Sobrepreso y sedentarismo: los problemas que afectan al 80 % de los adolescentes

VAGOS. No hacer nada te puede traer consecuencias en un futuro. FOTO TOMADA DE CORRERYFITNESS.COM "VAGOS". No hacer nada te puede traer consecuencias en un futuro. FOTO TOMADA DE CORRERYFITNESS.COM

Según un relevamiento de la OMS, la falta de actividad física de esa generación, es gravemente notoria.

17 Febrero 2017

En un informe, la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó que, a nivel mundial, el 80 % de los menores en edad escolar no realiza actividad física. Estos números preocupan, ya que, el sedentarismo es la causa principal de enfermedades cardíacas, cerebrales, endocrinológicas, óseas y anímicas. Profesionales de la salud aseguran que, a pesar que en Tucumán el deporte volvió a reactivarse, queda mucho por hacer.

Sin discriminar edades, las personas que no realizan ningún tipo de actividad física son más propensas a sufrir paros cardíacos, diabetes, hipertensión, osteoporosis, depresión y sobrepeso, entre otros. Teniendo en cuenta que el relevamiento de la OMS habla puntualmente de la situación de los adolescentes y que los años que comprende esta etapa son muy importantes para el desarrollo del niño, esas afecciones serán consecuencias de una vida sin hacer nada.

Especialistas tucumanos afirmaron que Tucumán afortunadamente es una provincia en la que se realiza mucho deporte pero que, a pesar de eso, ellos reciben varias consultas de niños con obesidad. “En nuestra provincia la situación mejoró muchísimo en estos últimos años. La gente tomó conciencia de lo importante que es el deporte y ahora sale a caminar o correr, prácticamente, todos los días”, expresó el deportólogo Germán Torrens.

El profesional opina que las tecnologías juegan un papel ambiguo en la salud: “los avances científicos nos permiten hacer muchas cosas que antes no podíamos pero en el caso de los chicos, hay que saber manejar la tecnología para que no se convierta en algo primordial en sus vidas”. Con él, coincidió el nutricionista Eduardo Bossi, quien dijo que -a ese problema- otros factores se suman e impiden que los niños salgan de sus casas. “Además del celular o la Play, la inseguridad en algunas zonas o ahora en verano por ejemplo, el calor, no los motivan (adolescentes) a hacer horas de actividad física”, aseguró.

Dar el ejemplo, los hábitos se adquieren desde pequeños

Según Bossi, muchos estudios demuestran que el niño adquiere las costumbres desde que está en la panza de su mamá, por lo tanto, la dieta de la progenitora y la lactancia son muy influyentes: “la leche materna es muy sana y tiene distintos sabores dependiendo de la hora del día. Eso permite que el niño desarrolle un paladar más abierto”.

“Por otra parte, el pequeño a medida que va creciendo necesita tomar a alguien de ejemplo y ahí influyen mucho las figuras de los padres y los maestros. Por eso es esencial que, por ejemplo, si la madre quiere que su hijo coma verduras, los coma ella también”, explicó Torrens.

Ambos doctores remarcan el papel que cumple o debería cumplir la escuela/ colegio, durante el desarrollo del adolescente. “Tendrían que aumentar las horas de ejercicios en las instituciones escolares para motivar a los chicos y reactivar el uso de los complejos deportivos”, agregó Bossi.

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Patrones comunes en niños de la provincia

Los hábitos de los menores que van a hacer consultas sobre nutrición, suelen casi siempre los mismos:

- Falta de actividad física
- No desayunan saludablemente o directamente no lo hacen
- Tienen un exagerado consumo de gaseosas y productos panificados (grasa, hidratos de carbono, mucha sal).
- No consumen la cantidad adecuada de frutas y verduras, osea de tres a cinco por día.
- No ingieren los dos litros necesarios de agua, diarios.
- Comen pesado a la tarde/noche (habito que fija las grasas consumidas), ya que no hacen las colaciones correspondientes.

Sedentarismo y obesidad, el mejor matrimonio. Recomendaciones para evitarlo o tratarlo.

1. Desayunar bien: un producto lácteo descremado (yogurt, queso, leche), más dos o tres tostadas (pan integral o de salvado) con queso mermelada light y una fruta (a elección).

2. Hacer una hora de ejercicio todos los días: caminar, correr, algún deporte, natación, futbol. “A partir de los 30 minutos de ejercicio el cuerpo comienza a quemar las grasas”, indicó Torrens.

3. Dialogar con el niño. Buscá el momento para que él te consulte sus inquietudes, cuando él se sienta cómodo y preparado.

4. Si no está acostumbrado a comer sano, modificale gradualmente su dieta. De a poco incorporá en sus comidas algunas verduras, frutas, eliminá las frituras, etc.

5. Asegúrate que acompañe la actividad física con el “entrenamiento invisible”. Esto quiere decir que te fijes que descanse bien, que haga las cuatro o seis comidas diarias y que duerma, por lo menos, ocho horas.

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