“En la época de los ascensos la boutique facturaba alrededor de $100.000 por mes”

“La relación con mi ex (Rubén Ale) comenzó en un boliche donde fui a festejar mi cumpleaños de 18. Él tenía 40. Me invitó una cerveza y comenzamos a charlar. En el año ‘99 ya vivíamos en casa de mis padres”. Así comenzó la relación entre Valeria Florencia Bestán y Rubén Ale, quienes estuvieron en pareja durante casi 15 años, hasta el 2012, cuando decidieron separarse.

Ale estuvo en pareja junto a Bestán después de separarse de María Jesús Rivero y fue su última pareja antes de María Florencia Cuño. Las tres mujeres están imputadas en la causa por lavado de activos.

“Lo conocí en el ‘98 porque mi familia siempre hizo transporte de carga para los puesteros del Mercofrut y él (Ale) fue un par de veces a mi casa”, explicó Bestán al Tribunal apenas comenzó a declarar en la mañana de ayer. Fue una extensa indagatoria que se extendió por varias horas.

“No entiendo porqué estoy aquí. Jamás cometí ningún ilícito. Nunca fui testaferro ni presta firmas de Rubén, yo era su pareja y por eso puso bienes a mi nombre, por confianza”, afirmó.

Bestán es investigada por su actividad al frente de “La Boutique del Santo”, un local de venta de ropa deportiva ubicado dentro del estadio de La Ciudadela. Cuando le consultaron sobre los movimientos contables del negocio y cómo administraba el dinero que ingresaba, estimó que: “en la época de los ascensos se facturaban unos $100.000 por mes en la Boutique”, pero aclaró que: “le daba el dinero a él (Ale). Me decía que necesitaba la plata para las divisiones inferiores o para hacer un lavadero dentro del estadio y yo le daba, no firmaba ningún recibo”.

Enfermedad y elecciones

La mujer aseguró desde que comenzó su relación sentimental siempre se dedicó a las tareas del hogar, hasta el año 2015, cuando le detectaron parkinson a Ale. “Fue un cambio rotundo en nuestra vida porque su salud decayó”. Bestán contó que un año después (2016) Ale le manifestó que quería postularse a la presidencia del Club Atlético San Martín. “Su hijo le pidió que se presentara a las elecciones para ayudar al club”, recordó.

La imputada recordó que su actividad como comerciante dentro del estadio de La Ciudadela comenzó en el año 2007, después que su entonces pareja ganara las elecciones.

“Ese año me dijo que reabriéramos el local y firmamos el primer contrato con la Gerenciadora del Norte. Lo firmó (Roberto) Dilascio”

Según su versión, las tareas contables estaban a cargo de un contador del club. “El contador Guillermo Bolañez me asesoraba, llevaba la contabilidad y hacía los balances de la boutique”, aseguró. Bestán aclaró que en 2007 abandonó la explotación de ese local y se instaló en una galería del microcentro con el remanente de mercadería que les habías quedado.

Luego, Bestán fue indagada respecto a seis vehículos adquiridos a su nombre entre 2006 y 2010 que pertenecían a la flota de la remisería propiedad de su ex. También en este caso la imputada aseguró que era Ale quien manejaba los negocios y ella desconocía hasta de qué tipo de vehículos se trataba.

“Cuando conocí a mi ex me dijo que era dueño de la remisería ‘5 Estrellas’ y cuando nos separamos yo le cedí los autos, pero nunca recibí ningún dinero a cambio”, se defendió.

“Llegué a tener tres camiones y cinco autos”

En la investigación, Fabián González figura como un remisero de “Cinco Estrellas” que luego terminó convirtiéndose en una pieza clave en la supuesta asociación ilícita. Ayer declaró como imputado y negó tener una flota millonaria de vehículos: “llegué a tener tres camiones y cinco autos”, precisó. “Mi empresa se llama ‘Transportes Leonel SRL’. Leonel es el nombre de mi hijo y no lo voy a utilizar para hacer algo indebido”, aseguró. El hombre explicó que trabajó desde joven en el rubro del transporte. Dijo que fue remisero desde la década del 90 y que en 1995 se sumó a la empresa “5 Estrellas”, donde llegó a tener cuatro o cinco vehículos trabajando. Agregó que en 2006 asumió como vocal en el Club San Martín y que más adelante ocupó el cargo de tesorero. “Terminé con todos los balances aprobados”, afirmó. Respecto a su relación con Rubén “La Chancha” Ale, aseguró que lo conoció en la cancha, que no tenían una relación de amistad y que nunca fue su empleado. Sin embargo, después reconoció que “La Chancha” fue testigo de su casamiento y que él asistió al cumpleaños de 15 de la hija de Ale.

