20 años de clonación: de Dolly a los nuevos experimentos chinos

20 años de clonación: de Dolly a los nuevos experimentos chinos

La tecnología avanzó y el gran debate se mantiene con la misma pregunta: ¿habrá clones humanos?

SÓLO VIVIÓ SEIS AÑOS. A Dolly no se le permitía pastar. Se enfermó rápido.   SÓLO VIVIÓ SEIS AÑOS. A Dolly no se le permitía pastar. Se enfermó rápido.
23 Febrero 2017

Silvia Kusidlo - DPA

Hace 20 años se supo por primera vez de la existencia de una oveja muy peculiar, que ahora se expone disecada en una vitrina del Royal Museum de Edimburgo. Dolly, llamada así por la cantante de country Dolly Parton, fue el primer clon de un mamífero adulto. El pequeño cordero provocó miedo y desató en todo el mundo una polémica sobre la ética científica. ¿Habría en el futuro también clones humanos?

Dolly era una copia de un mamífero y no tenía un padre biológico. Fue creada mediante transferencia nuclear de células somáticas (SCNT). Para ello los investigadores del equipo de Ian Wilmut y Keith Campbell, del Instituto Roslin, cerca de Edimburgo, eliminaron el núcleo de un óvulo, en el que se encuentra la información genética, y en su lugar colocaron el núcleo de una célula somática.

El óvulo modificado fue introducido en una solución nutritiva para estimular su división y después fue implantado en una madre portadora.

Y después...

A Dolly le siguió un auténtico zoo de clones, como caballos y terneros. “En Estados Unidos, por ejemplo, se vende el esperma de toros clonados”, dice Christoph Then, del Instituto Testbiotech de Múnich, que estudia las consecuencias de la ingeniería genética y la biotecnología. “Allí también hay empresas que ofrecen de forma limitada caballos de carreras clonados”, añade.

En Corea del Sur la gente puede encargar clonar a sus perros muertos y también se clona a perros detectores de narcóticos que son especialmente buenos. Asimismo, China anunció el nacimiento de una vaca clonada a la que se le había introducido un gen para mejorar la calidad de su carne.

Dolly nació el 5 de julio de 1996 en Escocia, pero los investigadores no sacaron a la luz su éxito científico hasta el 23 de febrero de 1997. La oveja vivió en un bloque de hormigón fuertemente vigilado -para protegerla de los opositores de la clonación y de las inclemencias del tiempo- y era alimentada con pastillas de concentrado de alimentos, pues no se le permitía pastar.

Sin embargo, el animal desarrolló problemas en las articulaciones y una enfermedad pulmonar. Finalmente, tuvo que ser sacrificado con seis años de edad, cuando normalmente las ovejas viven casi el doble.

Pero este no tiene que ser necesariamente el destino de todos los clones. El equipo de investigadores en torno a Kevin Sinclair, de la Universidad de Nottingham, hizo un análisis médico de 13 clones de oveja de entre siete y nueve años. Cuatro de ellos procedían de la misma línea celular que Dolly, es decir que poseían su mismo material genético. Pero ninguno presentaba signos de envejecimiento prematuro.

Los animales clonados pueden tener una vida larga y saludable, concluyó el equipo en la revista Nature Communications. Sin embargo, hay muchos críticos de la clonación de animales, en parte porque varios intentos fracasan y los embriones perecen.

Lo que todos temen

“Estoy en contra de ello por razones de protección de los animales, pues así se reduce la diversidad”, dice Then, de Testbiotech. El doctor en veterinaria considera de vital importancia la transparencia y la libertad de elección con miras a la venta de carne clonada. “En el Reino Unido ya se comercia con animales clonados”, apunta.

Muchos críticos se horrorizan ademán al imaginar un clon humano. En lo personal, Wilmut rechaza totalmente la idea. “¿Cómo voy a conseguir convivir con alguien que es exactamente igual que yo? -se preguntó en una entrevista-. Creo que a la mayoría de nosotros nos resultaría bastante complicado vivir con uno mismo”.

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