Los vecinos dicen que Villa 9 de Julio se desangra por culpa de la droga

Los vecinos dicen que Villa 9 de Julio se desangra por culpa de la droga

Los habitantes de esa zona de la ciudad decidieron enfrentar a los “transas”. Una zona insegura por los robos Cuatro personas resultaron con heridas de bala en los cinco enfrentamientos que fueron denunciados

ACUSADOS, La Policía montó todo un operativo para proteger la vivienda que los vecinos querían quemar en el barrio El Molino. la gaceta / foto de diego aráoz ACUSADOS, La Policía montó todo un operativo para proteger la vivienda que los vecinos querían quemar en el barrio El Molino. la gaceta / foto de diego aráoz
22 Marzo 2017

Villa 9 de Julio se transformó en una zona de guerra. Entre el sábado y el lunes se denunciaron cinco enfrentamientos que les provocaron heridas a cuatro personas. Pero las balaceras fueron muchas más y muchas no fueron informadas a la Policía ni a la Justicia. Los vecinos declaran que están hartos. “Villa 9 de Julio se desangra por la droga. A este barrio lo arruinó esa basura. Se matan los chicos, matan los que las venden y mata la Policía a los jóvenes que roban para conseguirla. Esto no terminará acá, se irá agravando porque nadie hace nada”, sostuvo Delia Pedraza, una mujer de 60 años que conoce muy bien lo que ocurre en sector de la capital.

El lunes hubo una reacción popular. Como ya ocurrió en La Costanera y en el Antena, barrios donde los narcos se adueñaron de las calles y de la vida de sus habitantes, los familiares y vecinos de Juan José Pastrana, que fue herido en la cabeza por un “transa”, intentaron quemar un quiosco en el que supuestamente vendía drogas. La Policía tuvo que montar todo un operativo para evitarlo.

“Estuvimos todos los vecinos del barrio El Molino. Sabemos que los que dispararon no viven en esa casa, pero nosotros fuimos porque ahí venden droga. El ‘transa’ salió a corrernos cuando comenzamos a quemar cubiertas. Los chicos que vienen a comprarle llegan armados y nos asaltan. De día tenemos que cuidarnos de los que vienen de afuera y, de noche, de los adictos del barrio. Dijimos basta. Si nos unimos, lograremos correrlos”, se convenció Elena, otra vecina que está cansada de la situación que está padeciendo.

El dueño de la vivienda que querían quemar los vecinos, contó su versión a LA GACETA. “No comprendo lo que pasó. Hicimos una denuncia porque nos vinieron a agredir. Con mi mujer vendemos ropa, no drogas. Al ver el grupo enfurecido cerramos la puerta, pero empezaron a tirarnos cosas, por eso pedimos custodia y esperamos que la mantengan”, alegó Dardo, quien no quiso brindar su apellido.

Minutos después, los policías demoraron a dos jóvenes que intentaron burlar la consigna policial para, según dijeron a los gritos, comprar droga en la casa del sospechoso. Los investigadores esperaban una autorización judicial para allanar la casa.

Las fuerzas que se encargan de la lucha contra los narcos, sostienen que tienen abiertas decenas de investigaciones para cerrar los quioscos que se dedican al narcomenudeo, es decir, a la venta de pequeñas dosis. “No son trabajos sencillos, porque los líderes de las bandas cambian de lugar permanentemente. Lo importante es que ya hay muchos identificados y esperamos las órdenes de la Justicia Federal para actuar”, explicó una fuente.

Zona caliente

En Villa 9 de Julio hora tras hora se producen hechos delictivos que están encadenados entre sí. Por ejemplo, una joven dijo que circulaba por la zona en su motocicleta cuando fue embestida por atrás por un tal “Chanchón”, quien se llevó el rodado aprovechando que ella no se había podido incorporar. Por la noche, el mismo joven, considerado peligroso, baleó el frente de una casa. El sujeto aún está siendo buscada por la Policía.

“Nos están matando los hijos porque todos acá venden drogas. Tengo seis hijos y tres son adictos. De lunes a viernes trabajan, pero los sábados y domingos se descontrolan, toman y se drogan. Nos desconocen y nos amenazan a mí y a mi esposo: ¡a los propios padres! Daría mi vida para que se curen, porque se están muriendo”, dijo entre lágrimas Norma Romano. “Los mando a un hogar -agregó- y sienten la abstinencia, quieren ahorcarse, como ya lo hicieron muchos jóvenes en el barrio”.

