Violín, piano, y obras de cámara en buenas manos

HOY
• A las 21, en el teatro San Martín (avenida Sarmiento 601). ENTRADA LIBRE Y GRATUITA

A los 12 años, Nicolás Chumachenco tocó por primera vez en el teatro San Martín. Había nacido en Polonia en 1944 y su familia se instaló en Tucumán, donde su padre le dio las primeras clases de violín.

Luego vendrían Buenos Aires, EEUU, Europa, Rusia; prestigiosos maestros, concursos, galardones, ser el solista de grandes orquestas sinfónicas, y de Orquesta de Cámara de Zürich; las giras, el Cuarteto de Cámara de Zürich, los discos y la docencia, entre tantas experiencias.

En 2016 visitó tres días Tucumán, sólo para recordar los paisajes de su infancia. Como el de Tafí del Valle, que él cambió por el de la Selva Negra, al sur de Alemania. “Ya hace rato que me jubilé, después de más de 30 años de enseñar música en la Universidad de Friburgo. Allí vivo con mi familia, mi esposa e hijos. Es la capital de la Selva Negra, un destino turístico muy convocante”, cuenta el maestro, que nunca dejará de tocar.

De vuelta

Justamente, el violín lo ha traído a Argentina, para interpretar en Buenos Aires Beethoven, como solista, con la Sinfónica Nacional, en el CCK; y Brahms y Schubert de cámara en la Usina del Arte, con Fernando Pérez en piano. El prestigioso pianista argentino, de larga trayectoria solista en el mundo, también tocará junto a Chumachenco esta noche, en el San Martín, un programa de sonatas.

“Empezaremos con La primavera (Op 24 Nº 5 en Fa mayor), de Ludwig van Beethoven; luego, la primera sonata que compuso Johannes Brahms (Op. 78 en Sol mayor), y por último, la tercera sonata de Edvarg Grieg (Nº 3 en Do menor, Op 45)”, enumera Chumachenco. Y explica: “hay un gran repertorio de sonatas violinístico, que después del pianístico es el más rico. Elegimos estas tres piezas porque son grandes obras del repertorio romántico que llegan muy directamente al público”.

El violinista, que se especializa en repertorio clásico romántico y contemporáneo temprano, ve muy viva la música clásica en Argentina: “siempre hubo gran cantidad de melómanos que mantienen vivo el reino de la música. Tanto como en las otras artes; en la actividad teatral, en las artes plásticas, el cine... Y la música siempre tuvo un lugar muy especial, con el Colón y las orquestas sinfónicas grandes de Buenos Aires. También las sinfónicas del interior, que fueron fundadas hace 60 años”. Chumachenco las conoce porque ha tocado con casi todas.