20 Marzo 2017
BATALLA. Las acciones de mayor vértigo entre Boca y Talleres se dieron en la mitad de la cancha de La Bombonera. DyN
BUENOS AIRES.- Boca juega a lo Boca, como el líder del torneo de Primera marcándole la cancha a un Talleres sobrio que intenta sobrevivir como puede en La Bombonera. Boca desnivela, se hace dueño del partido con el gol de Junior Benítez, el primero del ex Lanús con la camiseta del ahora súper líder de la elite nacional. Se viene la fiesta en casa. Está todo dicho.
Pero por esas cosas de la vida, el destino que a priori parecía haber sido escrito con la mano, se borra con el codo. Boca deja de ser Boca en todas sus líneas y regala los tres puntos. Lo que era triunfo se transformó en derrota: 2 a 1.
Primero falló atrás, justo antes del descanso, en tiempo de descuento, la “T” empató gracias a Victorio Ramis. Buena definición la suya ante la salida del Agustín Rossi.
El entretiempo se va y deja a un “Xeneize” incisivo, peligroso con la pelota, pero endeble atrás. Le cuesta ordenarse tácticamente. Pierde las marcas con facilidad y no puede encontrarse con el gol que vuelva a darle serenidad. Hizo todo para gestarlo, menos apuntarle bien al arco.
La más clara fue de Walter Bou, con un remate rasante que raspó el palo izquierdo del arquero “tallarín”.
Para colmo, Ariel Penel no cobró un claro penal a favor de Boca, entrado ya en clima el segundo tiempo, por mano de un ex de la casa, Juan Cruz Komar. Ni una le salía al líder.
Ni hablar, entonces, cuando Emanuel Reynoso anotó el 2-1 para la visita, a los 82’. Fue el golpe de nocaut, el golpe increíble, inesperado. Porque Boca siempre fue el que propuso, pero el que jamás supo cómo hacer para quedarse con un partido que pudo haberle dado la tranquilidad de alejarse a 6 puntos de sus máximos perseguidores: San Lorenzo y Newell’s. (Especial)
Pero por esas cosas de la vida, el destino que a priori parecía haber sido escrito con la mano, se borra con el codo. Boca deja de ser Boca en todas sus líneas y regala los tres puntos. Lo que era triunfo se transformó en derrota: 2 a 1.
Primero falló atrás, justo antes del descanso, en tiempo de descuento, la “T” empató gracias a Victorio Ramis. Buena definición la suya ante la salida del Agustín Rossi.
El entretiempo se va y deja a un “Xeneize” incisivo, peligroso con la pelota, pero endeble atrás. Le cuesta ordenarse tácticamente. Pierde las marcas con facilidad y no puede encontrarse con el gol que vuelva a darle serenidad. Hizo todo para gestarlo, menos apuntarle bien al arco.
La más clara fue de Walter Bou, con un remate rasante que raspó el palo izquierdo del arquero “tallarín”.
Para colmo, Ariel Penel no cobró un claro penal a favor de Boca, entrado ya en clima el segundo tiempo, por mano de un ex de la casa, Juan Cruz Komar. Ni una le salía al líder.
Ni hablar, entonces, cuando Emanuel Reynoso anotó el 2-1 para la visita, a los 82’. Fue el golpe de nocaut, el golpe increíble, inesperado. Porque Boca siempre fue el que propuso, pero el que jamás supo cómo hacer para quedarse con un partido que pudo haberle dado la tranquilidad de alejarse a 6 puntos de sus máximos perseguidores: San Lorenzo y Newell’s. (Especial)
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