Una abogada denunció que es hostigada por Facebook

“Estoy siendo hostigada con publicaciones en Facebook que lesionan mi honor como profesional, además de ser madre de tres hijos”, le informó al tribunal Clara Suárez Amado, quien acaba de asumir la defensa de Víctor Alberto Suárez. “Parece que quieren que tenga miedo o vergüenza social, pero les aviso que voy a continuar con mi trabajo porque lo ejerzo con orgullo”, advirtió la letrada mientras sostenía con nerviosismo su teléfono celular. Luego solicitó que se pida la intervención de la división Delitos Telemáticos de la Policía para que identifique a la persona que realizaba esas publicaciones. “No se observa que se haya cometido el delito en la audiencia”, le respondió la presidenta del tribunal, Alicia Noli. Ante el insistente reclamo, la jueza ordenó que un gendarme custodie a la letrada durante la audiencia.

“Ale me mandaba remiseros para que les venda autos”

De acuerdo con la investigación judicial, Ernesto Santos Catulo era el responsable de intimidar a los deudores de la asociación ilícita y amenazar a personas que realizaran ciertos negocios. Pero todo eso fue negado anoche por el imputado, al momento de prestar declaración. “Desde siempre me dedico a la compra-venta de vehículos”, afirmó. Inmediatamente después, arremetió contra el testigo Miguel Ángel Paz, a quien tildó de delincuente. “No puede ser que esté detenido por dichos, falencias y mentiras de Paz, que es un delincuente que me perjudicó a mí y a mi familia”, dijo el imputado. “Paz dijo que yo era testaferro de Rubén Ale y eso es mentira”, agregó. Cuando el abogado de la UIF le exhibió documentación de “La Chancha” que había sido secuestrada en la agencia de Catulo, este último explicó: “en una oportunidad le iba a vender un vehículo a Rubén Ale y él lo quería probar, entonces se fue a Catamarca. La documentación quedó en el auto”. Por último, se mostró agradecido con Ale porque “me mandaba remiseros para que les venda autos”.

“Declaración positiva”.- Cergio Morfil, abogado de Ángel Ale, se mostró optimista tras la indagatoria de la imputada Bestan. “La declaración fue positiva respecto a nosotros porque dijo que no tenía ninguna relación con mi cliente (Ángel Ale). Durante la Gerenciadora del NOA, mi cliente estaba en la vereda opuesta. No había una comunidad de intereses. Falta el sustento del juicio, la declaración de mi cliente, quien quiere declarar desde el primer día”, expresó el letrado. 

“Cortina de humo”.- “Esto es una fantasía, una cortina de humo creada por la presión política de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Fue una persecución extremada. Me llevaron a pleitear a Chaco cuando solamente conozco esa provincia cuando fui a verlo a San Martín o a pescar. Nunca en la historia de la AFIP pasó una aberración semejante como la mía”, opinó Ángel Ale.

“Lavó activos”.- Martín Olari Ugrotte, representante de la querella de la Unidad de Información Financiera (UIF), explicó: “(Bestan) no logró explicar la acusación que formulamos. Es una persona que lavó activos de diferentes formas para la organización. Está quedando confirmada nuestra acusación. Lo que señalamos no pudo ser desmentido. Hoy quedó evidenciado que la participación de Rubén Ale en la boutique era directa.

Presente en la sala.- Rubén Ale participó de la audiencia. A las 9.50 fue ingresado en silla de ruedas. Ayudado por su hermano Ángel, se ubicó en un asiento preparado especialmente para él. Siguió el debate con atención y mayormente en silencio. Sólo de a ratos dialogó con su hermano.