Última etapa de Alberdi

Última etapa de Alberdi

Cuando ya era “el ciudadano de la soledad” .

JUAN BAUTISTA ALBERDI. Detalle del magnífico monumento que ejecutó Lola Mora para la plaza del prócer, en Tucumán. JUAN BAUTISTA ALBERDI. Detalle del magnífico monumento que ejecutó Lola Mora para la plaza del prócer, en Tucumán.
En su bello libro “Alberdi, el ciudadano de la soledad” (1941), el tucumano Pablo Rojas Paz dedicó páginas conmovidas a la decisión que Juan Bautista Alberdi tomó, en 1881, de alejarse otra vez del país y para siempre, a dos años de haber regresado.

Escribe que el prócer experimentó entonces, “la soledad más espantosa, como argentino alguno haya experimentado jamás: era un extraviado en la plaza pública de una ciudad extranjera. A los setenta años, fue en Buenos Aires donde más hondamente saboreó la amargura de su soledad. Era el ciudadano de su destierro. No quedaba ya ninguno de aquellos muchachos que se reunían en la casa de los Matheu; la mayor parte había perecido en las entreveradas contiendas de la guerra civil. Quedaban sólo el odio y el rencor, siempre listos para buscarle el pecho”.

Alberdi sintió que “su destino estaba cumplido. Había realizado el trágico descubrimiento: era un desterrado en su propia patria. Y entonces tomó la firme decisión, la última de su vida, de regresar a Francia. Aquella tarde, mientras el silencio azul estaba lleno de palomas y campanas, toda su vida pasó en un lento desfile de friso”. Se acordó de Tucumán, del Colegio, de su viaje por mar, de las ciudades extranjeras.

“Él, débil, solitario, no había hecho más que combatir, que escapar de sus enemigos semibárbaros que lo odiaban por su música, por su cuello limpio, por su conocimiento de Rousseau, por todo lo que había en él de claro, de inteligente y de preciso. Y como no podían acusarle de nada, lo sindicaron como traidor. Arma cómoda porque puede ser recogida sin peligro por el que la ha arrojado. Y regresó hacia el mar. Vio que su existencia había dejado atrás la gloria; su resplandor iluminaba caminos que recorriera ya...”

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