Los vecinos están indignados. Por culpa de la droga se sienten totalmente desprotegidos.

“Primero fue la Costanera y ahora este barrio. La diferencia es que aquí hay mucha que gente trabajadora y no permitirá que esto siga avanzando. Nos juntaremos y vamos a ir marcando todos los lugares donde venden drogas. Vamos a hacer lo imposible para que no quede ni uno por acá. Estamos cansados de sufrir por estos delincuentes”, se quejó Juan Pedro.

María es una de las jóvenes que lucha desesperadamente para no ser otro fantasma caminando por las calles del barrio. “Por la noche no quieren entrar los colectivos ni los taxis. Tengo que caminar varias cuadras para poder ir a estudiar. No me queda otra, pero lo hago con una trincheta en la mano para que nadie me haga nada”, testimonió la adolescente.

último caso 
“pachi” pastrana sigue agonizando
Juan José Pastrana tiene 29 años y está postrado en una cama del Centro de Salud. Los médicos ya avisaron que su estado es irreversible. Por el balazo que recibió en la cabeza tiene muerte cerebral. La Policía ya está tras los pasos de “El Patrón”  y de “Súper Niño” los principales acusados del hecho. “Pachi”, como lo conocen en el barrio, tiene antecedentes por robo, pero desde hace meses, según coincidieron en señalar familiares e investigadores, estaba sufriendo serios problemas de adicción. Su estado se habría empeorado luego de que su pareja decidió quitarse la vida en una crisis de abstinencia.
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oficial 
confirman la presencia policial
“El personal está preparado para intervenir en estos conflictos”, informó el comisario Martín Galván, jefe de la Unidad Regional Capital al hablar sobre el conflicto que existe en Villa 9 de Julio.  El funcionario dijo  que personal del Servicio 911, de Guardia Urbana, de la Dirección de Investigaciones y de la Seccional 10° se encuentran realizando tareas de prevención en la zona. “Además, cuando se produce un hecho, se realizan todas las tareas para lograr el esclarecimiento del hecho y la detención de los autores”, concluyó.

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Último caso 
“Pachi” Pastrana sigue agonizando
Juan José Pastrana tiene 29 años y está postrado en una cama del Centro de Salud. Los médicos ya avisaron que su estado es irreversible. Por el balazo que recibió en la cabeza tiene muerte cerebral. La Policía ya está tras los pasos de “El Patrón”  y de “Súper Niño” los principales acusados del hecho. “Pachi”, como lo conocen en el barrio, tiene antecedentes por robo, pero desde hace meses, según coincidieron en señalar familiares e investigadores, estaba sufriendo serios problemas de adicción. Su estado se habría empeorado luego de que su pareja decidió quitarse la vida en una crisis de abstinencia.

Oficial 
Confirman la presencia policial
“El personal está preparado para intervenir en estos conflictos”, informó el comisario Martín Galván, jefe de la Unidad Regional Capital al hablar sobre el conflicto que existe en Villa 9 de Julio.  El funcionario dijo  que personal del Servicio 911, de Guardia Urbana, de la Dirección de Investigaciones y de la Seccional 10° se encuentran realizando tareas de prevención en la zona. “Además, cuando se produce un hecho, se realizan todas las tareas para lograr el esclarecimiento del hecho y la detención de los autores”, concluyó.

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ANALISIS

Algo más que uniformes

Gustavo Rodríguez - LA GACETA

Los problemas de Villa 9 de Julio no se solucionarán sólo con una mayor presencia policial. Allí se necesita recuperar a por lo menos tres generaciones que está matando la droga. Antes de hablar de acabar con los que venden muerte, se debe pensar que es necesario darle una oportunidad a esos chicos que delinquen para comprar “merca” o aquellos que caminan como fantasma por culpa del “paco”.

Y en el campo de las oportunidades, además de un lugar que los rehabilite, también figura educación (no se habla de nuevas escuelas, sino de planes educativos que los contengan), e inserción laboral y no un plan social. Requieren, en otras palabras, una esperanza para poder vivir como cualquier otro tucumano.

Villa 9 de Julio no es la periferia. Está muy cerca de la Casa de Gobierno. Y lo que pasa en ese sector de la capital es muy similar al proceso que se vio hace una década en otros barrios como La Costanera o El Antena. Son símbolos del abandono y de la incapacidad de los políticos para tratar de cambiar el rumbo de la historia más negra de la provincia, esa que habla de exclusión e indiferencia.

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