Infierno en Villa Muñecas: cómo es vivir en el límite norte de la ciudad, donde mandan los dealers y los ladrones

Infierno en Villa Muñecas: cómo es vivir en el límite norte de la ciudad, donde mandan los dealers y los ladrones

La Policía considera que las inmediaciones de la avenida Francisco de Aguirre es uno de los lugares más peligrosos de toda la zona metropolitana. Video.

CALLES DESOLADAS. En el corazón de Villa Muñecas, la gente no se anima a caminar. LA GACETA / FOTO DE MATÍAS QUINTANA CALLES DESOLADAS. En el corazón de Villa Muñecas, la gente no se anima a caminar. LA GACETA / FOTO DE MATÍAS QUINTANA
16 Febrero 2017

Son las 10 de la mañana de un miércoles agobiante. Un grupo de jóvenes, refugiados bajo la sombra de un árbol, conversa mientras de fondo se escucha música de cuarteto que sale de un enorme parlante puesto en la vereda de una vivienda. Durante la charla, uno de ellos se lleva un "porro" a la boca; lo hace a plena luz del día. La escena transcurre en Villa Muñecas, zona donde el pánico que causa la inseguridad se ha convertido en un peligroso virus contagioso que se expande rápidamente. Es que en ese lugar, la combinación de drogas y de asaltos se transformó en un problema crónico para los vecinos.

"Aquí la tranquilidad no existe, en ningún sentido", dice Javier Narváez, dueño de un almacén. Y agrega: "ya no se puede vivir así. Este barrio se volvió muy inseguro y peligroso. No hay un solo comerciante que no haya sido víctima de algún robo en su negocio".

Mientras conversa con LA GACETA, el hombre mira de reojo, desconfiando de todo lo que pase por su vereda. Sucede que cuando algo le parece extraño, pone el candado en la reja. "Así debemos trabajar", se lamenta.

¿Sensación de inseguridad? "No. Aquí los pibes, que no deben tener más de 14 años, salen a robar, totalmente drogados. Paran los autos (la zona es transitable), les rompen los vidrios y le sacan las cosas del interior. Es un peligro. También hay muchos motochorros; es lo cotidiano", afirma, mientras frota sus manos, un poco sudorosas, producto de los nervios.

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No sólo Javier piensa así. Varios vecinos consultados por este diario aseguran que a lo que más temen es a los grupos de jóvenes que se juntan en las esquinas a drogarse. "Ellos son los que marcan las casas; saben todos nuestros movimientos y es un peligro. Villa Muñecas es una zona prácticamente liberada, sin protección de la Policía. Sólo se ve a los agentes cuando pasa algo grave. Tienen miedo de pasar por aquí", aseguran.



Raúl Romagnoli tiene una carnicería en el corazón de Villa Muñecas, en la diagonal de Alejandro Heredia y Viamonte. Se sorprende al ver a LA GACETA, pero no le tiembla la voz a la hora de hablar sobre lo que pasa en ese lugar. "Aquí se ve de todo: droga, inseguridad, accidentes de motos, que generalmente son robadas... Es terrible lo que pasa, porque es todo el tiempo; de día y de noche. Estamos abandonados porque esta parte es una zona olvidada", se lamenta.

El trabajador, que desde hace más de 35 años que vive allí, asegura que con el trascurso del tiempo circular por Villa Muñecas es prácticamente imposible. "Ha cambiado muchísimo. Principalmente durante la noche, donde uno ve de todo: de gente que camina con cosas robadas, hasta mujeres que se prostituyen. Y, mayormente, pibes, de ocho a diez años, drogándose", aclara.

Por último, afirma que los "dealers" de la zona venden droga impunemente. "Cuando hay algún allanamiento, ellos (los vendedores de droga) ya están avisados desde días atrás por algún policía. Están todos prendidos, por eso no hay que confiar en nadie aquí", cierra el carnicero y se despide.

Unas cuadras más adelante se encuentra el negocio de Juan (no quiso dar su apellido por seguridad), quien antes de abrir la reja que separa su local del mundo mira varias veces a un lado y otro de la calle. Muchas cosas en su vida -asegura-  se han modificado en los últimos años desde comenzaron a multiplicarse los robos.

Al hombre se lo nota cansado, con ganas de hacer algo para cambiar la situación de la venta de drogas en Villa Muñecas. "Se vende a mansalva y la Policía no hace nada. Los invito a que vengan de noche para ver la cantidad de auto que vienen a comprar todo tipo de cosas acá. Necesitamos una solución urgente", reclama el hombre, un poco exaltado, mientras su mujer lo calma.

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A ese barrio, según la Policía, fue destinada una gran cantidad de efectivos para prevenir la inseguridad. No obstante, afirmaron que Villa Muñecas no dejó de ser considerado un sector caliente y que pueden resurgir más delitos.

La otra cara



Detrás de un gigantesco basural que adorna una calle de tierra, desbordada de líquidos cloacales, está la precaria casa de una madre de tres pequeños, quien pide reservar su identidad. "La inseguridad no es el mayor problema. Aquí a nosotros no nos van a robar nada, si no tenemos nada que nos roben. Aparte, las cosas de los otros en las villas se respetan. Nuestro drama es la falta de trabajo y la suciedad en la que vivimos", reclama.

Allí, en Villa Muñecas, no sólo reina la droga y la inseguridad. Desde hace tiempo que los vecinos vienen denunciando que en ese barrio hay un gran vaciadero clandestino. Si uno recorre -por ejemplo- la avenida Kirchner y la Francisco de Aguirre se encuentra con grandes montañas de basura.

"Estamos cansados de tanta basura, hay muchas moscas, ratas y alacranes. No se puede vivir más así”, aseguran. Y agregan: "escuchamos al intendente (Germán Alfaro) hablar todo el tiempo de su programa "Basura cero", pero lo invitamos a que se dé una vuelta por aquí y vea cómo vivimos".

Terrenos usurpados

La usurpación de terrenos es algo habitual en Villa Muñecas, según los vecinos. Por ejemplo, en la plaza que está sobre calle Viamonte, antes de llegar al puente que conduce a Lomas de Tafí se ven varios espacios demarcados con palos y bolsas; son pequeños "lotes" que fueron divididos por personas que planean construir sus casillas ahí.

“Se trata de un delito. Instamos a la gente que entienda que los lugares que tratan de usurpar son espacios libres necesarios para la urbanización de la sociedad”, dijeron desde la Policía.



Semáforos, urgentes

La urgencia de instalar un complejo de semáforos es evidente en la esquina de las avenidas Viamonte y Francisco de Aguirre, en Villa Muñecas. El asfalto está en buenas condiciones y muchos de los que transitan por allí parecen aprovecharlo para utilizar ese sector casi como una pista de carreras. A eso se suman las líneas de colectivos (9, 19, 3 y 7) que recorren ambas arterias. "Se necesitan semáforos urgente. Hay accidentes, sobre todo de noche. No hay control", contó el propietario de una gomería. 

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