25 Marzo 2017
ADMINISTRAR. Gestionar el agua de riego e industrial, mejora su utilización.
El sábado pasado, 18 de marzo de 2017, la Dirección de Recursos Hídricos (DRH) de Tucumán cumplió 120 años de existencia. En esa misma fecha, pero del año 1897, mediante la Ley Provincial Nº 731, se creaba el Departamento General de Irrigación, con funciones de dirección, policía y juez en materia de aguas. Su primer Superintendente fue el doctor Román F. Torres.
Dependiente, actualmente, de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente del Ministerio de Desarrollo Productivo del Gobierno de Tucumán, la DRH entiende en la formulación, desarrollo y aplicación de la política hídrica provincial, concerniente a aguas superficiales y subterráneas, para riego, industrias y otros usos que la ley le asigna, estableciendo las normas relativas a distribución y preservación del recurso.
Los desafíos que se vienen
“Estos 120 años de trayectoria son un orgullo para la Institución, donde la realidad actual nos pone de cara a nuevos desafíos que tienen implicancia en lo social, ambiental y económico, para lo cual habrá que redoblar los esfuerzos y voluntades para que no falte el agua”. Así se manifestaron los funcionarios de la Dirección de Recursos Hídricos por estos festejos.
El trabajo que lleva a cabo la DRH es fundamental y se enmarca en una realidad cuyo entorno está caracterizado por problemáticas como el cambio climático o el incremento de la escorrentía superficial por el cambio acelerado del uso del suelo. Para esto, se necesitan acciones positivas y orientadas a mitigarlas.
Por otra parte, los nuevos paradigmas propuestos desde organizaciones como la ONU o la encíclica Papal Laudato Si, llaman al trabajo inmediato para evitar futuros daños irreversibles en el Medio Ambiente, planteando las necesidades de rehuso del agua de las plantas de tratamiento, desalinización del agua de mar, la captación y uso del agua de lluvia con fines específicos y el manejo amigable del agua de escorrentía urbana, entre otras medidas.
En este contexto, la Dirección ha venido trabajando en el fortalecimiento del planeamiento -por el incremento en la explotación del agua subterránea-, proyectos y gestión de fondos para obras locales, con el fin mejorar la infraestructura. Y, si bien se ha avanzado, sobre todo con nuevas tecnologías y proyectos de desarrollo, se hace preciso redoblar los esfuerzos para un futuro que exige atención.
Dependiente, actualmente, de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente del Ministerio de Desarrollo Productivo del Gobierno de Tucumán, la DRH entiende en la formulación, desarrollo y aplicación de la política hídrica provincial, concerniente a aguas superficiales y subterráneas, para riego, industrias y otros usos que la ley le asigna, estableciendo las normas relativas a distribución y preservación del recurso.
Los desafíos que se vienen
“Estos 120 años de trayectoria son un orgullo para la Institución, donde la realidad actual nos pone de cara a nuevos desafíos que tienen implicancia en lo social, ambiental y económico, para lo cual habrá que redoblar los esfuerzos y voluntades para que no falte el agua”. Así se manifestaron los funcionarios de la Dirección de Recursos Hídricos por estos festejos.
El trabajo que lleva a cabo la DRH es fundamental y se enmarca en una realidad cuyo entorno está caracterizado por problemáticas como el cambio climático o el incremento de la escorrentía superficial por el cambio acelerado del uso del suelo. Para esto, se necesitan acciones positivas y orientadas a mitigarlas.
Por otra parte, los nuevos paradigmas propuestos desde organizaciones como la ONU o la encíclica Papal Laudato Si, llaman al trabajo inmediato para evitar futuros daños irreversibles en el Medio Ambiente, planteando las necesidades de rehuso del agua de las plantas de tratamiento, desalinización del agua de mar, la captación y uso del agua de lluvia con fines específicos y el manejo amigable del agua de escorrentía urbana, entre otras medidas.
En este contexto, la Dirección ha venido trabajando en el fortalecimiento del planeamiento -por el incremento en la explotación del agua subterránea-, proyectos y gestión de fondos para obras locales, con el fin mejorar la infraestructura. Y, si bien se ha avanzado, sobre todo con nuevas tecnologías y proyectos de desarrollo, se hace preciso redoblar los esfuerzos para un futuro que exige atención.
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