22 Febrero 2017
EN CONCIERTO. El grupo ha logrado resignificar el folclore tradicional. telam
Músicas, tradiciones y experiencias aparecen interpeladas por el trío Aca Seca, que se presentó en la Usina del Arte (Buenos Aires), a modo de prólogo de la grabación de su nuevo álbum.
El conjunto mostró un modo de asumir aquello que, aunque siempre en movimiento, se puede sintetizar como música argentina o -a riego de contradecir los parámetros de la industria-, incluso folclore. Aca Seca, en definitiva, resignifica las formas del folclore argentino, según analiza la agencia Telam.
Desde hace 15 años, el trío movilizó el ambiente musical con sus discos “Aca Seca” (2003), “Avenido” (2006), “Ventanas” (2009) y “Hermano” (2014), este último con el quinteto liderado por Diego Schissi que, ya en territorio del tango, ensayó un movimiento equivalente al del trío.
Innovación y tradición
El trabajo del tucumano Juan Quintero (guitarra y voz), Mariano Cantero (percusión y voz) y Andrés Beeuwsaert (piano y voz) no va sin brújula en busca del hecho artístico, que no aparece en forma espontánea, aclaran los músicos.
Exhumar las tradiciones más antiguas de la música no les impide, por caso, mostrarse a la vez como estandartes de cierta innovación compositiva, especialmente a partir de la caligrafía de Quintero, o de explorar relaciones de intercambio con otros que, en la misma escena, realizan una apuesta similar.
Del primer enunciado es ejemplo, entre más, la chacarera “Maricón”, que formó parte del programa del último concierto, y que insinúa las posibilidades abiertas de esa especie musical tantas veces condenada a la repetición.
Con otros autores
De las formas de potenciarse con otros compositores del mismo original pulso, hubo en la Usina del Arte huellas del trabajo de Edgardo Cardozo (”Ir yendo”), o la intervención del dúo Será Arrebol, apoyado en la composición de Nacho Vidal y la voz de Nadia Larcher. Y luego, claro, un entramado de relaciones con autores reconocidos como Hugo Fattoruso (”Hurry”, “Carcará”), Jorge Fandermole (”Carcará” o “Huayno del diablo”) o Pepe Núñez y Juan Falú (”Agarrao”), cuya mera elección resulta una ejercicio afirmativo sobre el modo de aproximarse a la música del continente.
El conjunto mostró un modo de asumir aquello que, aunque siempre en movimiento, se puede sintetizar como música argentina o -a riego de contradecir los parámetros de la industria-, incluso folclore. Aca Seca, en definitiva, resignifica las formas del folclore argentino, según analiza la agencia Telam.
Desde hace 15 años, el trío movilizó el ambiente musical con sus discos “Aca Seca” (2003), “Avenido” (2006), “Ventanas” (2009) y “Hermano” (2014), este último con el quinteto liderado por Diego Schissi que, ya en territorio del tango, ensayó un movimiento equivalente al del trío.
Innovación y tradición
El trabajo del tucumano Juan Quintero (guitarra y voz), Mariano Cantero (percusión y voz) y Andrés Beeuwsaert (piano y voz) no va sin brújula en busca del hecho artístico, que no aparece en forma espontánea, aclaran los músicos.
Exhumar las tradiciones más antiguas de la música no les impide, por caso, mostrarse a la vez como estandartes de cierta innovación compositiva, especialmente a partir de la caligrafía de Quintero, o de explorar relaciones de intercambio con otros que, en la misma escena, realizan una apuesta similar.
Del primer enunciado es ejemplo, entre más, la chacarera “Maricón”, que formó parte del programa del último concierto, y que insinúa las posibilidades abiertas de esa especie musical tantas veces condenada a la repetición.
Con otros autores
De las formas de potenciarse con otros compositores del mismo original pulso, hubo en la Usina del Arte huellas del trabajo de Edgardo Cardozo (”Ir yendo”), o la intervención del dúo Será Arrebol, apoyado en la composición de Nacho Vidal y la voz de Nadia Larcher. Y luego, claro, un entramado de relaciones con autores reconocidos como Hugo Fattoruso (”Hurry”, “Carcará”), Jorge Fandermole (”Carcará” o “Huayno del diablo”) o Pepe Núñez y Juan Falú (”Agarrao”), cuya mera elección resulta una ejercicio afirmativo sobre el modo de aproximarse a la música del continente.
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