En su segunda experiencia, Lavallén llega a lo más alto

En su segunda experiencia, Lavallén llega a lo más alto

CONVENCIDO. Lavallén dejó una buena impresión en los jugadores y el resultado es positivo: su récord oficial de partidos es el siguiente: tres triunfos, dos empates y una sola derrota.  la gaceta / foto de Héctor Peralta CONVENCIDO. Lavallén dejó una buena impresión en los jugadores y el resultado es positivo: su récord oficial de partidos es el siguiente: tres triunfos, dos empates y una sola derrota. la gaceta / foto de Héctor Peralta
27 Febrero 2017
En menos de 48 horas febrero será historia y quizás haya terminado para Atlético, el mejor cuatrimestre de sus casi 115 años de historia. Desde que la AFA confirmó su participación internacional hasta la gloriosa noche del jueves ante Junior. Curiosamente, de tres de ellos participó Pablo Lavallén, el entrenador que sucedió a Juan Manuel Azconzábal en los primeros días de diciembre. El ex jugador de River tomó el mando del equipo y ahora podrá dirigirlo en la fase de grupos de la Copa.

Cuando arribó a Tucumán, Atlético debía superar dos llaves ante duros equipos para acceder a esa instancia pero Lavallén fue claro desde un comienzo. “Jugar una posible Libertadores no se da todos los días, así que en ese aspecto era muy seductor”, confesó no bien se calzó el buzo “decano”.

El 3 de diciembre miró por televisión el partido que Atlético le ganó en Mendoza a Godoy Cruz ya sabiendo que iba a asumir. En el banco, estaría un protagonista casualmente importante en sus primeros pasos con el “Decano”: Luciano Precone. El entrenador de la Reserva se hizo cargo del equipo ante la sorpresiva -y nunca aclarada- salida del “Vasco”.

Ocho días más tarde, Lavallén dirigió su primer partido pero desde uno de los palcos del José Fierro. La rescisión de su contrato con San Martín (San Juan), su ex equipo, no había sido enviada a AFA y no pudo sentarse en el banco. En su lugar, siguiendo sus indicaciones, volvió a estar Precone aunque en la semana, había trabajado el nuevo cuerpo técnico.

Entre el último equipo que paró Azconzábal; los dos que tuvo que formar Precone y el primero de Lavallén, no hubo muchas diferencias. La más sustancial fue el regreso al arco de Cristian Lucchetti por decisión del ex DT de la Reserva, que había salido sin motivos a la vista.

Aún con poca experiencia, Lavallén intuyó que, por lo menos al principio, no podía tocar demasiado. “Para mi fue el partido mas importante de mi carrera (en referencia al del último jueves). No llego a los 40 partidos dirigidos y voy a dirigir una Libertadores”, dijo el entrenador. Es cierto, no llega aún a los 40 juegos pero pudo imprimirle al equipo parte de su idea. La futbolística y la de su vida personal también.

Para eso fue fundamental la pretemporada en Salta. Allí comenzó a dejar el mensaje bien claro a sus dirigidos aún sin recibir esos refuerzos que pidió. Quizás el logro más importante dentro de la cancha para el DT fue la explosión de David Barbona.

El volante fue incluido entre los 11 por Precone, Lavallén lo mantuvo y en su debut ante Quilmes (fue 3-0) le pagó con un gol. Luego vendrían dos más: uno ante Racing en el amistoso veraniego y otro muy importante ante El Nacional, en la ida. En la vuelta, fue la figura y en el 3-1 ante los colombianos volvió a mostrar su fútbol.

“Dios es justo”, supo decir cuando la epopeya en Quito fue consumada, mostrando su faceta religiosa que, como se ve, no la oculta ante sus jugadores. “Dios es mi pastor, nada me faltará”, escribió en su cuenta de Twitter, luego de agradecer a jugadores, hinchas y dirigentes por la alegría del jueves. Nada parece faltarle a la segunda experiencia como DT de Lavallén y a estos últimos cuatro meses en la vida de Atlético.

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