La comida que salva vidas
EL GESTO DE LA DESESPERANZA. Udai Faisal fue hospitalizado a comienzos de este mes en Sana, Yemen. Padecía desnutrición aguda. Murió a los pocos días. Maad al-Zikry / Associated Press EL GESTO DE LA DESESPERANZA. Udai Faisal fue hospitalizado a comienzos de este mes en Sana, Yemen. Padecía desnutrición aguda. Murió a los pocos días. Maad al-Zikry / Associated Press
21 Marzo 2017

Nicholas Kristof - The New York Times

Empecemos con un cuestionario: ¿Cuál es la crisis más importante en el mundo de hoy?

A.- Los tuits del presidente Donald Trump en los que acusa falsamente al presidente Barack Obama de haber intervenido sus teléfonos.

B.- La guerra del presidente Trump contra los medios informativos.

C.- La inminente hambruna que amenaza a veinte millones de personas en cuatro países.

Como que la respuesta es evidente, ¿no es así?

“Nos estamos enfrentando a la mayor crisis humanitaria desde la creación de la Organización de las Naciones Unidas”, advirtió Stephen O’Brien, subsecretario de asuntos humanitarios de la ONU. “Sin un esfuerzo global, colectivo y coordinado, la gente simplemente va a morir de hambre.”

¿Cómo está respondiendo Trump a esta crisis? Recortando la ayuda humanitaria, incrementando el riesgo de que la gente muera de hambre en cuatro países: Yemen, Sudán del Sur, Somalia y Nigeria. El resultado será la conjugación de los factores necesarios para una crisis: millones de niños cayendo por la hambruna mientras Estados Unidos abdica de su liderazgo y reduce la ayuda.

“Este es el peor momento posible para hacer recortes”, me dijo David Miliband, presidente del Comité de Rescate Internacional. Señaló que el “mayor peligro” es el efecto dominó: que las medidas de Estados Unidos animen a otros países a retirarse también.

El pago del muro

La esencia del presupuesto de Trump presentado hace algunos días es quitarles la ayuda a los necesitados, tanto en Estados Unidos como en el extranjero, y destinar ese ahorro al reforzamiento militar y a la construcción del muro en la frontera con México.

Sí, el muro que Trump había dicho que México pagaría. En cambio, parece que lo va a pagar quitándole la comida a los ancianos de Estados Unidos y dejando que mueran de hambre los niños de Yemen.

Es importante observar que “todas estas crisis fundamentalmente son creadas por el hombre, impulsadas por los conflictos”, como explica Neal Keny-Guyer, director general del Cuerpo Misericordia. Y en eso, Estados Unidos tiene algo de responsabilidad.

La catástrofe de Yemen en particular –el país con el mayor número de personas en riesgo de hambruna– debería de ser un escándalo internacional. Una coalición encabezada por Arabia Saudita y apoyada por Estados Unidos impuso un bloqueo a Yemen que ha dejado a dos terceras partes con necesidad de ayuda. En Yemen se mata, no se muere, de hambre.

El sufrimiento de ahí recibe poca atención, en parte porque los sauditas básicamente impiden que la prensa llegue a las zonas sometidas al bloqueo. Yo he tratado de entrar desde hace meses, pero la coalición saudita controla el aire y la tierra y se niega a permitirme el paso. En efecto, los sauditas han logrado bloquear la cobertura mediática de los crímenes contra la humanidad que están perpetrando en Yemen. Y Estados Unidos apoya a los sauditas. Debería darnos vergüenza.

Igualmente, el gobierno de Sudán del Sur me negó la visa este mes. Al parecer no quiere testigos de su hambruna.

Las amenazas reales

En Estados Unidos, la ayuda humanitaria ha sido una tradición honrada por ambos partidos, y de los presidentes recientes, su paladín ha sido George W. Bush, que inició programas para combatir el sida y la malaria que han salvado millones de vidas. Bush, como otros presidentes, reconoció que las razones de ayudar implican no solo los valores sino también los intereses de Estados Unidos.

Piénsese en las mayores amenazas a las que se ha enfrentado Estados Unidos en los últimos años. Yo diría que pudo haber sido el ébola o alguna otra pandemia. Y el ébola fue derrotado no mediante portaaviones sino con ayuda humanitaria e investigación médica, rubros recortados en el presupuesto de Trump.

La idea que tiene Trump de una amenaza es un submarino chino o quizá un inmigrante no autorizado, y esa es la visión que se manifiesta en su presupuesto. Pero en 2017, algunas de las amenazas más graves a las que nos enfrentamos son enfermedades y narcóticos, que no pueden arrasarse con tanques pero que sí pueden abordarse con diplomacia, ciencia y programas sociales, dentro y fuera de nuestras fronteras.

Es verdad que la ayuda extranjera de Estados Unidos podría repartirse de manera más racional. Es ridículo que uno de los mayores beneficiarios sea un país próspero como Israel. Por cierto, el presupuesto de Trump estipula que, si bien se recortará la ayuda a otros países, la de Israel quedará intacta.

Porcentajes y testimonios

Estados Unidos aporta menos de 0.2% de su ingreso nacional a la ayuda extranjera, que es como la mitad de lo que aportan otros países en promedio.

La ayuda humanitaria es una de las campañas de más éxito del mundo, pues el número de personas que viven en pobreza extrema se ha reducido a la mitad desde 1990, y en ese mismo periodo se le ha salvado la vida a más de 120 millones de niños.

Veamos el caso de Thomas Awiapo, cuyos padres murieron cuando era pequeño en el norte de Ghana. Dos de sus hermanos menores también murieron, al parecer por desnutrición. Después, Thomas escuchó que una escuela ofrecía comida a sus estudiantes. Se trataba de un programa de “escuelas con alimentos” apoyado por Usaid, la agencia estadounidense de ayuda en el extranjero, y por Servicios de Alivio Católicos. Thomas fue a esa escuela y se le ofrecieron comidas diarias a condición de que se inscribiera.

“Seguí yendo a esa pequeña escuela del pueblo solo por la comida”, me dijo. Él llegó a ser un estudiante brillante, fue a la universidad y estudió una maestría en los Estados Unidos. Ahora trabaja para Servicios de Alivio Católicos en Ghana: decidió que quiere dedicar su vida a ayudar al prójimo.

Le pregunté qué pensaba de que el presupuesto de Trump recorta la ayuda al extranjero. “Cuando me enteré que habían recortado esa ayuda me sentí muy triste”, respondió. “Esa comida me salvó la vida.”

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