Unidos, pero separados y viceversa
La elocuente imagen de José Alperovich abrazando a Juan Manzur y a Osvaldo Jaldo, luego de una cena que compartieron la noche del lunes, habla de que el oficialismo tucumano parece encaminado a seguir el mandato histórico del peronismo: irá unido a los comicios de octubre, pese a que continuarán los roces y la puja de poder entre los tres hombres que posaron y se abrazaron sonrientes en el jardín de la casa del ex gobernador.

El tridente ofensivo habría acordado esa noche no dejar rendijas para que la tropa se disperse y termine saltando el cerco. Se habrían lanzado varios nombres para poblar la lista de candidatos a diputados, pero no el orden que ocuparían en la lista. El contenido del encuentro fue privado aunque no el hecho en sí: Alperovich se encargó de que la foto se propagara por las redes sociales. Estuvieron los tres solos, algo poco habitual en los encuentros políticos que organiza el senador, como para que quede en claro que no debía trascender lo que allí acordaron.

Mientras el oficialismo mitiga las internas, en la vereda de enfrente arden Troya y Roma juntas, con amenaza de convertir en cenizas el Acuerdo para el Bicentenario. Las operetas políticas proliferan más que las moscas en el aeropuerto Benjamín Matienzo. La tensión entre los principales socios de la coalición y de los outsiders crece de la mano de la falta de definición en torno a quién encabezará la lista de diputados. Con José Cano casi descartado, Germán Alfaro imposibilitado por su cargo y Domingo Amaya orbitando en la interna de Cambiemos, la ausencia de liderazgo envalentona a algunos y preocupa a otros. ¿El resultado? Se abrió la temporada de chismes y chirlos políticos.

La pata peronista del ApB inventa y aventa fantasmas casi con igual potencia. El enojo de sucesor y antecesor en la intendencia de la capital es porque, de no ir Cano a la cabeza, tal vez deberán trabajar por algún “pibe” de -según su entender- menor valía. ¿Eso aventan o inventan? No está claro, pero lanzaron a rodar la versión de que un joven legislador podría ser cabeza de lista. Caritas de enojo brotaron por el Whatsapp entre justicialistas y entre radicales. Unos acusan a los otros y viceversa. “Todo es una opereta”, repiten. Pero, cuando el río suena...Hasta aquí sólo piedras trae, pero para el propio ApB, que se autoflagela en las internas, como si las eternas rencillas de los “boinas blancas” hubiesen infectado al resto de los partidos que forman parte de la alianza electoral. Se daba por descontado que el oficialismo de la UCR iba a enfrentar comicios internos con por lo menos una lista, la del siempre batallador Ariel García. Pero con lo que Cano quizás no contaba era con la chance de que sus otros socios también pidan librar esa competencia si el postulante que él unja no es de su agrado. Silvia Elías de Pérez, que levantó perfil por sus buenas relaciones con el entorno del Presidente, también talla en el fuego cruzado. ¿Y si el influyente Marcos Peña levanta el teléfono y sosiega los reclamos de blancos, rojos y negros? Seguramente acatarían el pedido de “la voz de Macri”, so pena de resignar fondos y obras nacionales si avanza el pataleo.

Todo es especulación, que lanzan unos y otros a la espera de definiciones.

Hasta el Libres del Sur de Federico Masso enarbola especulaciones, como que podrían aliarse al Frente Renovador de Sergio Massa en Tucumán si la coalición opositora no le otorga algún espacio interesante a un candidato suyo.

Por el momento, Cano parece jugar la misma partida que en 2015, en la previa de los comicios provinciales. Apuesta al misterio y estira hasta último momento los plazos y los nervios de los ansiosos. Los más precoces afirman que ya tiene el nombre del elegido en su cabeza. ¿Hará lo mismo que en aquella ocasión y terminará modelando él las candidaturas a su antojo? ¿O ese tirar de la cuerda culminará destruyendo el conglomerado de personajes y partidos con el que soñó (y sueña) llegar a la Gobernación?

Son sólo preguntas, como las que desvelan a otros de sus supuestos aliados que ambicionan lo mismo o algo parecido. En política nada es casual. Tampoco eterno y menos cuando la conjunción de liderazgos y ambiciones múltiples llega a su punto de ebullición.

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