Cartas de lectores
17 Marzo 2017

No es diezmo, es solidaridad

No se trata aquí del significado que tuviera el diezmo en sus comienzos, de carácter impositivo, una quita de la décima parte a la producción de mercaderías o al trabajo (¿origen de la AFIP?) ni tampoco el diezmo eclesiástico. No. Nuestra dura realidad nos muestra hoy que una tercera parte de la población está por debajo de la línea de pobreza, y más de 1.300.000 personas están en la indigencia. Este diezmo que paso a proponer sería para cumplir con el compromiso moral de los dos tercios restantes de la población: las 32.000. 000 de personas a las que, con un diezmo o menos de nuestros ingresos, ayudaríamos a paliar las carencias vitales de esa población de indigentes. Se trataría de ayudar sólo a una o dos familias, únicamente, pero conociendo realmente sus necesidades básicas, decía, y tratar entonces de ayudarles a resolver algunas de esas necesidades. El listado puede ser largo, pero por eemplo alguna ropa para los niños, útiles escolares, algún calzado, o algo de comidas como leche, pan, arroz, fideos, etc. y a los adultos tal vez y ¡ojo! si ellos lo permiten, ayudarlos a conseguir trabajo. No se trata de dar dinero. No. Podría ser este un error garrafal ( y lo es muchas veces o casi siempre!!) pero, cuando tomamos conocimiento de sus reales necesidades, podemos colaborar para que puedan alcanzar un nivel de vida digno. Se los debe ayudar también con visitas humanitarias, como amigos, en sus casas, conociéndolos, dándoles un apoyo moral, o enseñándoles modales sociales básicos como cortesía, respeto, y desde luego la cultura del trabajo. No todo pasa por la educación formal. Si lo hacemos todos los meses, es posible que, antes que las medidas prometidas y nunca cumplidas por los gobiernos podamos mejorar la imagen de nuestro país. Es imposible pensar que después de las declaraciones de Vidal, la gobernadora de Buenos Aires,(¡¡la provincia mas importante del país!!), está fundida. Y esto dicho por quien tiene la obligación de trabajar para resolver esta situación Tengo conocimiento, por cierto, que en Tucuman hay fundaciones o asociaciones que lo hacen, a su manera, pero esto sería un compromiso verdaderamente personal y muy gratificante desde luego, de cada uno de nosotros. Para empezar me ofrezco para hacerlo desde la calle Chacabuco 587. PB. De tarde.

Federico Vázquez
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Escuela de Educación por el Arte

En una reunión celebrada el 10 de marzo a a las 18.30 sobre la situación de la escuela Educación por el arte de la Provincia, fue triste y elocuente la respuesta de la coordinadora artística de la Provincia. Una vez más dejamos nuestras inquietudes, siempre en disconformidad y de vieja data; casi cuatro años sin espacio adecuado para nuestras clases diarias, ya que funcionamos en forma irregular en el Conservatorio de música.Nos respondieron que ellos no tienen presupuesto para construir dos aulas para trabajar de una manera segura y de acuerdo a las materias que dictamos en la misma. Quiere decir que el ministro de Educación no tiene poder para cumplir con su palabra y permitir que una escuela artística cumpla su rol dentro de la enseñanza pública. Me parece una falta de respeto a la docencia y a la enseñanza gratuita, porque si el Estado no responde ante estas necesidades básicas no se justifica nuestra existencia de casi 60 años insertados en la sociedad y en la estructura de aprendizaje en el arte. Este raro método de los hombres de la democracia deja mucho por desear y quienes llegan a esos altos cargos no justifican su presencia porque no aportaron nada a los espacios donde los niños, adolescentes y adultos logran exponer sus inquietudes en lo artístico. Por ende, los profesores tienden a desaparecer, y la escuela también. Hace falta creer que las instituciones tienen que ser salvadas y dejar de especular, para construir en bien del educador y del alumno: trabajemos para orientar a futuros creadores y no a retrógrados del pasado.

Carlos Rubén Avila
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Inundaciones endémicas

Con relación al Editorial (12/03/17), “Controlar las inundaciones es una auténtica prioridad “, me permito aportar lo siguiente: según los especialistas, las inundaciones que se producen en nuestra provincia, tanto en los ámbitos rurales y urbanos, tienen como causas básicas: la deforestación y la urbanización descontrolada y no planificada.Los impactos que produce la urbanización sobre el ciclo del agua de lluvia, son básicamente: 1) La impermeabilización del suelo 2) La aceleración de los escurrimientos 3) La construcción de barreras y obstáculos que impiden que el fluido fluya libremente 4) El manipuleo y uso inadecuado de las acequias, arroyos, canales y ríos existentes en las áreas urbanas 5) La contaminación con residuos urbanos y la sobrecarga de los medios receptores. Los tres primeros tienen en la Capital una influencia significativa en el aumento y en la frecuencia de las inundaciones. Esto es así porque el desarrollo urbano, las pavimentaciones y la relación cada vez menor entre los espacios verdes con las superficies edificadas produjo un notable incremento en los caudales que escurren sobre el suelo. Toda cuenca hídrica, para ser racionalizada y administrada eficientemente, debe ser analizada como un sistema y por ello es necesario que la Municipalidad de la Capital haga conocer públicamente lo que tiene planificado, para que los expertos y los interesados emitan su opinión. Según las autoridades del municipio, se trata de un proyecto de $ 3.500 millones y por ello amerita se haga un estudio profundo y serio del mismo. Para justificarlo basta recordar las obras hidráulicas y de infraestructuras costosas e inútiles que se realizaron usando los fondos públicos. El receptor natural principal que tiene Tucumán es el Rio Salí y por ello se debe evaluar el impacto que tendrá este proyecto sobre su cauce y los componentes bióticos y abióticos que lo conforman. Es necesario que el agua que reciba no agrave los niveles de contaminación y de degradación que actualmente tiene. Lo grave es que el Estado tucumano (tanto provincial como municipales) no cuentan con políticas hídricas, ni con planes, ni programas para administrar esta cuenca compleja. Las consecuencias de esta falencia son las inundaciones endémicas, que tantos daños hacen.

Juan Francisco Segura
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Niñez y pobreza

El viernes pasado me dirigía a una casa de comercio cuando me encontré con tres chiquitos parados en una esquina. Uno de ellos, que era el mayor, me dijo que tenía 10 años. Me saludó y me preguntó si podía darle $2 para comprar pan. Le dije que con eso no podía comprar ni una tortilla. Le di mi poca plata (la que tenía, como todo jubilado), y con esa carita propia de todo inocente me dijo: “gracias Señor”. Le pregunté en qué trabajaba el padre. “Hace changuitas, señor”, me respondió. “Pero ahora está enfermo”, añadió. En ese momento me invadió una mezcla de tristeza y odio. Odio por los gobernantes que se aprovecharon de tal modo de las riquezas de nuestro querido país, desplifarrando lo que aporta el pueblo, y que debería haber ido para las obras que tanto se necesitan. Dinero que destinan a engrosar sus abultadas billeteras, sin importarles el ejército de pobres y mendigos que dejan cuando se alejan del poder.

Juan Carlos Monasterio
Pasaje Luis Beltrán 1452
San Miguel de Tucumán


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