno que nos tengan en cuenta el señor intendente Carlos Nájar y el director de Obras Públicas, Julio Ramírez.

Virginia del Carmen Gutiérrez
Las Talitas - Ruta 305 - Km 9
Tucumán


Centro cívico y asentamientos

Sabemos que el Gobierno provincial cedió unas cuantas hectáreas para hacer un Centro Cívico. Como tucumano me siento muy contento por el progreso. Pero el intendente, como autoridad votada por el pueblo, debe pensar en la gente, en los asentamientos que tenemos en Los Pocitos, con 800 familias a la deriva con riesgo de muerte, esperando que el agua los lleve, por falta de un trabajo serio y responsable de la máxima autoridad de Tafí Viejo. Son cosas más urgentes que un centro cívico, y no entendemos cómo no hay plata para viviendas. El 16 de marzo, volvimos a estar con el corazón en la boca por el asentamiento Hipólito Yrigoyen. El intendente sabe que está dentro de un canal; y nos pasamos la vida tranquilos, sin hacer nada. Si no puede y no tiene tiempo, estamos nosotros los vecinos para caminar y luchar por la gente, ya que tenemos un intendente y concejales que sólo sirven para pedir el voto. Queremos proyectos, especialmente impulsados por el concejal de Los Pocitos, que ha sido votado para eso. Ese es su trabajo. Como vecino le pido al señor intendente y demás autoridades que nos reunamos para tratar de encontrar entre todos una solución para la gente. Y le pido, por esta carta pública, que atienda a los vecinos. Es una forma de preocuparse por la gente. Faltan pequeñas cosas por hacer: por ejemplo, hablar con las autoridades nacionales, sean del partido que sean. Hay que buscar soluciones urgentes, por el bien de todos.

Raúl René Soria
Leopoldo Lugones 211 - Los Pocitos
Tucumán


Abrir las importaciones

La apertura de las importaciones se asocia desde hace años en nuestro país con el cierre de empresas y la pérdida de puestos de trabajo, con el temor de que los productos del extranjero compitan y desbanquen a los nacionales. En el ranking elaborado por la fundación Heritage para este año, la Argentina figura en la posición 157; si consideramos sólo Latinoamérica, nos posicionamos en el puesto 23, apenas superando a Haití. En la historia económica argentina, lo ocurrido en la última apertura comercial indica que muchas empresas nacionales fueron a la quiebra y con ello miles de trabajadores argentinos perdieron sus puestos. Los números son irrefutables: en la segunda mitad de los 90’ el sector industrial se contrajo, el PBI se desmoronó y el desempleo se disparó. ¿Por qué nuestra industria protegida y subsidiada no pudo hacer frente a una apertura de comercial de poco más de cinco años? La conclusión es simple, falta de competitividad. La carga tributaria actual está en sus niveles máximos históricos; y el nivel de gasto público y laboral que deben afrontar las empresas argentinas es superior al promedio de Sudamérica y mucho más al del resto del mundo. Conclusión: el problema no es la apertura económica, sino la competitividad cercenada por el creciente gasto público. Parte de la solución sería la disminución del peso tributario y laboral, lo que permitiría a los sectores industriales la libertad de competir en términos de precios (y por ende costos) con los productos extranjeros. Así, nuestra sociedad se verá beneficiada con más productos, de mejor calidad y más baratos. Los beneficios económicos están a la vista: tendríamos precios bajos, saldos monetarios extras para invertir o consumir en otros rubros y aumentar los salarios reales del trabajador nacional y permitir a la industria local afrontar competitivamente una apertura comercial; otorgar facilidades para la rápida creación de empresas y generar puestos de trabajo. Y no olvidar al ciudadano, que puede convertirse en una potente fuente de nuevas soluciones generadoras de empleo y de impacto social positivo.

Julio Argentino Gómez
[email protected]

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios